tag:blogger.com,1999:blog-16348982072775318662024-03-05T01:37:37.745-08:00El Legendario Escritor NovatoBlog donde un escritor novato intenta contar historiasJesús - El Legendario Escritor Novatohttp://www.blogger.com/profile/00984825664522649556noreply@blogger.comBlogger178125tag:blogger.com,1999:blog-1634898207277531866.post-4756520116707909902015-10-05T13:25:00.005-07:002015-10-05T13:25:41.115-07:00Epílogo - El viejo trobador<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Tras varias horas sin parar de hablar, al fin el trovador guardó
silencio. El público estuvo unos instantes sin decir nada, asumiendo en
silencio la historia que se les acababa de relatar. La leña crepitando en el
hogar y la nieve seguía cayendo en el exterior, sobre esta tierra que tanto
había cambiado.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhvhaymy_23PhvFbui-PmRQS6Yu5DmkTOC4HhWc7aok_yf70GCa4cpH3rgj5Q9bmKljljbakXYFEZTeIAbCpEnSeVAxwdTuFYG0rHxKFWMXdzuUSR3UNdnqSmv991M534Q8LLOXSvSMa2-C/s1600/endRaven.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhvhaymy_23PhvFbui-PmRQS6Yu5DmkTOC4HhWc7aok_yf70GCa4cpH3rgj5Q9bmKljljbakXYFEZTeIAbCpEnSeVAxwdTuFYG0rHxKFWMXdzuUSR3UNdnqSmv991M534Q8LLOXSvSMa2-C/s320/endRaven.jpg" width="228" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
</div>
<a name='more'></a><br /><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Pero entonces —dijo un aldeano dando voz a los pensamientos de la
multitud—, ¿qué pasó con los siete ducados?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—La dinastía de Bant gobernó con justicia y compasión durante muchos,
muchos años. Pasaron por tiempos difíciles pero jamás se rindieron, y siempre
lucharon por cumplir las promesas que había hecho Bant. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—¿Y cuál fue el destino de la Reina de Invierno?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Leyre Ojos Fríos, la Reina de Invierno, desapareció tras el desafío de
Rego, y nunca más se volvió a saber de ella. A pesar de todo su poder —comentó
el viejo trovador con pesar—, ella sólo era una persona asustada que creyó que
no tenía más remedio que seguir un camino que odiaba. Aún hoy en día no sé si
admirarla por todo lo que logró o tenerle lastima.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—¿Y Rego? —preguntó una niña, la hija de un mercader que estaba de viaje,
con su vocecita llena de preocupación—. ¿Qué fue de él?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Rego... Simplemente siguió adelante, pequeña. Nunca tuvo madera de
líder, mucho menos de señor, así que siguió con su vida como una persona
normal, que no es poco. Pregúntale a tus padres; te dirán que seguir adelante,
con todo el dolor y tristeza que hay en este mundo no es fácil, pero vale la
pena. Siempre vale la pena.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
-¿Ya está bien
de preguntas por hoy, no querido público? Creo que a este viejo trovador le ha
llegado la hora de ir a dormir. Espero que hayáis disfrutado de esta historia,
y si no ha sido así me disculpo, no os preocupéis, seguro que es culpa de este
pobre trovador que no ha sabido narrarla bien. Al menos, confío en que todos
hayamos pasado un rato entretenido.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Espera un momento —dijo entonces un anciano, con tono exigente y
gruñón—. Todavía no nos has dicho cuál era el verdadero nombre del heredero de
Bant.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Bueno —respondió el trovador con una sonrisa en su rostro viejo y
consumido por los años—, yo siempre he pensado que es mejor guardar un último
secreto en toda historia; un último misterio. ¿No creéis que es más interesante
así?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Al día siguiente y de buena mañana, con el Sol asomándose por el
horizonte y sin ninguna nube a la vista, el viejo trovador recogió sus cosas y
preparó su caballo para continuar su viaje. Aún había muchos lugares que
visitar y muchas historias que narrar.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—¿Eres feliz, Rego?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Un cuervo le contemplaba fijamente con sus ojos violetas, apoyado en la
rama de un árbol. Perdido en la profundidad de su mirada, al antiguo heredero
le vino a la memoria unos hechos sucedidos hace muchísimos años.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Era un momento triste. Un joven, moreno y de facciones duras, estaba de
pie frente a una lápida, y aunque no había nada en su expresión que lo
demostrase, estaba destrozado por dentro.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Ha muerto, Rego. Ha muerto sin conseguir unir los siete ducados, sin
cumplir sus promesas. Lo intentó, dioses, tu sabes mejor que nadie que hizo
todo lo que pudo para lograrlo. Pero al final, Leyre tenía razón. El heredero
de Nagareth no ha traído la paz a los siete ducados.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Rego se arrodilló ante la lápida, tocando con su mano derecha la tierra
frente a ella con suavidad, casi podría decirse que con afecto. Una lágrima le
cayó del rostro.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—No, no lo ha logrado. Hay demasiados conflictos, demasiados viejos odios
e intereses contra los que luchar. Pero ha dejado a alguien para continuar su
labor, a alguien a quien todos, incluso aquellos que están en su contra,
reconocen como rey.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—No lo podré hacer... Es imposible.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
El antiguo heredero de Aquaviva, futuro trovador, se levantó y miro a los
ojos del joven, unos ojos que eran igual a los de la persona a la que había
amado durante años.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoListParagraph" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
—Por muchos
imposibles a los que se enfrentase, tu madre nunca se rindió.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
El joven le sostuvo la mirada, mostrando la misma decisión y
determinación en ellos que la que tuvo la heredera de Nagareth cuando emprendió
su aventura por los siete ducados.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Y yo tampoco lo haré.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Un graznido del cuervo arrancó a Rego de sus ensoñaciones y le devolvió
de nuevo al presente. Con un suspiro, se llevó la mano a los ojos para secarse
las lágrimas.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—¿Eres feliz, Rego? —volvió a preguntar el cuervo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
El antiguo heredero pensó durante unos instantes en la respuesta que
debía dar.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Bueno, he tenido una larga vida, he vivido cientos y cientos de
aventuras durante muchos, muchos años, y no me arrepiento de ninguna de ellas.
¿Y aún me deben quedar un par de aventuras más, no? Así que sí, soy feliz. Soy
feliz.<o:p></o:p></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
El cuervo graznó por respuesta y alzó el vuelo, dejando al viejo trovador
que siguiera su camino.<o:p></o:p></div>
Jesús - El Legendario Escritor Novatohttp://www.blogger.com/profile/00984825664522649556noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1634898207277531866.post-6296395653427056952015-09-28T09:49:00.001-07:002015-09-28T09:49:41.453-07:00Capítulo 25 - La promesa<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Los dos viajeros cabalgaban lentamente, sin prisa alguna ya, pues su
viaje había acabado. Lo imposible había sucedido y cinco de los herederos
habían sido derrotados en su propio juego, tal como el heredero de Nagareth
dijo que haría en su primera visita a Rego. Había llegado la hora de cumplir el
trato.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg0dMaaVoBOkq9vU38CltNSh7zcf51gBjlUudcoiHa8RCL1AVgbWn5XaJJryCOodOdZtfmYMwtgtta_Hi4ZGe3ZiXsxGaGPz3hb0ZWX9JNwij5UcdoIAoLXok5rKCCErKM4Nd3FQUqz6cde/s1600/bruja.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="233" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg0dMaaVoBOkq9vU38CltNSh7zcf51gBjlUudcoiHa8RCL1AVgbWn5XaJJryCOodOdZtfmYMwtgtta_Hi4ZGe3ZiXsxGaGPz3hb0ZWX9JNwij5UcdoIAoLXok5rKCCErKM4Nd3FQUqz6cde/s320/bruja.jpg" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
</div>
<a name='more'></a><br /><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Éste es un sitio tan bueno como otro —anunció Bant. Se encontraban fuera
del Norte, en las tierras fronterizas con La Tierra de Las Espadas donde el aire
frío era una agradable ayuda para soportar el sol del mediodía. Apartó su
caballo a un lado del camino y bajó de él despacio y con cuidado, molesta sin
duda por la barriga de embarazada que se adivinaba bajo sus ropas. —Paremos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
El aspecto de la heredera de Nagareth había cambiado mucho desde el
principio de la aventura. Con casi todos los secretos ya desvelados, había
dejado atrás su máscara y sus ropas de minero, vistiendo ahora unos sencillos
pantalones, una camisa blanca y un abrigo. Su rostro seguía mostrando la misma
voluntad que antes, pero su mirada tenía la serenidad y calma de quien ha
culminado exitosamente una dura tarea. Aun así, los ojos atentos de Rego
creyeron ver una última sombra de amargura en su amiga, quizás un recuerdo de
aquellos que, como Lenst, habían muerto.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Tienes razón, acabemos con esto.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Rego esperaba este momento desde hacía mucho tiempo. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Me dijiste que cuando el viaje acabase me liberarías de mi bendición si
te hacía una promesa —dijo desmontando de su caballo—. Dime pues que es lo
quieres que te prometa, ¿quizás que te entregue mi ducado, el último que
necesitas para restaurar el reino?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Bant respondió sin girarse hacía él.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—No te voy a mentir, Rego, no podría hacerlo después de todo lo que has
hecho, de todo lo que hemos compartido. No puedo liberarte de tu bendición.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Rego suspiró, entristecido pero no sorprendido, al escuchar esta
confesión. En el fondo se esperaba esta respuesta; en este mundo no había
soluciones fáciles.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—En la biblioteca de Nagareth encontré parte de un manuscrito que explicaba
que cualquier bendición puede ser destruida, total o parcialmente, si su
receptor realmente lo desea. Pero el manuscrito estaba en mal estado, y no
detallaba que quería decir exactamente con “si su receptor realmente lo desea”.
Si fuese tan sencillo como desearlo, Leyre y Helena haría tiempo que se
hubiesen liberado de su bendición. Así que no puedo ayudarte.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Cogió aire, reuniendo fuerzas para lo que iba a decir a continuación.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Siéndote sincera, nunca tuve la intención de hacerlo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-indent: 35.4pt;">
Hizo una pausa para
observar la reacción de Rego, pero éste se limitó a sonreír como si no le
importase.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Utilicé a Missa para espiarte, y luego te utilice a ti también,
aprovechándote de tu bendición sin decirte nada. Te he estado engañando y
manipulando constantemente, e incluso ahora, si hubiese seguido mis planes, te
hubiese mentido de nuevo haciéndote creer que te había librado de tu bendición.
Tienes motivos de sobra para odiarme. Yo… lo siento.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—No sé si basta con una disculpa, Bant —dijo Rego acercándose a ella—. Me
has engañado desde el principio, utilizándome como si no fuese más que una
herramienta en tus planes. Puedes imaginarte como me sentí cuando lo descubrí.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Pero por otra parte, gracias a ti, he participado en una aventura
increíble. He visto los campos de olivos del sur, las verdes llanuras de Jötum
y las tierras desoladas de Nagareth. He sentido la emoción de compartir la cena
con la mujer más hermosa del mundo y de presenciar en combate al mejor
espadachín. ¡Incluso he sido capaz de desafiar yo mismo a la Reina de Invierno
y derrotarla! Hasta mi madre estaría orgullosa de mí.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Llevó su mano derecha a la mejilla de Bant, acariciándola suavemente.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Así que, ¿qué hago contigo? ¿Te perdono? Una parte de mi te entiende,
comprende tus motivos para actuar como lo hiciste, aunque fue bastante
rastrero. Muy rastrero. Increíblemente rastrero, tanto que creo que en los años
venideros explicaré a todo el mundo nuestra aventura para que se den cuenta de
lo rastrera que has sido. Pero la verdad es que no creo que pueda llegar a
odiarte después de todo lo que hemos pasado, Bant.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Rego… —susurró agradecida Bant, dibujándose en su rostro una hermosa
sonrisa. Una sonrisa que se torció en una mueca de sorpresa cuando la caricia
de Rego se convirtió en una presa que le pellizcó con fuerza la mejilla. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—¿Además, por qué te iba yo a guardar rencor, eh? ¿Por qué me hiciste
creer que eras un hombre cuando en realidad eres una mujer, y encima
embarazada? ¿O por todas las veces que me he preocupado por ti, sin saber que
tú contabas con eso para ganar tus desafíos? ¿Eso no son más que tonterías sin
importancia, no? —preguntó con un destello de malicia y una sonrisa depredadora
que poco a poco se fue convirtiendo en una mucho más pícara—. Me pregunto que
debería pedirte a cambio de mi perdón.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Vamos, Rego —dijo medio riendo Bant, apartándole la mano de su mejilla
dolorida—. Estoy hablando en serio, realmente lo siento. Si hay algo que puedo
hacer para que me perdones, dímelo y lo haré.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Pues para empezar podías explicarme que tenías pensado hacerme prometer.
Tengo curiosidad.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
La heredera de Nagareth observo a Rego con aprecio, puede que incluso con
algo más. <i>¿O me estoy haciendo ilusiones?</i>,
pensó Rego sintiendo como su corazón le daba un vuelco.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Aún quiero que lo hagas, Rego. Prométeme que harás lo siguiente:<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Mantener la alegría en las regiones del sur.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Devolver la nobleza a los jinetes de Jötum.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Enseñar a los mercaderes de La Costa Verde que no todo tiene un precio.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Dar un propósito a los soldados de Jötum.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Traer la paz al Norte.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Y por último, salvar a mi pueblo. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Prométeme todo esto y te entregaré los seis ducados. Puedes ser un buen
rey, Rego, lo sé; un rey justo y generoso que se preocupa por su gente y sus
necesidades. Y tu bendición te ayudará, manteniéndote feliz al tener el reino
en buen estado. Piénsalo. Los siete ducados necesitan un rey que los una. Y tú
puedes ser ese rey.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
La sorpresa que sintió Rego al escuchar esto no se puede describir con
simples palabras. Desde el principio, todo lo que había hecho Bant, todo lo que
había pasado, era para… ¿esto?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—No sólo es por tu bendición, Rego, sino también por ti mismo, por tu
valía. A simple vista eres despistado, perezoso y poco trabajador, pero cuando
hace falta siempre estás ahí, dando la cara y dispuesto a ayudar a quien te
necesite. Yo confió en ti, sé que puedes hacerlo. Antes de conocerte en persona
tenía mis dudas, pero tras viajar contigo y ver cómo eres estoy segura.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Rego pudo sentir la sinceridad tras las palabras de Bant; ella realmente
confiaba en él. Y quizás tuviese razón, quizás esta fuese la manera de
conseguir que su bendición beneficiase a todo el mundo y no sólo a él. Quizás,
a pesar de lo mucho que odiaba las responsabilidades y las cargas del poder,
era éste su destino.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—¿Qué dudas tenías? <span lang="CA">—pregunto
Rego.</span><o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Más que nada que no estaba del todo segura de cómo eras. Entiéndeme, los
informes de Missa eran positivos, pero no me bastaba con ellos. Y después esta
lo que me dijo la maga de Magrata.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—¿La maga? —preguntó sorprendido Rego. Tenía sentido que la heredera del
ducado supiese que Elisee estaba en Magrata, pero la maga no le había
mencionado nada al respecto en sus encuentros. —¿Qué fue lo que te dijo?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Fui a verla para preguntarle si con tu ayuda podía restaurar el reino.
Me respondió que aunque sería una tarea ardua y difícil, no era imposible. Que
no había ninguna cadena que atase mi destino, pero que si lo lograba, era muy
posible que el rey que coronase fuese un tirano.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Un tirano. Una persona que gobierna únicamente de acuerdo a su voluntad,
abusando de su poder y dominando a sus súbditos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Pero no te preocupes —dijo Bant rápidamente al ver como Rego palidecía y
retrocedía asustado—, yo sé que tú no eres así. La maga se equivocaba.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
No, no lo hacía. ¿Qué lo diferenciaría de un tirano si gobernaba
suprimiendo los problemas gracias a su bendición, si sus súbditos eran felices
sólo porque él quería que lo fuesen? Nada. Al convertirse en rey no estaría
consiguiendo que su bendición ayudase a los demás, sino que los estaba
esclavizando a su voluntad. Seguiría siendo un titiritero, sólo que en un
teatro más grande.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Yo no puedo ser un rey, Bant, no puedo…<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Miró a Bant, que le devolvió una mirada preocupada. Su amiga, soñadora a
su manera, sacrificada, trabajadora, encantadora cuando quería. De cabellos
cortos, bajita y de formas poca femeninas, desde luego no era su tipo. Pero la
amaba, a pesar de todo, incluso después de que le hubiese traicionado. El
corazón no es que no atienda a razones, es que pasa sobre ellas aplastándolas.
Quería a Bant con todo su ser.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Y por eso mismo, entendió, porque la amaba, no podía decírselo. Por qué
en el momento en que confesase sus sentimientos, en que le pidiese una
respuesta, su bendición actuaría y ya no importaría lo que ella sentía; lo que
ella quería. Sólo importaría lo que Rego necesitaba para ser feliz. <i>Desde luego que puedo hacerlo</i>, pensó,
podía asegurarse de que Bant correspondiese a sus sentimientos. ¿Quién lo
sabría? Nadie. Él sería feliz, y Bant lo sería a su lado porque él así lo
deseaba. Después de todo, puede que Bant le amase de verdad.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Pero puede que no.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<i>Ella es libre, es la única de los
herederos que ha podido decidir su propio destino. No seré yo quien la
encadene.<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Y entonces, algo dentro de él, una parte de la magia que le acompañaba
desde que era un bebé, se rompió.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Rego, estás llorando.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Se llevó la mano a los ojos, secándose las lágrimas y sintiendo, por
primera vez en su vida, tristeza. Porque él había hecho lo que ningún otro
heredero se había atrevido a hacer: renunciar de verdad a su bendición.
Renunciar a ser el alma de las fiestas, a ser el jinete más rápido, a ganar un
duelo de espadas, renunciar a ser la más hermosa, renunciar a seguir el camino
marcado por el conocimiento. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Renunciar a ser feliz.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—No es nada, se me ha metido arena en los ojos. Escúchame Bant —dijo más
tranquilo, fingiendo ser feliz, la primera de las muchas que tuvo que fingir a
partir de ese momento—, yo no sé si sería un buen rey, pero tu serías sin duda la
mejor reina.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—¿Qué…? ¿Qué quieres decir?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Eres distinta a todos los nobles que conozco, Bant. Eres astuta, sabia,
valiente, y conoces de sobras el valor que tiene la vida humana. Te entrego mis
tierras, cuídalas y protégelas con el mismo esfuerzo que estoy seguro dedicarás
a los otros seis ducados. Son tuyas. Sé que la bendición de Leyre decía que
fracasarías como reina, pero si hay alguien que pueda vencer a la magia, ese
alguien eres tú.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—¿Te has vuelto loco? ¿Estás seguro de lo que dices?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Sí, desde luego parecía una locura, y eso sin duda sería lo que le dirían
sus padres. Pero Rego nunca había estado más seguro de nada en su vida.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Sí, lo estoy. Pero quiero dos cosas a cambio; la primera, que me hagas
la misma promesa que querías que yo te hiciese.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Su enamorada asintió con la cabeza.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—¿Y la segunda?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Después de todo este tiempo, ya va siendo hora de que me digas tu
verdadero nombre, ¿no?<o:p></o:p></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
La heredera de Nagareth, no, la reina, rió con todas sus ganas y le dijo
su nombre, un hermoso nombre que Rego jamás olvidó.<o:p></o:p></div>
Jesús - El Legendario Escritor Novatohttp://www.blogger.com/profile/00984825664522649556noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1634898207277531866.post-16196726859910143882015-09-21T10:15:00.002-07:002015-09-21T10:15:44.710-07:00Capítulo 24 (Parte 4) - El quinto desafío<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Aquella noche ocurrieron sucesos muy extraños en el castillo de Fenris.
Los guardias que corrían hacia la habitación desde la cual había caído el líder
del clan Kraken tomaron caminos extraños, dando rodeos sin sentido para los
cuales luego no tuvieron explicación alguna. Una joven y atractiva sirvienta
que llevaba un carrito con la cena de los soldados tropezó de repente con lo
que hasta hacía un instante era una lisa alfombra y tiró toda la comida por el
suelo, creando un desaguisado que entretuvo a varios sirvientes. En un largo
pasillo con las ventanas cerradas, una inesperada y sorprendentemente fuerte
ráfaga de viento apagó las lámparas de aceite, cegando a un malhumorado guardia
que estuvo esperando un buen rato hasta que un sirviente pudo venir a volver a
encenderla.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiA05qVDJ6JQFsjZ3Y2Y9be688UKluYoz-ud3FKGZcZFncqwCBhnZwzIRdeAqJPzxaXU0ZYbno9QFF-Syce88IcsHwYtl2W04srHjzNoY-dr-79P6QxQqVZLxf7uFLOBzrSCJ3ORqe4Z3lj/s1600/godessRindr.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiA05qVDJ6JQFsjZ3Y2Y9be688UKluYoz-ud3FKGZcZFncqwCBhnZwzIRdeAqJPzxaXU0ZYbno9QFF-Syce88IcsHwYtl2W04srHjzNoY-dr-79P6QxQqVZLxf7uFLOBzrSCJ3ORqe4Z3lj/s320/godessRindr.jpg" width="249" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
</div>
<a name='more'></a><br /><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Rego corría por el castillo, sus pasos rápidos y veloces, impulsado por
la urgencia que sentía su corazón. <i>Tengo
que ayudar a Bant</i>, pensaba una vez y otra, rayando la obsesión; y de ese
pensamiento obtuvo la fuerza para controlar temporalmente la magia de su
bendición y darle un enfoque más directo en vez de la discreción con la que
solía actuar. Así pudo avanzar por el castillo sin ser visto, y aunque en un
par de ocasiones estuvo a punto de toparse con gente, en el último momento pudo
esquivarlos y seguir su camino.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Llegó al pasillo anterior a la habitación donde se encontraban Bant y
Leire y allí se detuvo, mirando disimuladamente por la esquina a los dos
soldados que hacían guardia ante la puerta. Parecían muy atentos y
disciplinados, el tipo de hombre que cumple su deber a rajatabla. Rego frunció
el ceño preocupado ante este problema, cuando de repente uno de los guardias se
desmayó, cayendo como una pieza muerta. Su compañero preocupado se agacho junto
a él mientras gritaba su nombre, intentando averiguar qué le había pasado. Tan
distraído estaba que no reparó en que Rego, aprovechando la ocasión, avanzaba
sigilosamente y se colocaba a su espalda, dejándolo inconsciente tras estrellar
un jarrón contra su cabeza.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Rego se dirigió a abrir la puerta, pero pareció repensárselo y se agachó
junto al guardia que se había desmayado, tomándole el pulso. No sabía si se
había desmayado por efecto de su bendición, pero dado el momento justo en que
lo había hecho era de ingenuos suponer que no era culpa suya. Suspiró aliviado
al comprobar que seguía vivo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
Abrió un poco la
puerta, tan sólo una rendija que le permitiese espiar la habitación. Podía ver
a Bant y a Leyre, sentadas en una mesa y hablando, así como a un guardia tras
la enmascarada, con la espada en la mano. Acercó el oído para oír qué estaban
diciendo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—De acuerdo —oyó que decía Bant—. Mi pregunta es esta: ¿cómo pude
derrotar a Grim con la espada cuando él no podía perder un duelo?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Un mal presentimiento lo invadió; no podía esperar más. Cogió un escudo y
entró en la habitación como una exhalación, provocando una exclamación de
sorpresa de la Reina de Invierno que lo creía muerto. El guardia a la espalda
de la enmascarada se giró para ver que sucedía, pero Rego lo apartó a un lado
con un golpe del escudo más desesperado que hábil.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Bant, no te…<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Pero se interrumpió cuando el segundo guardia, situado al lado de la
puerta y al que no había visto, se lanzó contra él derribándole e
inmovilizándolo contra el frío suelo de piedra. Rego protestó con un quejido de
dolor, con la cabeza dándole vueltas tras el inesperado golpe. Aun así, pudo
escuchar la respuesta de Leyre a la pregunta de la enmascarada.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—La respuesta, heredera de Nagareth, es porque estás embarazada.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
La piedra que sostenía en sus manos brilló con un fuerte e intenso
resplandor verde.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—La bendición de la maga protegía a Grim de perder ningún duelo, pero,
¿qué es un duelo? —preguntó la Reina de Invierno—. Un combate entre dos
personas. Pero, ¿y si una de las dos personas es en realidad dos? O, para ser
más exactos, ¿contiene en su interior a otra persona? Entonces la bendición ya
no haría efecto y sería posible derrotarlo. En cuanto venciste a Helena, cuya
belleza ningún hombre puede resistir, supe que eras una mujer así que de ahí a
pensar que estabas embarazada no había más que un paso, heredera de Nagareth.
Aún con todo tu secreto y tu misterio, me diste demasiadas pistas y
subestimaste mi bendición.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-indent: 35.4pt;">
<i>No puede ser</i>, pensó Rego. <i>¿Bant, embarazada?</i> Era imposible, debía
estar equivocada. Pero entonces, en un destello de comprensión, recordó las palabras
de la maga.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<i>Estas personas son leales al
heredero de Nagareth y respetarán sus decisiones aunque piensen que éstas, dado
su estado, son una locura.<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
La enmascarada nunca había estado enferma. Su debilidad, sus mareos y su
cansancio, así como el motivo por el cual siempre rechazaba alcohol -menos en
su primer desafío, cuando no tuvo otra opción- no era otro que por su embarazo.
Ése era su estado.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Bant se derrumbó sobre la silla. Se quitó la máscara, revelando un rostro
tan muerto como los cielos de su tierra, y la dejó sobre la mesa. Ya no le
servía de nada.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—He perdido. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Sí —dijo Leyre, que no se molestó en ocultar el tono victorioso en su
voz—. Pero gracias a tu derrota, con la que consigo Nagareth y los cuatro
ducados que conseguiste con tus desafíos, ya no me será necesario declarar la
guerra. Por supuesto habrá rebeldes que no estén satisfechos con mi liderazgo,
pero suprimirles resultará fácil. Y una vez con el reino restaurado, podremos
ocuparnos de los países vecinos. Cada día está más cercano el momento en que no
tengamos enemigos y podamos vivir en paz.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
La heredera de Nagareth no dijo nada porque no tenía ánimo para hacerlo.
Rego podía ver en su rostro como la desesperación se había apoderado de ella, y
lo entendía perfectamente. Todos sus planes, sus mentiras y engaños, todos los
sacrificios que había realizado, al final no habían servido nada. No sólo eso,
sino que además le había facilitado a Leyre sus propósitos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Y, él, Rego, también había fracasado. Había llegado demasiado tarde y no
había podido ayudar a Bant, traicionando de este modo la confianza de Lenst.
Sintió un escalofrió al pensar que la Reina de Invierno, que no mostraba ni el
menor asomo de duda ni de remordimiento cuando ordenaba matar, iba a gobernar
sobre seis de los siete ducados. Aunque teniendo en cuenta su poder no tardaría
en conquistar Aquaviva.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
Los siete
ducados se sumergirían en una era de guerras, tal y como le había dicho la
maga. Esa maldita maga, ¿no podía haber hecho algo más útil que acosarle con
sus enigmas y profecías? ¿No podía haber ayudado de verdad? En vez de eso,
había cargado toda la responsabilidad sobre sus hombros, excusándose con que Bant
“no era más que una humana” y no podía hacerlo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Fue entonces, cuando todo parecía perdido y la victoria de la Reina de
Invierno parecía inevitable, que Rego descubrió el último de los secretos de
Bant.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Te desafío, Leyre Ojos Fríos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Al oír este nuevo reto, Leyre ordenó al soldado que se apartase, liberando
al heredero de Aquaviva. Rego se levantó, con las miradas fijas de las dos
herederas sobre su persona.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—¿El desafío que acabas de ganar consistía en responder a una pregunta,
verdad? Pues te planteo lo mismo. Pero esta vez, si pierdes, le entregaras
todos los ducados en tu posesión a la heredera de Nagareth, y si ganas, te
entregaré mi propia tierra. Es un trato injusto, lo sé, ¿pero no necesitas los
siete ducados para restaurar el reino? Te estoy dando la oportunidad de hacerlo
sin tener que pelear por mi ducado.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—No te entiendo, Rego, ¿por qué haces esto, por venganza? Sí, he
conspirado para que murieses, pero créeme si te digo que ha sido por el bien
mayor; era tu vida contra la de millares, no hay color. Era una decisión que
había de tomar y con la que no he disfrutado, como tantas otras antes—. Por un
breve instante Rego creyó ver como una sombra de dolor cruzaba su rostro, pero
al parpadear ya había desaparecido, dejando tras de si tan sólo el hielo y el
acero—. Pero debía tomarla.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—No te estoy desafiando por venganza —replicó Rego—, sino porque no
quiero que la guerra sea el futuro de estas tierras.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—¡Basta! —exclamó Leyre en un estallido de furia, arrojando el plato que
tenía delante suyo al suelo donde se rompió en mil fragmentos—. ¿Crees que no
he usado mi bendición para saber si la heredera de Nagareth puede tener éxito,
Rego? Pues sí, la he usado, y la respuesta que he recibido es contundente: no.
Fracasará en traer la paz. En cambio, yo lo conseguiré. Tardaré décadas y
muchos morirán, pero lo conseguiré.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Nadie movió ni siquiera un músculo, demasiado atónitos ante la iracunda
reacción de la siempre gélida Leyre. Rego comprendió entonces que la Reina de
Invierno en el fondo era una persona con sus dudas y temores. Todo el camino
que había seguido desde que era una niña que lloraba por el asesinato de sus
padres hasta este momento, todas las decisiones difíciles que había tomado,
como desatar una guerra abierta entre los clanes o traicionar al amigo que
siempre le había apoyado, todo lo había hecho siempre con vistas a conseguir la
paz en el futuro. Y si alguien le discutía el camino que había seguido, si
alguien le insinuaba que era erróneo… no podía soportarlo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Pero a Rego eso no le importaba.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Me da igual lo que digas. Prefiero seguir a Bant y su sueño ingenuo de
unir los siete ducados sin recurrir a la guerra, que a la certeza llena de
muertes que tú me ofreces. Que le vamos a hacer, será que soy un romántico
—dijo encogiéndose de hombros—.Además, no es la primera vez que Bant se
enfrenta a un imposible y gana, y estoy seguro que ella demostrará que tu
bendición se equivoca.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Leyre arrugó la nariz, irritada.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Tienes más fe en una mujer que te ha engañado, que en el poder de la
bendición de la gran maga. Eres un idiota, Rego de Aquaviva.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—No es la primera vez que me llaman eso. Ya estoy acostumbrado.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Bant abrió la boca para decir algo, pero Rego le rogó con la mirada que
le dejase hacer. Podía ganar, siempre y cuando Leyre picase. Ahora más que nunca
rezó a los dioses para que su bendición venciese la suspicacia de la Reina de
Invierno.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Acepto tu desafío —dijo Leyre—. Después de todo, si me quieres entregar
tu ducado no seré tan tonta como para negarme. Haz tu pregunta cuando quieras.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<i>Allá vamos</i>, pensó Rego. <i>Ésta será la mayor apuesta de mi vida.<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—¿Cuál es la bendición de la heredera de Nagareth?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Ése era el gran misterio, la última bendición que había dado la última de
los grandes magos, la que dijo al oído del recién nacido y que sólo ellos dos escucharon.
Pero, ¿tenía respuesta este misterio?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
La Reina de Invierno cerró los ojos, y cuando los volvió a abrir su
expresión era la de una persona que ha visto como se derrumbaban los pilares de
su fe.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—No lo sé —reconoció con un hilo de voz, más sorprendida que nadie ante
las palabras que acababa de pronunciar—. No sé la respuesta… mi bendición no me
ha dicho nada.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Rego caminó hasta ella y recogió de sus manos la piedra de geas, pero
antes de poner a prueba su respuesta Bant le sujetó del brazo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Yo tampoco sé cuál es mi bendición, Rego, no era más que un bebe cuando
la maga apareció. ¿Realmente sabes la respuesta?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Creo que sí, aunque no ha sido hasta hace un momento que lo he
descubierto. La maga me dijo que tú no eras más que una humana. No dijo lo mismo
de mí, ni de Leyre, ni de ningún otro heredero, porque todos nosotros, a pesar
de nuestra bendición, no tenemos aquello que tiene cualquier otro ser humano:
libertad.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Libertad para tener tus propias virtudes y defectos, libertad para poder
decidir tu propio destino. Libertad para ser quien quieras ser y no la persona
que una maga ha decidido que sea. Ninguna bendición te define ni marca tu
camino, mientras que la vida del resto de los herederos está atada a las suyas
irremediablemente—. Sus pensamientos volaron hacía los herederos que había
conocido durante su viaje. Marcus, que sólo vivía para las fiestas. Balthar,
que amaba más a los caballos que a las personas, y cuyo valor sin medida le
había vuelto un tirano cruel y déspota. Helena, atrapada en una belleza de la
que no podía escapar. Grim, maestro de una habilidad sobrenatural que no
deseaba. La propia Leyre, condenada a tomar las decisiones que no quería pero
que sentía debía escoger. A él mismo, un titiritero condenado a ser feliz
manipulando a los demás. Y por último, a Elisee, la gran maga, condenada a
seguir viviendo cuando todos los suyos habían muerto para cumplir una antigua
tradición. —Bant es libre.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<i>Yo entregaría mi bendición sin
dudar a cambio de esa libertad</i>, pensó Rego.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
El heredero de Aquaviva sostuvo en su mano derecha la piedra de geas y
respondió a su propia pregunta: —La heredera de Nagareth no tiene bendición
alguna.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
La piedra brilló de nuevo, demostrando la verdad de su afirmación.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—¿Cómo… cómo es posible que mi bendición no supiese la respuesta?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Ninguna magia es perfecta, Leyre.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
La máscara de seguridad y confianza de la Reina de Invierno se resquebrajó
tras estas palabras, destruida con el fracaso de su bendición. Sus leales
guardias miraron a un lado, no soportando ver a su reina con un aspecto tan
lastimoso.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Toda mi vida he creído en la exactitud y precisión de mi bendición —dijo
Leyre. Sus manos, temblorosas, sacaron de su cinto el sello del Norte—. Pero si
puede fallar, si alguno de los pasos que he seguido en mi camino para conseguir
la paz es erróneo, o simplemente no necesario… entonces, toda mi vida ha sido
un error. Las crueles decisiones que me he visto obligada a tomar, las vidas
que he arruinado… todo inútil. He sido esclava de la magia toda mi vida,
negándome a mí misma y a mis propios deseos. Para nada.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Estalló en carcajadas histéricas, tan dolorosas que Rego no pudo seguir
mirándola. En este mismo instante, ante sus ojos, la Reina de Invierna se había
roto.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Leyre arrojó el sello del Norte a los pies de su nueva propietaria, Bant.
Pero ésta no lo recogió todavía, sino que antes lanzó una mirada cómplice a
Rego, ya que ella sabía que había mentido.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Pues la magia si era perfecta, pero podía ser rodeada. La verdadera razón
por la cual la bendición de Leyre no le había mostrado la respuesta a la
pregunta, no era otra que porque no había tal respuesta.<o:p></o:p></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Bant se agachó y recogió el sello del Norte, que brilló en su mano
reconociéndola como la nueva duquesa. Leyre Ojos Fríos, Reina de Invierno,
había sido derrotada.<o:p></o:p></div>
Jesús - El Legendario Escritor Novatohttp://www.blogger.com/profile/00984825664522649556noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1634898207277531866.post-34682852365227788232015-09-14T08:28:00.001-07:002015-09-14T08:29:53.805-07:00Capítulo 24 (Parte 3) - El quinto desafío<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Matadme, por favor.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
La nota que había en la carta cayó de sus manos sin fuerzas, boca arriba.
Rego no se molestó en releerla; nunca podría olvidar su contenido.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEigbLUxAdkRYT27dLjqrTaE3tMFIOvyaWk4EsjQDf6XyxlgB6H38X-liUGkrwd7qDbJx1QBbF9KQg3HPwcPeLGjBYQ4kBLy_UGjDlsHhozBn_gu9IXOcDR2rLR2p1uXRDUYo4K5jv0bELFp/s1600/soldier.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEigbLUxAdkRYT27dLjqrTaE3tMFIOvyaWk4EsjQDf6XyxlgB6H38X-liUGkrwd7qDbJx1QBbF9KQg3HPwcPeLGjBYQ4kBLy_UGjDlsHhozBn_gu9IXOcDR2rLR2p1uXRDUYo4K5jv0bELFp/s320/soldier.jpg" width="248" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
</div>
<a name='more'></a><br />
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<i>¿Qué crees que te responderá el
heredero de Bant cuando le preguntes, Rego… la verdad sobre sus sentimientos, o
lo que tú quieres oír?<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<i>El titiritero sólo deja de mover
los hilos de sus marionetas cuando abandona el teatro. Muere, y deja de jugar
con las vidas de las personas que dices querer.<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Me alegra que hayas tomado esa decisión -dijo Bayou, tan alegre como un
niño al que le han prometido un dulce y están a punto de entregárselo—. Soldados,
cumplid sus des…<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Pero se interrumpió, sorprendido, cuando un tercer soldado entró de
improviso en la habitación. Vestía la misma armadura y uniforme del castillo,
pero su feo y viejo rostro destacaba incluso entre los soldados marcados por
las continuas batallas del Norte. El recién llegado parecía a punto de decir
algo, cuando de repente golpeó con el pomo de su espada la cabeza de un
guardia, dejándolo sin sentido. Se giró hacía el guardia restante y con un
hábil movimiento le lanzó su espada, que fue a clavarse en su pecho con un
ruido seco, acabando con él antes de que pudiese siquiera defenderse o gritar
dando la alarma.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—¡Traidor! —gritó Bayou maldiciéndole. Desenvainó su daga y la blandió ante
si, pero le bastó con una mirada al viejo soldado para comprender que incluso
con ella no lograría derrotarle. Se giró hacía Rego y le agarró del cuello, al
tiempo que alzaba su arma dispuesto a ejecutar el golpe mortal y cumplir así las
órdenes de su reina.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
El soldado le embistió violentamente, haciéndole retroceder hacía la
pared mientras se protegía con un brazo de sus desesperados ataques con la
daga. De un fuerte empujón arrojó el flacucho cuerpo del líder del clan Kraken
a través de la ventana, que cayó gritando en medio de una lluvia de cristales
rotos. Su grito de terror se cortó en seco cuando tocó suelo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Sin dedicarles una segunda mirada a sus víctimas, el soldado camino hacía
Rego mientras repasaba la herida que había logrado infringirle Bayou en el
brazo con su daga. Por suerte no era más que un rasguño.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Rego, ¿te encuentras bien?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Pero el heredero no respondía, su mirada perdida en oscuros pensamientos.
El viejo soldado lo cogió de la camisa y lo alzó como si fuese un peso muerto
hasta que estuvo a la altura de su rostro.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—¡Despierta, Rego! Soy yo, Lenst, ¿te acuerdas de mí?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—¿Lenst? —dijo Rego, recuperando el sentido por la sorpresa de verlo. Ese
nombre despertó viejos recuerdos en Rego, recuerdos de su viaje en la caravana
por las llanuras de Jötum. Lenst, el viejo soldado de rostro marcado por las
cicatrices y al cual había visto por última vez cuando Bant consiguió que Ashran
dejase con vida tanto a él como a los viajeros que les acompañaban. —¿Qué haces
aquí?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—¿Qué que hago aquí? —preguntó Lenst con una sonrisa, dando un extraño aspecto a su rostro
desfigurado—. Desde que me aseguré que el resto de viajeros de la caravana
llegaban seguros a su destino que os he estado siguiendo, Rego, pero no ha sido
fácil. Tuve un encontronazo con Lord Guasón y Ahrlen en la Costa Verde, pero
cuando vieron que estaba de vuestra parte me ayudaron. En La Tierra de las
Espadas casi os alcanzo, pero os marchasteis justo cuando yo llegué. No tuve
más remedio que hablar con esa muchacha de la familia deshonrada y preguntarle
que camino habíais tomado, aunque al menos tuve la precaución de llevar un
yelmo para que ningún conocido me reconociese. Y encima esa descarada me
engañó, aunque le pague muy bien por su información. Dinero malgastado.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Pero, ¿por qué nos has seguido hasta aquí?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Por honor, Rego. Bant me salvó tanto a mí como a aquellos a los que yo
había prometido proteger, tengo una deuda con él; una deuda que debe ser
saldada. He hecho todo este camino para ayudar al enmascarado cuando me
necesitase, y creo que he llegado en buen momento.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Rego asintió, una acción así era propia de un guerrero de La Tierra de
las Espadas a la antigua usanza como Lenst. Aun así no dejaba de ser
sorprendente y digno de admiración todo lo que había hecho el viejo guerrero
para reunirse con ellos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Escúchame —continuó Lenst—, en estos momentos la Reina de Invierno está
cenando con el heredero de Nagareth. No hace falta ser un genio para saber que
el enmascarado la desafiará, pero Leyre es un hueso mucho más duro que roer que
el resto de herederos. Necesitará de tu ayuda para ganar, Rego.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—¿De mi ayuda? —preguntó el heredero, incrédulo y sorprendido a la vez.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Sí. Hay guardias en la entrada del comedor donde están cenando él y
Leyre, así que en un principio había venido a buscarte para que me ayudases a
llegar hasta Bant. Pero ahora ya es demasiado tarde para eso, he armado demasiado
escándalo al liberarte —dijo señalando a la ventana rota—. No tardarán en venir
a ver qué ha pasado, y yo soy demasiado viejo para irme corriendo, Rego. Me
quedaré aquí y les entretendré para que tú puedas ir con Bant.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Yo… yo no sé qué hacer…<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<i>Muere, y deja de jugar con las
vidas de las personas que dices querer.<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Rego, recuerdo que me dijiste que un amigo tuyo era de La Tierra de las
Espadas, así que ya debes de saber la importancia que le damos nosotros a la
amistad. Un amigo es alguien por quien darías tu vida sin dudar, un amigo es
alguien a quien confiarías el cuidado de tus hijos; un amigo es un hermano del
alma. Sé que tú opinas igual —afirmó mirando a los ojos de Rego—, así que dime,
¿no ayudarás a Bant, tu amigo, ahora que te necesita?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
El heredero miró al viejo soldado, un hombre marcado por la guerra y que
valoraba más el honor que su propia vida. Lenst no sabía de las dudas que le
causaba su bendición, ni del engaño que Bant había tejido sobre él, pero aunque
los supiese no creía que el soldado cambiase de opinión. Porque lo que
importaba es que, para Rego, Bant seguía siendo su amiga. Y aún más que eso.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Sí, ayudaré a Bant.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Bien —dijo Lenst, resoplando satisfecho—. Pero no lo tendrás fácil,
habrá guardias por el camino y vigilando la puerta. Aunque unos cuantos vengan
a ver que ha pasado en esta habitación, desde luego no serán todos. ¿Crees que
podrás llegar hasta donde se encuentran el heredero de Nagareth y la Reina de
Invierno?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Rego pensó sobre esa cuestión, ¿podía él lograr lo que un guerrero tan
experto como Lenst no se había atrevido a intentar por su cuenta? Sí, sí que podía. Sonrió al darse cuenta de
que él era quizás el único que podía hacerlo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<i>Ha llegado la hora de que el titiritero
mueva unos cuantos hilos</i>.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Sí, Lenst. Puedo llegar hasta Bant, no te preocupes por eso.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
El viejo soldado dejó escapar un suspiro de alivio.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Gracias, Rego. Me alegra saber, que, de una forma u otra, he podido
saldar mi deuda con el heredero de Nagareth—. Sonrió de nuevo, inquietando a
Rego con su horrible aspecto, antes de explicarle brevemente el camino para
llegar hasta dónde se encontraba Bant.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
El heredero asintió con la cabeza tras escuchar sus explicaciones, y se
disponía a marcharse cuando se detuvo en el umbral de la habitación.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
—No te dejes matar, Lenst.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—No digas tonterías, muchacho. Deberías preocuparte por esos pobres
guardias y no por mí. No saben lo que les espera.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Rego sonrió un momento, y después se fue corriendo, como alma que huye
del diablo. Lenst esperó unos instantes, y entonces se llevó una mano
temblorosa al brazo, apartando la ropa para ver con claridad la herida que le
había hecho Bayou con su daga. El corte era pequeño y apenas sangraba, pero
toda la piel a su alrededor era de un malsano color negro azulado.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Una arma envenenada, ¿eh? Menuda rata rastrera.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Se tambaleó hacía un lado, su sentido del equilibrio trastocado, y cayó
de bruces al suelo cuando su mano no atinó a agarrarse a la cama. <i>La vista también me falla</i>, comprendió
con lúgubre claridad. Fuera de la habitación, por el pasillo, oía gritos y
pasos que se acercaban.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Cogió aire y cerró los ojos. No caería así, como un perro. Él era un
guerrero de La Tierra de las Espadas, un hombre de honor. Respiro con fuerza,
intentando controlar el temblor de sus manos y devolver la fuerza a sus viejos
y cansados músculos. Moriría como un guerrero.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Cuando llegaron los guardias se lo encontraron de pie, armado con la
lanza y el escudo de uno de los hombres a los que había derrotado. El pulso
tranquilo, firme; su mirada una promesa de muerte para sus enemigos.<o:p></o:p></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—No me falles, Rego.<o:p></o:p></div>
Jesús - El Legendario Escritor Novatohttp://www.blogger.com/profile/00984825664522649556noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1634898207277531866.post-45614971393045163622015-09-08T11:03:00.000-07:002015-09-08T11:10:16.311-07:00Capítulo 24 (Parte 2) - El quinto desafío<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Leyre Ojos Fríos, Reina de Invierno, duquesa del Norte y señora de los
doce clanes, saludó a su invitado a la cena.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Bienvenido, heredero de Nagareth. Siéntate, por favor.<o:p></o:p><br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhg0P5BI6HX123McsbH-bFyMa8tgAI6L1R9N4c1jFcNW3y9MA6NM1IBBPMlk41D4DvM8klqReiTEfI4vhO4uRCQqO0JYizmK9UueGWCYxeCs_IyLmnC5fpbq53FTW9rjGCVSedL8z-u09X3/s1600/the_analog_queen_by_lappisch-d591k0i.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhg0P5BI6HX123McsbH-bFyMa8tgAI6L1R9N4c1jFcNW3y9MA6NM1IBBPMlk41D4DvM8klqReiTEfI4vhO4uRCQqO0JYizmK9UueGWCYxeCs_IyLmnC5fpbq53FTW9rjGCVSedL8z-u09X3/s320/the_analog_queen_by_lappisch-d591k0i.jpg" width="248" /></a></div>
<br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
</div>
<a name='more'></a><br />
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
La enmascarada, escoltada por un guardia, así lo hizo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Se encontraban en el más pequeño de los comedores del castillo, y por lo
tanto el más íntimo. Una chimenea encendida, una mesa cuadrada que en poco se
diferenciaba de las usadas en cualquier taberna, pieles de alce sobre las
paredes de piedra y una modesta lámpara sobre sus cabezas. A parte de ellos
dos, había un sirviente a la diestra de Leyre, esperando sus órdenes; un
guardia en la puerta de entrada y otro tras la enmascarada.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Con un gesto de su mano, Leyre ordenó que empezasen a servir la comida.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Espero que te guste la cena. En el Norte no tenemos ni los cocineros ni
la riqueza de alimentos que hay en otros ducados, pero hemos aprendido a ser prácticos
con lo poco que tenemos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—No te preocupes por eso, Reina de Invierno —dijo Bant—. En Nagareth
también estamos acostumbrados a ser prácticos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Sí, por supuesto. ¿Qué otro remedio tenéis, con la lluvia de ceniza y
las bestias mágicas acechando? Esas son las consecuencias que vosotros sufrís
desde la Guerra de los Magos, en nuestro caso son el frío perpetuo y las
guerras continuas entre los clanes, divididos desde que en aquella lejana era
se acabase con la estirpe original de los duques del Norte.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Yo también me conozco la historia, Leyre, pero no veo que tú hayas hecho
mucho por cambiar esta situación. La guerra que te ha coronado como Reina de
Invierno ha durado ocho años, y ha sido la más sangrienta y cruel que ha habido
nunca en el Norte. Los clanes siempre se habían enfrentado entre sí, pero nada
a esta escala, con todos los clanes luchando entre ellos y matando a diestro y
siniestro. Puedes estar orgullosa.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Un destello amenazador brilló en los fríos ojos de la Reina de Invierno.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Todo lo que hice era necesario para conseguir la paz, la unificación del
Norte. Han muerto miles de inocentes, cierto, pero no había más remedio.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—¿Qué no había más remedio? Aparte de los miles que han muerto, sólo los
dioses saben cuántas personas han vivido un infierno por culpa de esta guerra.
¿También piensas decirles a todos ellos que “no había más remedio”? —gritó con
rabia la enmascarada, mostrando tanta emoción sorprendió a Leyre. Por los
informes que tenía, la heredera de Nagareth se mostraba siempre calmada y reservada.
—¿No se te ocurrió intentar otra cosa antes que la guerra?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—No había otra opción —respondió Leyre, sin dejarse alterar por el
estallido de la enmascarada—. No era lo que yo quería, por supuesto, pero debía
hacerse. Mi bendición me mostró el camino a seguir, los pasos que debía cumplir
para conseguir la paz en el Norte. La guerra era un mal necesario.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Así que ni lo intentaste —señaló la enmascarada, acertadamente. ¿Para
qué esforzarse en conseguir una solución pacífica cuando su bendición le mostraba
que era imposible? Leyre no se sentía orgullosa de muchas de las decisiones que
había tomado, pero todas y cada una de ella debían de ser tomadas. —Me das
lástima, Reina de Invierno.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
El silencio siguió a estas palabras, un silencio tan tenso que podía cortarse
con un cuchillo. Leyre no reaccionó, tan imperturbable e indiferente a las
palabras de los demás como de costumbre, pero un observador muy atento se
hubiese dado cuenta de que apretaba los labios con más fuerza y de que ahora su
mirada era aún más dura que antes, más amenazadora si cabe. Leyre Ojos Fríos se
estaba enfadando porque, en su interior, ella también sentía lástima de si
misma. Y no quería que nadie más lo hiciese.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—¿Y ahora qué harás? —preguntó la enmascarada, poniendo fin al incómodo
silencio—. Todo parece indicar que tu intención es declarar la guerra al resto
de ducados.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Si no hay más remedio, así lo haré. No dudaré en usar la guerra para
conseguir la paz y la prosperidad en los siete ducados, y reestablecer el viejo
reino es el primer paso para lograrlo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—No se puede conseguir la paz mediante la guerra, no una paz duradera.
Eso que dices, Leyre, es una estupidez.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
El guardia tras la enmascarada desenvainó su espada ante este insulto,
pero un gesto de su reina le detuvo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—A mí lo que me parece una estupidez es tu plan de conquistar los ducados
uno a uno, venciendo a sus herederos en desafíos personales. ¿Qué esperas
conseguir con eso? ¿Crees que los orgullosos nobles de Jötum te aceptarán como
su señor? ¿O que, en estos mismos momentos, los comerciantes de esclavos de La
Costa Verde no están conspirando en tu contra? Incluso en el sur tendrás
problemas para imponer tu autoridad, no digamos ya en La Tierra de las Espadas
—. La Reina de Invierno mostró una sonrisa sin alegría en su rostro. —El mundo
real es más complejo que eso. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Sí, tienes razón. En este mundo, no basta con que una persona gane unos
desafíos para cambiar el rumbo del destino —aceptó la enmascarada, bajando la
cabeza. Pero no tardó en alzarla de nuevo, y cuando habló no había ni una
sombra de duda en su voz. —Pero si esa persona no está sola, entonces puede
lograrlo. En las llanuras de Jötum, un noble, un asesino; está dispuesto a
pasar el resto de su vida ayudando a su pueblo para que no cometa los mismos
errores que él. En La Costa Verde, un antiguo esclavo que cree que no puede
sentir nada ha regresado al hogar donde lo perdió todo para ayudar a otros a
que no corran su mismo destino. Incluso en La Tierra de las Espadas, donde el
honor lo es todo, una joven comprende que la verdadera importancia está en la
vida y no en las palabras bonitas que la adornen. Con ayuda de gente así, gente
que puede estar en cualquiera de los siete ducados, una persona realmente puede
conseguir cambiar las cosas a mejor.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
La Reina de Invierno torció su sonrisa en una mueca de desagrado: no le
gustaba para nada la heredera de Nagareth. Era una ingenua, una inconsciente
soñadora que confiaba en los demás para lograr sus propósitos. Pero la
confianza y la esperanza nunca ofrecen certezas, su bendición, que podía responder
a cualquier pregunta, sí.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
“¿Cómo puedo derrotar a la bendición de Rego?” La respuesta le había
llegado clara y sin dudas: “hazle desear ser derrotado”. En su cabeza, vio los
pasos a seguir. Y obedientemente los siguió, mostrándole a Rego que no había
sido más que una herramienta para la enmascarada, mandando a Bayou para hacerle
saber que matarían a Missa si se resistía, y escribiendo una carta con las
palabras exactas para que, tras leerla y teniendo en cuenta su estado mental,
le haría desear su propia muerte.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Por supuesto, ella no quería matar a Rego. Pero, de nuevo, no tenía más
remedio. Su bendición era demasiado poderosa e impredecible, podía arruinar sus
planes de conquista y aumentar el número de muertes de una manera alarmante con
una resistencia inútil. Era mucho mejor que muriese.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Te desafío, Reina de Invierno —anunció la enmascarada, justo como Leyre
esperaba.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—¿Y en qué consiste tu reto? Sorpréndeme.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<i>Aunque sé de sobras que no podrás.
Nadie puede hacerlo.</i><o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
El heredero de Nagareth mostró una pequeña piedra con unas extrañas runas
inscritas que había llevado escondida entre sus ropas. Era pequeña y parecía
poca cosa, pero Leyre la reconoció rápidamente de sus años en la biblioteca.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Esta es una piedra de geas —dijo
la enmascarada—, un antiguo artefacto de los tiempos de los magos que
encontraron mis mineros en una excavación. Cuando una persona la sostiene entre
sus manos y dice una verdad, la piedra brilla con un resplandor verdoso,
mientras que no muestra reacción alguna si es una mentira la que se dice. Te lo
puedo demostrar, si quieres.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—No hace falta, conozco los usos de las piedras de geas.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Bien, entonces ya puedo pasar a explicarte el reto. Te haré una
pregunta, y tú, bendecida por la maga con el conocimiento, deberás responderla.
La piedra nos mostrará si has dicho la verdad, y si es así ganarás el reto. Si
no, yo responderé a mi propia pregunta y comprobaremos con la piedra si digo la
verdad o no. Sólo en caso afirmativo ganaré, demostrando que aún con tu
bendición mi conocimiento supera el tuyo. Si ganas, Nagareth será tuyo, y si no
es así yo me quedaré con el Norte. ¿Te parece justo?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Leyre pareció meditar el desafío un rato antes de responder.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Sin duda es un reto interesante, pero me temo que no puedo aceptarlo.
Verás, creo que a pesar de mi bendición tú tienes toda la ventaja. Por un lado
ya has conseguido ganar a cuatro herederos cuando parecía imposible y por otro
has tenido todo el tiempo del mundo para pensar tu pregunta. En estas
condiciones, no puedo arriesgar el Norte. Además, no creo que sea nada justo.
Aunque pierdas aún te quedarán el resto de ducados que has ganado en los
anteriores desafíos, y si yo gano tan sólo me quedaré con la devastada Nagareth.
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—¿Y cómo te parecería justo el reto?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Arriesga todos los ducados que has ganado, incluido Nagareth, y aceptaré
el reto. Después de todo pienso conseguirlos por las armas, este desafío sólo acelerará
el progreso y reducirá las bajas.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
La enmascarada no respondió al momento, seguramente sorprendido ante las
exigencias que se le planteaban. Pero Leyre sabía que aceptaría, ya que no tenía
otra opción si quería evitar que el Norte declarase la guerra.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<i>Al final</i>, pensó la Reina de
Invierno con amargura, <i>sólo queda una
opción</i>.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—De acuerdo —acabó respondiendo Bant—. Mi pregunta es esta: ¿cómo pude
derrotar a Grim con la espada cuando él no podía perder un duelo?<o:p></o:p></div>
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Lucida Sans Unicode"; mso-fareast-language: AR-SA; mso-font-kerning: .5pt;">Aunque su expresión no cambio, en su interior,
la Reina de Invierno estaba riendo. Ya había ganado.</span>Jesús - El Legendario Escritor Novatohttp://www.blogger.com/profile/00984825664522649556noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1634898207277531866.post-55356434371714048312015-08-31T08:50:00.002-07:002015-08-31T08:50:40.810-07:00Capítulo 24 (Parte 1) - El quinto desafío<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Estirado en la cama de su habitación, Rego repasaba mentalmente las
consecuencias de su decisión. Aliándose con Leyre había conseguido que le
sacasen de esa oscura celda, y ahora tenía una enorme habitación en el castillo
de la reina sólo para él. Una cama cómoda, comida caliente y un enorme ventanal
que le proporcionaba unas hermosas vistas de la ciudad. Eso era un punto a
favor de su decisión de unirse a la Reina de Invierno. El segundo era que ya no
habría más mentiras ni secretos, y el tercero que podría hacer servir su
bendición para salvar muchas vidas. En total, tres puntos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgcEqMqEeSO3oSa7MI6QFb30bFx-FAjIX6H6Z6gP4QU4zt_yQXZc7Y2v0rTnpQUri_v0oQ1CP2HEYsBnt4HDTCRUlkyurm_cTPzpymNYgI6V05hnpWOA3PSTkq9lotx7bjdo3GWmvDrL5lp/s1600/old_fashioned_love_letters_by_nightmouse94.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="227" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgcEqMqEeSO3oSa7MI6QFb30bFx-FAjIX6H6Z6gP4QU4zt_yQXZc7Y2v0rTnpQUri_v0oQ1CP2HEYsBnt4HDTCRUlkyurm_cTPzpymNYgI6V05hnpWOA3PSTkq9lotx7bjdo3GWmvDrL5lp/s320/old_fashioned_love_letters_by_nightmouse94.jpg" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
</div>
<a name='more'></a><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Que su habitación estuviese vigilada en todo momento por dos guardias y
que no le dejasen salir, era un punto en contra. La sensación de culpa que
arrastraba desde que había traicionado a la enmascarada, aunque intentase
justificarse a si mismo diciéndose que ella sólo le había utilizado, era otro.
Y que no pudiese volver a ver nunca más a Bant ni a escucharla reír sumaban dos
más, lo que hacían un total de cuatro puntos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Es decir, tres puntos a favor contra cuatro en contra. Claro que la
mayoría de puntos en contra de la decisión que había tomado se basaban en
motivos puramente sentimentales, con los que resultaba difícil razonar. La
verdad es que había confiado de verdad en Bant, mucho más que en Missa, a pesar
de que a ella la había conocido durante mucho más tiempo. Su engaño por tanto
le resultaba mucho más doloroso, tanto que su corazón se resistía a creérselo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—¿Así que yo era tu amigo, no, Bant? —dijo para sí mismo, poniendo voz a
sus pensamientos—. Me pregunto si te costó mucho fingir tu amistad, si cuando
me sonreías en realidad me despreciabas o simplemente lo hacías porque era
necesario para lograr tus fines. O si, después de todo, decías la verdad.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Lanzó un profundo suspiro. Puede que el dolor al sentirse utilizado
también le hubiese cegado de otra manera, ya que había aceptado sin pensárselo
dos veces la oferta de Leyre, ¿pero realmente podía confiar en la Reina de
Invierno, una mujer más fría que el hielo y que inspiraba temor con uno sólo de
sus gestos? ¿De veras su ayuda serviría para disminuir el número de muertes de
la próxima guerra, o eso no era más que otra mentira? Era una pieza más en el
juego de las conquistas de los poderosos, un juego en el que, a pesar de su
posición como heredero, ni quería ni sabía cómo jugar. No sabía qué demonios
hacer. Ojalá tuviese a Bant a su lado.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<i>Vaya, cada vez me parezco más Narses
cuando se enamoró de Missa</i>.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Unos golpes en la puerta le apartaron de esos deprimentes pensamientos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Señor, vamos a entrar —dijo alguien al otro lado de la puerta.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Rego le respondió con un escueto “Adelante”, después de todo no podía
hacer nada para impedirlo. Se puso de pie y se arregló un poco la arrugada ropa
para tener un aspecto presentable de cara a esta imprevista visita.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Tres hombres pasaron a su habitación, los dos guardias y otro más que se
colocó delante de ellos. Con una capa de escamas que lo distinguía como uno de
los líderes de clan, este último individuo era tan delgado que parecía que
pudiese romperse con un fuerte viento, pero se movía con confianza y autoridad.
Sonreía amablemente, pero en sus ojos había un destello de malicia.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Saludos, heredero de Aquaviva —dijo haciendo una pequeña reverencia—. Mi
nombre es Bayou, y soy el líder del clan del Kraken. Es un placer conocerte.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Lo mismo digo, Bayou. ¿Qué quieres de mí?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Verás, es que ahora que te has aliado con nuestra querida Reina, hay una
cuestión que me gustaría consultar contigo. ¿Qué crees que deberíamos hacer con
la espía?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Enarcó una ceja, sorprendido y un poco inquieto. El tono con el que
hablaba Bayou era tan zalamero y a la vez siniestro que le estaba poniendo los
pelos de punta.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—¿Qué espía?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—La mujer que trabajaba para el heredero de Nagareth. Missa se llamaba,
si no tengo mala memoria. Normalmente, en el Norte, a los espías les damos
treinta azotes, y después los dejamos colgando de unas jaulas en las murallas
con las heridas abiertas y sangrando, hasta que mueren de sed. Por supuesto, no
enterramos sus asquerosos cadáveres hasta que los cuervos sólo han dejado los
huesos. Eso es lo que hacemos normalmente —remarcó con naturalidad, indiferente
ante la expresión de horror que mostraba Rego—, pero dado que ahora eres
nuestro aliado y que tú eres el perjudicado con su crimen, creo que sería justo
que fueses tú quien decidiese su castigo. ¿Qué opinas?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Tragó saliva. Sí, Missa era una espía y había trabajado pasando
información sobre él, pero en absoluto estaba dispuesto a que le hiciesen esas
atrocidades. Aunque sólo fuese en honor de los buenos momentos que habían
pasado juntos, no podía consentirlo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—No le pondréis un dedo encima a Missa. Por supuesto será juzgada —añadió
al ver la sorpresa en el rostro de Bayou—, pero en Aquaviva, mi propio ducado.
Es lo más justo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
El líder del clan Kraken asintió, comprensivo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Como quieras, estás en todo tu derecho —dijo con gran cortesía—. Y
estaremos encantados de entregártela, pero a cambio queremos una cosa, algo sin
importancia, no te preocupes. Estoy seguro de que no te supondrá ningún
problema.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—¿Qué queréis, Bayou? <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Tu vida —dijo el líder del clan Kraken, con la misma naturalidad que si
le hubiese pedido unas monedas para tomar una copa. -Muere y no le haremos nada
a Missa.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—¿Qué..? Tiene que ser una broma. Fue ayer mismo cuando Leyre dijo que
necesitaba mi ayuda, ¿y ahora me sales con esto?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Pero nadie reía en la habitación. Bayou sonreía, pero su sonrisa era la
misma que tienen los gatos cuando juegan con el ratón antes de comérselo, fría
y cruel. Y los guardias lo contemplaban impasibles, con la punta de sus largas
y afiladas lanzas brillando amenazadoramente.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—No sé cuáles eran las intenciones de mi reina, quizás haya cambiado de
idea o puede que la ayuda que tenías que ofrecer no era otra que entregar tu
vida. Porque lo cierto es que vas a morir aquí, Rego. La Reina de Invierno lo
quiere así —anunció Bayou, tan tranquilo como si estuviese diciendo la hora y
no declarando una sentencia de muerte—. Tú eliges cómo, puedes hacerlo fácil y
no resistirte, con lo cual será rápido, poco doloroso, y además liberaremos a
tu amiga, o puedes optar por el camino difícil y resistirte. Acabarás muriendo
igual, pero sufrirás más y Missa recibirá el castigo que se merece.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Lo decía en serio, terriblemente en serio. Rego se quedó congelado,
demasiado impresionado para decir nada; no acababa de creerse lo que estaba
pasando. <i>No podía ser</i>, pensó, <i>no puede estar hablando de asesinarme así,
como si sólo fuese una tarea más en su agenda</i>. Su rostro palideció y su
frente se cubrió con un sudor frío al mirar a los guardias armados, quienes no
dudarían ni un segundo si les ordenaban asesinarle.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Apretó los puños con fuerza. No, no moriría, no podía morir, no sin ver
antes a Bant para hablar con ella y pedirle que, por una vez, le dijese la
verdad. La verdad sobre su amistad, la verdad de lo que sentía por él. Se
concentró, respirando hondo para tranquilizarse. Podía hacerlo. Tenía su
bendición que le protegía, utilizaría su poder para salir vivo de esta
situación. La magia que le protegía se ocuparía de que él fuese feliz.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Sólo una cosa más —dijo Bayou, sacando una carta de su chaqueta y
tirándosela a Rego, quien la atrapó al vuelo por puro instinto—. Ése es un
mensaje de la Reina de Invierno en persona, ¿serías tan amable de leerlo?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Extrañado ante lo insólito de la petición tras haberle condenado a
muerte, Rego se quedó mirando la carta, un tanto reticente a abrirla. Pero sólo
era una carta, ¿qué peligro podía suponerle? Y así ganaría tiempo para
concentrarse.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
La abrió, y recogió la nota de su interior, para leerla para sí
lentamente. Su mano temblaba mientras lo hacía, y cuando acabó de hacerlo cayó
de rodillas al suelo, con lágrimas en los ojos y sin fuerzas para levantarse.
Bajó la cabeza y con la voz de un condenado dijo:<o:p></o:p></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Matadme, por favor.<o:p></o:p></div>
Jesús - El Legendario Escritor Novatohttp://www.blogger.com/profile/00984825664522649556noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1634898207277531866.post-82525261163601110602015-08-24T08:22:00.001-07:002015-08-24T08:22:11.773-07:00Capítulo 23 (Parte 3) - Bant<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Fenris, el hogar del clan del Wyvern y de la Reina de Invierno, era una
ciudad enorme y que no dejaba de crecer. Una muralla de piedra se extendía a su
alrededor para protegerla de invasores, pero tal había sido la afluencia de
gente en los últimos años que había sobrepasado la capacidad de la ciudad tras
sus muros y había sido necesario construir barrios enteros fuera de ella para
acogerlos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEibFr1aPeOPMWFL1qVd3tDBr6SOZ99k_tKAuaFabn4GUmC8qj2YLOIZFNW7OZo3vm_UKbcTq19xLTox-6pqVXumybynzGn0BuJkYvQDRdAlS5uFyEgioNJJZFxO0LcT0N1yYRD3IyPw9uF5/s1600/take_my_hand.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="231" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEibFr1aPeOPMWFL1qVd3tDBr6SOZ99k_tKAuaFabn4GUmC8qj2YLOIZFNW7OZo3vm_UKbcTq19xLTox-6pqVXumybynzGn0BuJkYvQDRdAlS5uFyEgioNJJZFxO0LcT0N1yYRD3IyPw9uF5/s320/take_my_hand.jpg" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
</div>
<a name='more'></a><br /><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Mientras cabalgaban por estos barrios en dirección a la muralla, Rego vio
a patrullas de soldados hacer la ronda, vigilando que no hubiese ningún
problema y que todo estuviese en orden. Tenían un aspecto rudo y amenazador,
cubiertos de cicatrices y de otras señales de las muchas batallas en las que
habían participado, pero se mostraban respetuosos e incluso amables con los
civiles, hasta el punto de entregar comida a una familia de recién llegados que
aún no tenía los medios para conseguirla.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
En estos barrios construidos a toda prisa, llenos de refugiados y
supervivientes de la guerra, Rego respiraba un aire de esperanza y hermandad.
Esta gente que tanto había sufrido, encontraban ahora la seguridad bajo la
protección de la Reina de Invierno, la mujer que podía ganar todas las
batallas. Cobijados bajo su ala podían empezar de nuevo, como miembros del
poderoso clan del Wyvern que se preocupaba y cuidaba de los suyos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Antes, Rego no hubiese visto más allá de estas alegres apariencias. Pero
el viaje le había vuelto más sabio, más observador; y no tardó en reparar en
los detalles que se escondían a simple vista. Los vigilantes soldados que tan
amablemente se comportaban se paraban a hablar con los jóvenes, explicándoles
la gloria y las riquezas que se podía conseguir si se unían al ejército. Los
refugiados, que recibían una casa y comida, trabajaban sin descanso, ya fuese
en los campos o en los talleres, forjando armas y herramientas para la guerra.
Carros cargados con alimentos avanzaban con paso lento, y los recién llegados
sólo recibían una pequeña parte de estos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
La Reina de Invierno se preparaba para una nueva guerra.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Finalmente llegaron a las puertas de las murallas de la ciudad, a través
de la cual podían acceder a la parte antigua de Fenris y al castillo donde se
encontraba Leyre. Para sorpresa de Rego un pelotón entero de soldados hacía
guardia ante la entrada, interrogando e inspeccionado rigurosamente a todos
aquellos que quisieran cruzar al otro lado.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—¿Qué esta pasando aquí? —le preguntó a la enmascarada—. Son demasiados
soldados para vigilar una puerta.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Bant no respondió, sino que señalo a un par de guerreros que tras verles
se acercaron a ellos con cara de pocos amigos. Grandes, musculosos, y
portadores de unas afiladas lanzas que sin duda manejaban con soltura,
inspiraban temor y respeto por igual.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—¿Sois los herederos de Nagareth y Aquaviva?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Rego soltó una exclamación de sorpresa ante la inesperada y directa
pregunta. Miró de reojo a su amiga, que a pesar de la situación mostraba la
misma tranquilidad y calma que de costumbre.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Sí, lo somos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Los soldados compartieron una mirada de “ya te lo dije” entre ellos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—En ese caso, tenemos órdenes de su majestad de haceros prisioneros. No
intentéis resistiros, no tenemos intención de haceros ningún daño ni de
molestaros más allá de lo estrictamente necesario.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Eso es fácil decirlo —apuntó Rego, mirando de reojo a otro par de
soldados que avanzaban hacia ellos para rodearles—, pero no somos nosotros los
que vamos con armas en las manos. Además, ¿se puede saber de qué se nos acusa?
No hemos hecho nada malo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Nuestras órdenes son detener a los herederos de Aquaviva y Nagareth; no
necesitamos saber los motivos para cumplirlas. Siempre obedecemos a nuestra
reina… lo mejor que podemos —dijo el soldado con un deje de amenaza en su voz,
la lanza preparada en su mano.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Está bien —intervino la enmascarada, desmontando de su caballo—. Nos
entregamos sin oponer resistencia, tan sólo os pido que no me obliguéis a
quitarme la máscara ni mis ropas.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—No será necesario —le respondió el soldado.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Un tanto reticente pero viendo que no había otra salida Rego le imitó,
desmontando del caballo que había comprado en Olvus y dejándose atar por los
soldados. Tras comprobar varias veces que sus ataduras eran firmes y seguras, y
alejar a la multitud de curiosos que se acercaron a ver que estaba pasando, el
soldado que estaba al mando ordenó iniciar la marcha en una apretada columna de
diez hombres, llevando a los prisioneros a través de las puertas y por las
calles de la antigua ciudad a un ritmo rápido y constante.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Rego podía sentir en la nuca los ojos vigilantes de los soldados, atentos
a cualquier intento de escapada que se le ocurriese llevar a cabo, y veía como,
delante suyo, Bant recibía una atención similar. Sus “escoltas” no parecían
dispuestos a correr ningún riesgo con ellos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Tras unos minutos llegaron a un cuartel, y fue entonces cuando a pesar de
sus quejas y protestas les taparon los ojos con una venda para que no pudiesen
ver nada. A ciegas, fueron conducidos por sus captores sin tener ni idea de
adonde se dirigían. Un giro a la izquierda, un largo pasillo, unas voces que
hablaban de ellos en susurros, unas escaleras que bajaban, el ruido de una
puerta al abrirse y de nuevo otro largo pasillo, esta vez pisando sobre suelo
de tierra y no de piedra Se detuvieron de repente, y Rego sintió como le
desataban las manos antes de empujarle hacía adelante. Rápidamente se quitó la
venda de los ojos, a tiempo de ver como cerraban la puerta a su espalda de un
portazo. Estaba encerrado.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
Había una litera
junto a la pared, y debajo de ésta un orinal de aspecto gastado. Ése era todo
el mobiliario de la celda. La luz entraba por una pequeña ventana con barrotes,
demasiado alta para que pudiese alcanzarla. Y en cualquier caso, no hubiese
cabido ni su cabeza por ella. Se acercó a la puerta y la tanteó un poco.
Robusta, sólida como una roca; antes se rompería él la pierna que conseguir
derribarla a patadas. Se encontraba en una habitación sin salida.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Se sentó en la litera pensando qué podía hacer. La respuesta no tardó en
llegarle: nada. No había nada que él pudiese hacer, aparte de esperar, y
preocuparse. La Reina de Invierno había ordenado su captura, seguramente con
alguna oscura intención. ¿Planearía pedir rescate por ellos, como había hecho
Balthar, o algo peor? Se decía que Leyre no se rendía ante nada para conseguir
la victoria, y que si era necesario no rechazaba el uso de la violencia o la
tortura con sus enemigos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
¿Qué planearía hacerle a Bant? Los soldados les habían tratado bien, pero
nada le garantizaba que la enmascarada estuviese recibiendo un buen trato en
estos momentos. Ni siquiera sabía dónde estaba. ¿Y si decidían tratarla como a
una enemiga? Después de todo venía con la intención de apoderarse de su ducado,
todo el mundo sabía eso. Actuar violentamente contra Bant sería como declarar
la guerra a Jötum y al resto de ducados de los cuales era heredera, pero, ¿no
iba el Norte a declararles la guerra de todas maneras? No había nada que los
retuviese.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
—Maldición
—dijo golpeando con el puño la pared, para luego agitar los enrojecidos
nudillos en el aire mientras hacía gestos de dolor—, hemos sido unos idiotas
por pensar que Leyre se quedaría quieta esperando a ser desafiada. <i>Yo… no puedo hacer nada por ayudarla.</i><o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<i>Excepto desear que no le pase nada.<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
Claro, esa era
la respuesta. Su bendición. Si a él le hacía feliz que Bant fuese tratada bien,
eso es lo que pasaría. Tenía que concentrarse, desear con todas sus fuerzas que
Bant estuviese bien, usar su bendición de la misma manera que Helena aumentaba
su intensidad cuando quería. Era lo único que podía hacer.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
No sabía cuánto tiempo había pasado cuando se detuvo, con la cabeza
doliéndole como si se hubiese estado dando golpes contra la pared debido al
esfuerzo de concentrarse durante tanto tiempo en la misma idea. Se frotó la
frente, cansado; al menos esperaba que hubiese servido para algo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Al escuchar el sonido de una llave abriendo la puerta de la celda se puso
en pie, alejando por pura voluntad todo el agotamiento que sentía y fingiendo
una sonrisa de confianza. Tenía que dar una imagen de fortaleza ante sus
captores, por su bien y por el de Bant.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Saludos, Rego de Aquaviva —le dijo una joven al abrir la puerta y entrar
a su celda—. Soy Leyre Ojos Fríos, Reina de Invierno.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
El heredero soltó una exclamación de sorpresa ante lo inesperado de su
presencia, toda su atención centrada en la mujer que había unificado el Norte
por su propio poder. Sus ojos, fríos y profundos como el océano, le miraban tan
fijamente que no pudo evitar tragar saliva acobardado. De repente, fue muy
consciente de estar encarcelado en un ducado extranjero donde su vida era
moneda de cambio.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Escúchame atentamente, Rego, porque lo que te voy a decir ahora no te va
a gustar. Pero es la verdad.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—No me importa lo que tengas que decirme, Leyre —dijo Rego, intentando
disimular el temblor de sus piernas—. Lo que yo quiero es saber dónde se
encuentra Bant y qué habéis hecho…<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Leyre alzó una mano pidiendo silencio con tanta autoridad que Rego, para
su propia sorpresa, la obedeció. La presencia de la reina era tan fuerte que no
se atrevió a llevarle la contraria.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—En mi cabeza puedo ver la respuesta a cualquier pregunta —explicó Leyre
cerrando los ojos—. Planteó un problema, y en seguida sé los pasos a seguir
para solucionarlo, los veo con claridad en mi mente. Ya puede ser algo
sencillo, cómo “¿Cuántas manzanas hay en ese árbol?”, o una tarea más
complicada, cómo “¿Qué hay que hacer para ganar al resto de clanes del Norte y
unificar el ducado?”. Siempre sé la respuesta.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Rego no dijo nada, esperando a ver a donde quería ir a parar Leyre con su
explicación.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Hace meses, tras ganar el enmascarado su primer desafío contra Marcus,
me pregunté: “¿Qué es lo que planea hacer el heredero de Nagareth?” —. Abrió
los ojos, mirando a Rego con una resolución que el heredero de Aquaviva sólo
había visto en otra persona. —Entonces lo supe, y tome medidas para remediarlo.
Traedla —ordenó en voz alta.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Un soldado abrió la puerta de la celda, arrastrando consigo a alguien.
Fuese quien fuese, se movía tanto resistiéndose que Rego apenas pudo ver un
destello de un rojo vivo antes de que fuese arrojada a sus pies de malas
maneras.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—¿A qué viene esto? —preguntó el heredero enfadado. Se agachó para ayudar
a la mujer, que giraba la cabeza para que no pudiese ver su rostro. Preocupado
por ella, y un tanto inquieto por su extraño comportamiento, la sujetó para
poder observarla con detenimiento. —No puede ser… —exclamó al reconocerla, sin
acabar de creérselo—. ¿Missa?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Su amiga de cabellos rojos, la simpática y extravagante joyera de Nagareth,
la enamorada de su amigo Narses y a la que no había visto desde aquella cena
íntima en un restaurante en Aquaviva, asintió sin mirarlo a los ojos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—¿Qué haces aquí? ¿Te encuentras bien?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
La registró buscando señales de heridas o de golpes, pero no encontró
nada.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Se encuentra perfectamente —le aseguró Leyre—. Mis soldados se han visto
obligados a tratarla con rudeza mientras la traían aquí por el único motivo de
que no quería verte, Rego. Quizás deberías preguntarte por qué.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
La Reina de Invierno se agachó junto a Missa, sujetándola de la barbilla
con una mano para forzarla a enfrentarse a su mirada.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Dile la verdad a tu “amigo”, Missa. No más mentiras.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
La joven se encogió, temblando de miedo pero incapaz de huir de la mano
que la sujetaba con firmeza. Rego iba a defenderla cuando se percató del
sentimiento que se escondía tras su actitud: culpabilidad.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Soy… soy una agente del heredero de Nagareth. Mis órdenes eran
mantenerme al tanto de los acontecimientos políticos y sociales de Aquaviva,
así como de posibles amenazas para Nagareth.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Eres una espía —resumió Rego. <i>Uno
de los espías de Nagareth</i>, pensó el heredero, <i>como aquel mercader de esclavos de la Costa Verde que nos proporcionó
un alojamiento.</i><o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Missa no respondió; no era necesario. Rego se apartó de ella, sintiéndose
traicionado por la que él creía era una buena amiga suya. Podía ser todo un
engaño, podían haberla obligado a decir esas cosas bajo amenaza de tortura.
Pero, entonces, ¿por qué Missa parecía tan culpable?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Confiésalo todo —le ordenó la Reina de Invierno—. Explícale a Rego
cuales eran tus últimas órdenes.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Debía unirme al círculo de conocidos de Rego, trabar amistad con él para
así poder presentar un informe lo más completo posible sobre su persona. Su
comportamiento, sus vicios, sus defectos y virtudes… todo aquello que
observase.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Apresada aún por la mano de Leyre, los ojos de Missa resplandecían por
unas lágrimas a punto de nacer.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—No… no lo entiendo. Creía que eras mi amiga; una de mis mejores amigas.
Tú, Narses, Ahrlen y yo, los cuatros unidos contra el mundo. ¿Me estás diciendo
que todo era mentira? ¿Por qué lo has hecho? <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—No todo era mentira, Rego —respondió Missa—. Yo…<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Calla —la interrumpió tajantemente Leyre, tapándole la boca mientras la
miraba con un profundo desprecio—. Si te dejase hablar estoy segura que
acabarías convenciéndole de lo que quisieras. Le conoces muy bien, pero claro,
ése era tu trabajo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
La arrojó a un lado como si no fuese más que un saco de basura.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Llevaos de aquí a esta espía.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Rego miro a un lado mientras los hombres de Leyre se la llevaban, entre
sollozos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—¿Por qué, preguntas? —dijo entonces la Reina de Invierno, su voz
desprovista de todo calor y alegría, tan fría que estremecía de solo
escucharla—. Porque el heredero de Nagareth quería saber todo lo que pudiese de
ti, Rego, para así poder conseguir tu amistad con más facilidad. Porque sabía
que así tú querrías que ganase en los desafíos, y tu bendición le ayudaría.
Porque sabía que sólo con tu ayuda podría derrotarme.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<i>Mentira. Tiene que ser mentira</i>.
Para empezar, no había manera de que Bant supiese todo lo poderosa que era su
bendición, él mismo lo había descubierto hace poco. Leyre debía saberlo ya que
podía conocer la respuesta a cualquier pregunta, ¿pero Bant? Ella no era ningún
erudito y su ducado era demasiado pobre para…<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<i>Mucho se perdió de la biblioteca,
aunque lo que queda sigue siendo una fuente valiosísima de conocimiento.<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
El recuerdo de esa conversación acudió en ese instante a su memoria. Bant
había tenido acceso a manuscritos y pergaminos que los grandes magos utilizaban
para sus estudios, podía saber más sobre la magia y sus efectos que cualquier
sabio. Eso explicaría como podía haber planeado las derrotas de los herederos
buscando los puntos débiles de sus bendiciones cuando todo el mundo creía que
eran invencibles.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Y eso explicaría también que supiese el verdadero poder de su bendición,
ya años antes de conocerle, y porque habían ido al monasterio; para que
confirmase que la bendición de Rego podía derrotar a la de la Reina de
Invierno.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Te ha estado utilizando desde el principio, Rego. Para el heredero de Nagareth
no has sido más que una herramienta para conseguir sus propósitos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Bant, su amiga, que tanto se preocupaba por los demás, que estaba
dispuesta a sacrificarse por los demás sin dudar pero que lloraba de pena
cuando se veía obligada a matar a una persona… Bant, que no se rendía a pesar
de que cada vez estuviese más débil, que podía sonreír y reír con verdadera
alegría cuando había perdido a su amor no hacía tanto… Bant, a quien podía
mirar en medio de la oscuridad, sin llegar a ver su rostro, y a pesar de todo,
a pesar de descubrir la verdad sobre su bendición, a pesar de saber que siempre
había manipulado a la gente que quería, aun así… Se sentía bien si la tenía a
su lado.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<i>¿Sólo soy una herramienta para
ella?<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
La Reina de Invierno le ofreció su mano.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Únete a mí, Rego.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
El heredero se limitó a contemplar el brazo que Leyre le ofrecía,
aturdido.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Conmigo no habrá mentiras ni secretos, ni medias verdades de ningún
tipo. Planeo atacar al resto de ducados, y desde luego venceré, nadie puede
evitarlo. Lo sé. Pero contar con tu ayuda reduciría las bajas y el sufrimiento,
disminuiría la duración de un conflicto que se puede alargar durante años.
Ayúdame, por favor.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
No sabía qué hacer. ¿Traicionar a Bant y aliarse con Leyre para ayudarla
en su conquista, en su guerra? Sólo de
pensar en enfrentarse a la enmascarada sentía como se le retorcía el estómago.
Pero si se unía a la Reina de Invierno salvaría muchas vidas, sería el uso más
noble que podía darle a su bendición. Y Bant lo había traicionado desde el
principio. Detrás de todos sus secretos y misterios, al final, sólo había
mentiras.<o:p></o:p></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Lentamente, Rego alzó su brazo y estrechó la mano de la Reina de
Invierno.<o:p></o:p></div>
Jesús - El Legendario Escritor Novatohttp://www.blogger.com/profile/00984825664522649556noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1634898207277531866.post-12473711487328145342015-08-17T11:13:00.001-07:002015-08-17T11:13:42.461-07:00Capítulo 23 (Parte 2) - Bant<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Miraba el techo sobre su cabeza, a pesar de que en la penumbra de la
habitación apenas podía distinguir nada. Una vez más, sufría de insomnio. Cada
vez le parecían más lejanos los comentarios de su madre sobre su habilidad para
dormir en cualquier ocasión.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgNDhfCm4HnAzUIyIqcIrKQKbI6GNRZe_7kQ9IGNABLdE2Yk2YCYWZVO5r2c8Hiq1dUAHzVjaEPOv7l47IPEhhdnXjvL4elSNNZ51il3OR64k8rOxBp9z3b1NBikbKxtEFxuQ-9QCExgJQp/s1600/bedroom_by_anthonyavon-d6y2slp.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgNDhfCm4HnAzUIyIqcIrKQKbI6GNRZe_7kQ9IGNABLdE2Yk2YCYWZVO5r2c8Hiq1dUAHzVjaEPOv7l47IPEhhdnXjvL4elSNNZ51il3OR64k8rOxBp9z3b1NBikbKxtEFxuQ-9QCExgJQp/s1600/bedroom_by_anthonyavon-d6y2slp.jpg" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
</div>
<a name='more'></a><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—¿Estás despierto, Rego? —le preguntó Bant en voz baja, en la cama de al
lado.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Había sido casi un milagro encontrar una habitación libre con tanta gente
en el pueblo, y desde luego Rego se alegraba de poder dormir en una cama blanda
que no entre la paja de algún establo. Pero se alegraría bastante más si no
tuviese la certeza de que este “milagro” se debía a su bendición, que actuaba
cumpliendo sus deseos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Sí, no consigo dormir.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—A mí me pasa lo mismo. Estoy realmente agotada, y creía que sería
tumbarme en la cama y caer dormida, pero no ha sido así. Supongo que estoy
demasiado nerviosa.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Rego se giró para mirarla, aunque en medio de la oscuridad apenas podía
distinguir sus formas y su rostro, girado hacía el suyo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—¿Estás nerviosa porque mañana desafiaras a Leyre?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—En gran parte, sí. Pero también porque nuestro viaje está a punto de
acabar, Rego. Esta loca aventura que empezó aquel lejano día cuando partimos de
tu ciudad va a llegar a su fin, y estoy tan sólo a dos pasos de conseguir lo
que me proponía. Tengo tiempo de lograrlo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<i>Tiempo,</i> pensó Rego sintiendo
una punzada de dolor en el pecho.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
La condición que sufre Bant, esa
condición que se agrava con el paso del tiempo y cuyos efectos no podía ocultar
ni siquiera con su máscara. En los últimos días la había visto más débil, más
propensa al agotamiento y a los mareos. Hoy mismo, cuando le ofreció su mano
para salvarle de su caída, se había estirado de una manera extraña, forzada. Y
su fuerza no era ni por asomo la que había tenido en el enfrentamiento contra
Grim. Era evidente que algo le sucedía, pero también era evidente que Bant no
quería hablar de ello.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—¿Crees que lo conseguiré, Rego?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Claro que sí. Sea lo que sea eso que quieres lograr, ya sea el bienestar
de la gente de tu ducado, la paz en el Norte o la restauración del reino, yo sé
que tú puedes hacerlo. ¡Eres el heredero de Nagareth, la persona que derrota a
las bendiciones sin problemas, capaz de ganar un torneo de póquer cuando una
semana antes no tenía ni idea de cómo se jugaba! Si me dices que quieres
capturar el Sol, yo iría comprando linternas.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Su amiga se echó a reír, una risa suave y liberadora.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—No, puedes estar tranquilo, no es ese mi propósito—dijo una vez más
calmada—. Ni siquiera yo estoy tan loca, ¿sabes?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Eso es lo que tú dices —replicó Rego con una sonrisa—. Yo, desde el
primer momento que te vi, con esa ropa tan extraña y esa mascara siniestra,
proponiéndome una aventura y asegurándome que podías hacer lo imposible, ya
supe que estabas como una cabra. Sólo te he acompañado para ver cuando perdías
el último tornillo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Bant volvió a reír, esta vez con fuertes carcajadas. Al principio Rego se
limitó a escucharla, maravillado del sonido de su risa sin ninguna máscara que
le agravase el tono. Luego, contagiado por su buen humor, no pudo evitar reír
con ella.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Sabes de sobra que no soy perfecta, Rego —dijo Bant, medio risa medio en
serio. Sin embargo, tras una breve pausa, pronunció unas palabras tras las que
se adivinaba un profundo dolor: —He cometido errores, y el peor de todos ellos
es no haber encontrado un modo de evitar que Grim muriese.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Podría decirte que no fue culpa tuya, pero eso no te ayudaría,
¿verdad? —preguntó Rego. Sin
esperar respuesta, continuó hablando. —Hazlo mejor. La próxima vez que te enfrentes
a una situación parecida, esfuérzate más, piensa diferente o para variar, pide
ayuda a tus amigos, y lo harás mejor. Si eres tú, estoy seguro que lo
conseguirás.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Rego se sintió un tanto incómodo, incluso avergonzado, tras soltar ese
sermón a Bant. No era propio de dar él dar consejos -estaba mucho más
acostumbrado a estar en el lado que los recibe-, pero, por esta vez, sentía que
era lo adecuado.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Además, Bant no parecía enfadada, así que no debía haber dicho más
tonterías de lo normal. O quizás había dicho tantas que se había quedado sin
palabras, muda, y ahora estaba…<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Gracias, Rego —dijo Bant, interrumpiendo su cadena de pensamientos—. Por
todo. Buenas noches.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Calló un momento y Rego pensó que iba a añadir algo más, pero entonces se
dio la vuelta para dormir.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Buenas noches, Bant.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<i>Sí, ya va siendo hora de dormir o
mañana estaré hecho polvo</i>, pensó Rego lanzando un bostezo. Empezaba a notar
un agradable calor recorriendo su cuerpo, por lo que no creía que esta vez le
costase conciliar el sueño. <i>Sólo faltaría
que me quedase dormido cuando Bant desafié a Leyre.<o:p></o:p></i></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Sin embargo se quedó un rato más con los ojos abiertos, en la oscuridad,
observando el contorno de la figura de Bant y pensando por primera vez que,
quizás, ser su amigo no era todo lo que él quería.<o:p></o:p></div>
Jesús - El Legendario Escritor Novatohttp://www.blogger.com/profile/00984825664522649556noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1634898207277531866.post-12723153036642091372015-08-10T11:44:00.001-07:002015-08-10T11:44:30.854-07:00Capítulo 23 (Parte 1) - Bant<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Para Rego toda la escena sucedió como si el tiempo se hubiese
ralentizado. Vio el camino hacerse pedazos debajo suyo, las piedras cayendo
hacía las profundidades del abismo, mientras su caballo intentaba inútilmente
hacer pie en medio del desastre. Se vio a si mismo alargar el brazo mientras
caía, agarrándose por puro instinto a un débil saliente, entre los relinchos de
desesperación de su caballo que se precipitaba hacia el vacío. Soltó un quejido
de dolor cuando los músculos de su brazo se tensaron para soportar su peso.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh_UN3FiU6E7iBie459aR7VXDm7iiayzUe6U0rRxJNU-Y1HtS1t5QettQkXav6JtAfDXPZbZJXeK4W9W8bEx-8u232Oq6cU2J4tMmLZLunDaSYc_9GHwVWbeuW_Pn0vv0bBtNyEu0xc0HmI/s1600/snowvillage.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="96" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh_UN3FiU6E7iBie459aR7VXDm7iiayzUe6U0rRxJNU-Y1HtS1t5QettQkXav6JtAfDXPZbZJXeK4W9W8bEx-8u232Oq6cU2J4tMmLZLunDaSYc_9GHwVWbeuW_Pn0vv0bBtNyEu0xc0HmI/s320/snowvillage.jpg" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
</div>
<a name='more'></a><br /><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—¡Dame la mano, rápido!<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Bant estaba sobre él, estirada al borde del destrozado camino de una
manera extraña, como de costado, al tiempo que alargaba su mano para intentar
agarrar su brazo suelto. La miró sorprendido de la velocidad con la que debía
de haberse movido, pero entonces reparó en que ya llevaba un rato colgado del
saliente. Se notaba confuso, aturdido por el repentino accidente; no medía bien
el paso del tiempo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—¡Vamos, Rego!<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
La urgencia en la voz de la enmascarada le despertó de su confusión.
Tenía que moverse, alzar el brazo hacía Bant antes de que el saliente al que se
agarraba cediese. Tenía que hacerlo, rápido o… ¿O qué? ¿O moriría, dando fin a
toda una vida en la que no había hecho otra cosa que manipular a los demás para
su propio bien? Quien sabe como serían ahora las personas que le habían tratado
si no hubiesen estado bajo la influencia de su bendición que las cambiaba sin
remedio.0 Quizás sería mejor si simplemente se dejase caer.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Rego, por favor. Dame la mano.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Alzó la cabeza, sorprendido. Había notado el miedo en las palabras de
Bant, miedo por él, y al final fue eso lo que le hizo decidirse. Se agarró con
fuerza a su mano, y con su ayuda consiguió regresar al camino, quedándose sentados
el uno al lado del otro respirando con fuerza.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Idiota —exclamó Bant, dándole un puñetazo que le hizo girar la cara, más
por la sorpresa que por la fuerza que había usado—. ¿Por qué no cogías mi mano?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Yo… lo siento, Bant.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Se llevó la mano a la mejilla dolorida, sin saber qué decir.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Podías haber muerto, Rego. ¿En qué demonios estabas pensando? —le
preguntó con tanta furia que Rego miro hacia otro lado, arrepentido—. No he
pasado por todo esto, por tantos sacrificios y sufrimientos, para ver como
pierdo a otra persona a la que quiero.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Arrojó la máscara a un lado para limpiarse las lágrimas que empezaban a
brotar de sus ojos. Rego se le acercó con cautela, y lentamente la rodeó con
sus brazos para consolarla.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Lo siento, Bant.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<i>Esto es lo que significa no ser
feliz</i> , pensó Rego, <i>tener viejas
heridas que nunca acaben de cerrarse.</i><o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Continuaron su viaje en el caballo de Bant, sin decir palabra alguna de
lo que acababa de suceder, cabalgando con los ojos atentos en el camino de
montaña para evitar los trozos en más mal estado. Al cabo de un par de horas
llegaron a un pequeño asentamiento de nombre Olvus; poco más que cuatro casas a
las afueras del hogar del clan del Wyvern pero que estaba en constante
crecimiento debido a su proximidad a la Reina de Invierno.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Obreros y albañiles se movían de un lado a otro, así como carpinteros y
mozos de carga transportando sacos de material para la construcción de nuevos
edificios. Grupos de jóvenes paseaban, sin más propósito aparente que pasar el
rato charlando con los amigos y saludar a los trabajadores; y grande era el
alboroto que salía de la única posada del pueblo. Para ser tan pequeño, era
mucha la vida que se respiraba en Olvus.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
Ante tanta gente
a su alrededor, todos tan activos como las avispas de un panal en pleno verano,
Rego se animó un poco. Aún se sentía culpable por su bendición y por todo lo
que ésta había hecho para que él siempre se sintiese feliz, pero en medio de la
multitud de personas se sentía uno más, una persona corriente como ellos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Pero entonces, mirando de más cerca, vio las sombras de preocupación bajo
los ojos, las sonrisas amargas y los rostros serios y sin alegría de los niños.
Esta gente…<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Bant, todas estas personas son refugiados de guerra, ¿verdad?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Eso parece. El conflicto que enfrentaba a los clanes contra Leyre ha
durado muchos años, arrasando pueblos y ciudades a su paso. Los caminos se
dejaron sin mantenimiento, se abandonaron los campos y la gente huía de sus
propios hogares en un intento de salvarse de la guerra. Supongo que con el paso
del tiempo y al ritmo que aumentaban las victorias del clan del Wyvern era
normal que los refugiados se reunieran en sus tierras, donde creían estar más
seguros.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Y todo esto —indicó Rego, mirando a la multitud de personas desplazadas
de sus hogares, supervivientes de un horror del que no tenían ninguna culpa—,
por que unos nobles en los sillones de sus castillos tuvieron miedo de una
niña.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Sí —fue todo cuanto dijo la enmascarada.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Rego no dijo nada más, contemplando en un silencio avergonzado a una
mujer a la que le faltaba una pierna y caminaba con la ayuda de un bastón.
Cuando era un niño se imaginaba las guerras como algo glorioso, un combate
épico en que los buenos siempre ganaban a los malos y traían la paz y la
esperanza a la gente. Ahora, tras viajar por el Norte y ver los efectos de tan
largo conflicto, entendía que no había ni buenos ni malos, que las guerras sólo
respondían a los oscuros motivos de aquellos en el poder y que las pobres gente
sólo querían que les dejasen vivir sus vidas en paz.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Vamos —dijo Bant, poniendo la mano sobre su hombro y señalando a una
posada—. Hemos tenido un viaje muy duro
y nos conviene descansar, sobre todo a ti, Rego. Mañana continuaremos hacia
Fenris.<o:p></o:p></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Asintió con la cabeza, dando la razón a la enmascarada. Había sido un día
muy largo y necesitaba descansar.<o:p></o:p></div>
Jesús - El Legendario Escritor Novatohttp://www.blogger.com/profile/00984825664522649556noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1634898207277531866.post-82999704055719049882015-08-03T23:49:00.002-07:002015-08-03T23:49:50.192-07:00Capítulo 22 (Parte 3) - La mano que mueve los hilos<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
En el primer día, al desayunar en el comedor con los monjes, se dio
cuenta de que una bandeja con comida era apartada a un lado y que más tarde un
novicio la cogía y se la llevaba. Al segundo día, en una partida de cartas
clandestina y tras una buena mano consiguió una de las túnicas marrones que
vestían los monjes. En el tercero emborrachó al novicio, que además de
aburrirle con historias sobre su pueblo y explicarle lo mucho que echaba de
menos a su familia le reveló donde se encontraba la habitación del maestro Nyarmo,
a la cual llevaba comida todos los días. Al cuarto cogió prestado,
disimuladamente, uno de los libros de la biblioteca. Y esa misma noche, vestido
con la túnica de monje que había ganado, Rego recorrió los pasillos
sigilosamente hasta llegar a la puerta tras la cual se escondía el director de
la biblioteca.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEivaY8a1stuW98oEEllRs2ApXCt_MFzjLglBhP4OHwHuAl4ek-WB-xwKoiHLJGwof6nZe1qeIqrKb3WbBufacKbCy0X_fZf3Inu5xU_E7BwiM2hLG8p_1Ad08YfAIVtfuf40GYia2wGm4mU/s1600/the_puppeteer.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEivaY8a1stuW98oEEllRs2ApXCt_MFzjLglBhP4OHwHuAl4ek-WB-xwKoiHLJGwof6nZe1qeIqrKb3WbBufacKbCy0X_fZf3Inu5xU_E7BwiM2hLG8p_1Ad08YfAIVtfuf40GYia2wGm4mU/s320/the_puppeteer.jpg" width="139" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
</div>
<a name='more'></a><br /><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Golpeó una, dos, tres veces la puerta. Esperó un rato. Volvió a
golpearla, esta vez más fuerte y más insistentemente, hasta que oyó una
maldición y gritos de protesta de dentro de la habitación. Esperó un poco más,
y cuando iba a volver a golpear la puerta de nuevo se abrió en ésta una pequeña
rendija por la que le observó un par de ojos enrojecidos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—¿Quién demonios viene a molestarme a estas horas de la noche? —preguntó
el maestro Nyarmo—. Más vale que tengas una buena excusa o te pondré a cortar
las malas hierbas del jardín en paños menores.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Maestro —dijo Rego, forzando la garganta para cambiar la voz—, vengo de
parte del hermano Mansón. Los herederos han encontrado la información que
buscaban en este libro, y han pedido permiso para cogerlo prestado por unos
días. Dicen que se marcharán ahora mismo si se lo dejamos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
El anciano examinó el libro a través de la rendija, parpadeando varias
veces para intentar distinguir los lejanos caracteres del título.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Desde aquí no puedo verlo bien. Voy a abrir la puerta para que pases y
me lo enseñes, con un poco de suerte será un volumen sin valor del que no me
importe prescindir.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Cerró la rendija y Rego pudo oír como descorría un montón de cerrojos,
para finalmente introducir la llave en la cerradura y abrir la puerta, dejando
pasar al disfrazado Rego al interior de la habitación.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Dame el libro.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Por supuesto —respondió Rego, observando con curiosidad la habitación
del director de la biblioteca. Era muy similar a la del resto de monjes,
pequeña, con una sola cama, un par de sillas y escasos muebles, todos ellos
repletos de libros y papeles desordenados. La única diferencia era una puerta
que daba a una pequeña habitación con un baño y lavabo, y que le permitía no
tener que ir a los baños comunitarios.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Espera un momento… Este libro trata sobre la cocina en los primeros
tiempos de los siete ducados, no puede ser que esto fuese lo que buscasen los
herederos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Me temo, Maestro Nyarmo —dijo Rego cerrando la puerta de la habitación a
su espalda—, que tenéis razón.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Con un gesto teatral -después de todo llevaba días planeando este
momento- se despojó de la capucha de su túnica, dejando su rostro sonriente al
descubierto ante el anciano, que al reconocerlo retrocedió hasta la pared
pálido como una vela.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—No puede ser. ¡Eres el heredero de Aquaviva! Di órdenes bien claras de
que no quería tener nada que ver con vosotros, ¡nada! Cuando pille a Mansón se
va a enterar.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Mansón no tiene nada que ver— replicó Rego. Dio un paso hacia el
espantado anciano, que retrocedió hacía la izquierda, con la pared a su
espalda. Dio otro paso en su dirección, y esta vez Nyarmo avanzó hacia la
derecha, intentando mantener siempre la máxima separación entre los dos. —Esto
es ridículo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<i>Pero también algo divertido.<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—He venido buscando respuestas, Nyarmo. ¿Por qué me tienes tanto miedo?
Todavía no he mordido a nadie. Bueno, puede que en una fiesta y estando muy
borracho, pero fue un mordisquito de nada. De todas maneras, eso no viene al
caso —añadió al ver la expresión del anciano—, lo que quiero decir es que no
voy a hacerte nada. Sólo quiero que me expliques a qué se debe tu extraño
comportamiento, tanto el de ahora como el que tuviste en la cena con Helena.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
Nyarmo
miró de reojo hacía la puerta, pero no hacía falta ser un genio para darse
cuenta de que su anciano cuerpo no conseguiría llegar hasta ella antes de que
Rego le detuviese. Bajo la cabeza y suspiró, dándose por vencido.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Cómo quieras, heredero, te diré lo que quieres saber. Además, desde el
mismo momento en que supiste de mi existencia ya era demasiado tarde para mí.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Rego lo miro extrañado.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—No te entiendo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—No me sorprende, nadie lo hace—. Nyarmo se sentó en una de las sillas,
indicándole a Rego que hiciera lo mismo. —Ponte cómodo; te hará falta.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
El maestro cogió
aire antes de empezar su explicación.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Toda mi vida la he dedicado a aprender. Desde que tengo memoria, siempre
he buscado la respuesta a los enigmas de la naturaleza. Recuerdo con gran
alegría el día que entré por primera vez a la biblioteca, con todo aquel
conocimiento por fin a mi alcance. Pasaba los días leyendo sin parar, perdido
entre documentos escritos siglos antes de mi nacimiento. No es de extrañar que
acabase descubriéndolo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—¿El qué? ¿Qué descubriste?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—La verdad —respondió el anciano—. La verdad que los grandes magos y los
duques nos han estado escondiendo durante todos estos siglos. La verdad sobre
las bendiciones y su poder—. Dedicó a Rego una mirada a medio camino entre el
temor y el odio. —La verdad sobre ti y los tuyos, que jugáis con nosotros como
si no fuésemos más que piezas en la partida de ajedrez de vuestras vidas.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—No tengo ni idea de qué estás hablando. Yo no juego con las vidas de
nadie ni tengo la más remota intención de hacerlo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Pero lo haces. Has estado en presencia de Helena, debes de haber notado
que no sólo es hermosa, sino que además domina a los hombres como si nada. En
su caso es más fácil notarlo, pero la verdad es que las bendiciones no afectan
sólo al heredero que la tiene, sino a todos los que le rodean.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
¿Podía ser cierto? La bendición de Helena ciertamente no limitaba sus
efectos a su persona, y por lo que sabía con Grim había sucedido lo mismo,
afectando al mismo azar para impedir que sus oponentes le derrotasen. No
resultaría tan raro pensar que algo similar pasaba con Balthar y con Marcus.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Cambiáis el destino de la gente, heredero de Aquaviva. En diferente
medida según la bendición, pero basta con vuestra sola presencia para cambiar
los sentimientos, la suerte o los deseos de las personas, en muchos casos sin
que ellas se den cuenta. Sin que puedan hacer nada para evitarlo. Éste es el
secreto que muy pocos saben, escondido tras siglos de ocultación.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Rego recordó a Ahrlen, y cuanto había cambiado tras verse afectado por
Helena. No era la misma persona, y lo peor de todo es que para él todo era
natural y no una manipulación. Si todas las bendiciones podían provocar ese
cambio, aunque fuese menor, había motivos de sobra para tener miedo a los
herederos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—De todas maneras sigo sin entender porque reaccionas así ante mí. Vale
que no quieras relacionarte con Bant, con su misteriosa bendición, pero la mía
es bien conocida y no afecta a los demás. No deberías temerme.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—¿Qué no debería temerte? ¿A ti? —exclamó incrédulo Nyarmo, que soltó una
carcajada seca llena de sarcasmo—. De los seis herederos de esta generación
cuya bendición se conoce, los que más poder tienen sobre los destinos de las
personas que los rodean son Helena y tú, Rego. Y la tuya es la más poderosa.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Tienes que estar equivocado. Mi bendición dice: “Siempre será feliz y
vivirá un millar de aventuras.” Principalmente sólo me afecta a mí, al hacer
que siempre sea feliz.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—¿Estás seguro? —preguntó el maestro, con el tono que los profesores
llevan empleando desde tiempos antiguos cuando quieren demostrar a un alumno su
error—. Debes saber dos cosas sobre la magia: la primera es que no puede
cambiar la naturaleza humana —dijo, alzando un dedo esquelético—. No puede
darle alas a un hombre, ni borrar del todo su capacidad para odiar o amar, por
ejemplo. La segunda —dijo alzando un segundo dedo— es que las palabras
importan. En una bendición, las palabras lo son todo. Lo que nos lleva de nuevo
a tu bendición. Para empezar, la tuya es una bendición doble, pero además…<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—¿Además, qué?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Dime, heredero de Aquaviva, ¿serías feliz si la mujer que amas te
rechazase?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—¿Qué? Nunca me ha pasado eso que mencionas, pero no veo…<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—¿Serías feliz si vieses morir a un amigo ante tus ojos?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
El recuerdo de Ahrlen y Bant batiéndose en un combate que no podían ganar
acudió a su memoria. En ambos casos la suerte le había sonreído, deteniendo un
duelo y ganando Bant en el otro, y sus amigos habían salido con vida.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—No lo sé, no he tenido la desgracia de presenciar algo así.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—¿Serías feliz si el infortunio cayera sobre aquellos que te rodean?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
¿Cóm podía responder a estas preguntas, si él ni siquiera sabía que
significaba no ser feliz? En las llanuras de Jötum, cuando Ashran ordenó a sus
hombres que esclavizasen y mataran a los viajeros que les acompañaban, Rego
había querido que no lo hicieran y que les dejasen marchar libres. Era un deseo
normal, y se alegraba de que así hubiese acabado sucediendo. Más adelante, la
enmascarada llegó a tiempo de evitar que Balthar arruinase aún más las vidas de
la pobre gente de Nagareth, y por supuesto se alegró de esto, al igual que se
alegró cuando Ashran decidió ponerse de su lado contra su malvado señor. Había
habido muchas ocasiones así en su vida, y Rego no podía saber que hubiese
sentido si hubiesen acabado mal.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Porque siempre habían salido bien. Todos y cada una de las ocasiones en
que un problema así había aparecido ante él, siempre habían acabado bien.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—¿Lo entiendes ahora, heredero de Aquaviva? Tu bendición afecta a todas
las personas que te rodean, a todos aquellos con los que te relacionas, para
garantizar que tú siempre seas feliz. Cambian su manera de actuar, de pensar,
para hacerte feliz, y no lo saben. Tú eres la mano que mueve sus hilos, y nadie
se da cuenta.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Estas palabras golpearon como un martillo a Rego. Los recuerdos de toda
su vida le invadieron, contemplándolos ahora bajo una nueva lente.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Su querido abuelo, que murió lejos de él para que no le viese sufrir. Las
continuas escapadas y aventuras de niño, por las que nunca sufrió más que un
leve castigo. Sus amoríos de adolescente, que siempre acababan amistosamente
justo cuando él deseaba. Su propia madre, que consentía con facilidad al único
heredero del ducado marcharse en una loca aventura con el misterioso y
desconocido heredero de Nagareth.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Todas las piezas encajaban una vez que sabías a qué estabas jugando.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—No puede ser… —masculló a duras penas, negándose a creer la realidad que
se le desvelaba—. Tienes que estar equivocado.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Quizás tengas razón —dijo entonces Nyarmo, titubeando—. Toda esta
información la he obtenido examinado viejos pergaminos y libros en ruinoso
estado, es muy posible que haya malinterpretado algo. Pero aun así es mejor no
correr riesgos, ¿no crees? Es como la leyenda del monstruo de Marit Lok.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—¿De qué estás hablando ahora? —preguntó desconcertado Rego—. ¿A qué
demonios vienes a hablarme del monstruo ese tras todo lo que me has dicho?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Es lo mismo que pasa con las bendiciones. Verás, existía un pueblo
primitivo del Norte que creía en la existencia del malvado monstruo Marit Lok,
un ser de pesadilla que devoraba las almas de aquellos incautos que no
durmiesen boca abajo las noches de luna llena. No es más que una vieja leyenda
y que sólo aparece en los libros antiguos, pero si ese pueblo primitivo le
hacía caso, por algo sería, ¿no? Yo no quiero que mi alma sea devorada por
ningún monstruo —farfulló, temblando de miedo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Rego se lo quedó mirando, sin dar crédito a lo que estaba escuchando. Y
entonces, mirando a ese hombre tembloroso y de mirada huidiza, lo entendió. El
maestro Nyarmo, que había sido el hombre más sabio de los siete ducados, era un
anciano. Un anciano senil, que hacía casos de estúpidas supersticiones sin
sentido y que había perdido la sabiduría de antaño bajo el peso de los años.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Soltó un largo suspiro al comprender que todas las preocupaciones y
acusaciones de Nyarmo no eran más que tonterías sin sentido, causadas por su
avanzada edad.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Claro, lo entiendo perfectamente —dijo Rego en un tono suave y
tranquilizador—. Es mejor no arriesgarse. Por eso me iré ya, no quiero
molestarte más, maestro.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—¡Sí, márchate y llévate contigo tu horrible bendición!<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Sí, lo que tú digas.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Rego cerró la puerta mientras salía, aguantando los gritos de Nyarmo
mientras tanto. Una vez a solas en el pasillo, estuvo a punto de caerse de la
risa ante lo estúpido que había sido. Tantas preocupaciones y sospechas, y todo
había sido culpa de su desbordante imaginación sumado a las locuras de un pobre
anciano. <i>Ay, que tonto he sido</i>, pensó
llevándose la mano a la boca para aguantar las carcajadas.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—¿Eres feliz, Rego?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
La pregunta le pilló totalmente por sorpresa, más aún cuando se creía a
solas en el pasillo. Miró a su alrededor y comprobó que no había nadie; pero no
se extrañó demasiado. Había reconocido esa voz, que no era de otra persona que
de la molesta maga de Nagareth, que por lo visto volvía a usar su magia para
jugar con él.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—¡Déjate de juegos y da la cara, Elisee!<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Esperó, pero no recibió ninguna respuesta a sus gritos. Estaba más que
harto de esa maldita maga, que siempre hablaba con enigmas y que le cargaba
sobre sus hombres responsabilidades que no eran suyas. Además, no entendía por
qué le había preguntado eso. Por supuesto que era feliz, ¿por qué no iba a serlo
después de descubrir que todas sus sospechas eran infundadas? Cuando el mismo
Nyarmo empezó de repente a excusar sus actos debido a que no quería correr
riesgos él…<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Y, entonces, mientras repasaba mentalmente su conversación con el
anciano, lo entendió. Entendió la verdad sobre su bendición y lo que había
estado haciendo toda su vida a los demás.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<i>Tú eres la mano que mueve sus
hilos, y nadie se da cuenta</i>.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Cayó al suelo de rodillas, derrotado; sin ganas ni fuerzas para moverse.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Sobre una escalera, sujetando una lámpara con una mano mientras con la
otra sostenía un libro, el heredero de Nagareth sonrió tras su máscara. Lo
había encontrado. Cerró el enorme manuscrito que había estado leyendo y lo
devolvió a su sitio en la estantería, apresurándose a bajar por la escalera.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Ya está, Rego —le gritó llena de entusiasmo a su amigo, que hojeaba con
expresión ausente un libro—. He encontrado la respuesta.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—¿Y cuál es? —preguntó éste con una apatía extraña en él.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Si dos bendiciones se enfrentan entre sí gana la más reciente. Se debe a
que la magia se debilita conforme pasa el tiempo, muy lentamente, pero
suficiente para marcar la diferencia. Esto confirma lo que yo creía, que una
bendición es más poderosa cuanto más reciente es.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Bien. ¿Así que ya podemos irnos de aquí, no?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Sí, ya podemos marcharnos—. La enmascarada miró preocupada a Rego,
inquieta por el extraño comportamiento que había mostrado durante todo el día—.
¿Te encuentras bien?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Su amigo le devolvió la mirada con una expresión atormentada.<o:p></o:p></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—No sabría decirte cómo me encuentro, Bant.<o:p></o:p></div>
Jesús - El Legendario Escritor Novatohttp://www.blogger.com/profile/00984825664522649556noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1634898207277531866.post-29068150227104576052015-07-28T07:42:00.001-07:002015-07-28T07:42:59.573-07:00Capítulo 22 (Parte 2) - La mano que mueve los hilos<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
El monasterio era un edificio enorme, mayor incluso que los palacios que
habían visitado durante su viaje. Construido con enormes bloques de robusta
piedra, era cuadrado y constaba de cuatro alas, cada una de ellas con dos
plantas y un torreón. Estaba rodeado por campos de tierra arada, aunque a Rego
se le escapaba que demonios podían cultivar con ese frío, y un caudaloso río
pasaba a poca distancia. Protegido por unos acuerdos más antiguos que el mismo
ducado, había permanecido inalterable durante el paso de los siglos,
resistiendo las inclemencias del tiempo, las guerras y el paso de los años.
Tras sus muros no había lujo ni tesoros, tan sólo las dependencias de los monjes
y la mayor librería de los siete ducados. Libros y pergaminos antiguos sin
valor para los ladrones y soldados, pero muy apreciados por aquellos que buscaban
conocimiento.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEghV2gJRQYudkJMGY8rluwPTGLVgqwMf6v0X_WDTxuuUsyEP5qhrnsxQIoDa8CDgXbIX0_jowQZwthseru2Z3ZZBXnnjuOcm_7qLNlpjN8H6avakeF5aDU6qZLuhfLCrw-Sy1VrSB0MQ83k/s1600/library.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEghV2gJRQYudkJMGY8rluwPTGLVgqwMf6v0X_WDTxuuUsyEP5qhrnsxQIoDa8CDgXbIX0_jowQZwthseru2Z3ZZBXnnjuOcm_7qLNlpjN8H6avakeF5aDU6qZLuhfLCrw-Sy1VrSB0MQ83k/s320/library.jpg" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
</div>
<a name='more'></a><br /><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Aquí se está mucho mejor que en el exterior —dijo Rego, acercando sus
manos al calor del fuego de una chimenea. Él y Bant se encontraban en una
pequeña sala esperando recibir respuesta a su petición de consultar los
archivos. Un monje les acompañaba, un anciano con túnica marrón arrugado como
una pasa, pero no había soltado palabra desde su llegada.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Recuerda lo que hemos hablado antes —le repitió la enmascarada por
enésima vez.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Sí, sí, no te preocupes.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Antes de entrar al monasterio Bant le había recordado que, para guardar
su secreto, delante de otra gente se dirigiese a ella como si fuese un hombre.
Rego no había tenido ningún problema en aceptar su petición, después de todo
estaba acostumbrado a dirigirse a la enmascarada como si no fuese una mujer.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Llevaban esperando un buen rato cuando la puerta se abrió, dando paso a
otro monje. Éste era un hombre obeso y con una papada tan desproporcionada que
no parecía tener cuello, que les miró con curiosidad antes de dedicarles una
humilde reverencia.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Bienvenidos, señores herederos. El maestro Nyarmo ha accedido a su
petición y les permitirá consultar nuestros libros. Yo, Mansón, les acompañaré
y estaré a su servicio para todo aquello que necesiten.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<i>¿Nyarmo? He oído ese nombre antes</i>,
pensó Rego, incapaz de recordar de que le sonaba.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Dale las gracias de nuestra parte a tu maestro, Mansón —dijo Bant,
inclinando la cabeza como muestra de agradecimiento—. Te aseguro que no
causaremos ningún daño a la biblioteca.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Perfecto entonces. Ahora, si hacen el favor de seguirme, les llevaré a
la ala de la biblioteca donde creemos puede encontrarse la información que
buscan.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Guiados por el obeso monje, Bant y Rego recorrieron largos y anchos
pasillos sin ventanas, iluminados por la luz de las lámparas de vela que
parpadeaban levemente a su paso. En sus pasos se encontraron con varios monjes,
la mayoría de ello ancianos, pero algunos lo bastante jóvenes como para llamar
la atención de Rego. Todos ellos vestían con la misma túnica marrón y las
mismas sencillas sandalias, además de compartir la misma actitud de concentrada
dedicación. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Al pasar junto a una estatua de un wyvern Rego se detuvo por un momento,
sorprendido; esa era la única estatua que había visto hasta el momento y que
rompía un poco con la monotonía reinante en el monasterio. Además era de una
cualidad impresionante, fuera de lugar en un lugar tan sobrio y sencillo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
La estatua representaba a la poderosa bestia lanzando un furioso rugido,
alzándose sobre las patas posteriores. Sus mandíbulas abiertas de par en par revelaban
una hilera de colmillos y las garras, retorcidas y crueles, parecían cortar el
aire. Estaba realizada con tanto detalle que Rego podía ver cada una de sus
escamas, cada uno de los músculos de su cuerpo y de los pelos que lucía su
cresta y su cola.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Ah, una estatua magnífica, ¿verdad? —dijo Mansón al reparar en el
interés de Rego—. Es un regalo de la mismísima Reina de Invierno a todos los
monjes que cuidamos de ella durante su infancia.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—¿Qué? ¿Leyre vivió aquí de pequeña?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Así es, señor. Sus padres la escondieron con nosotros para protegerla.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Vaya, no tenía ni idea. Sabía que en el Norte siempre ha habido
conflictos y que los líderes de los clanes se disputaban entre ellos
continuamente el ducado, pero no pensaba que la situación fuese tan grave como
para que el líder del clan del Wyvern tuviese que esconder a su propia hija.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
A estas palabras les siguió un incómodo silencio, durante el cual Mansón,
cabizbajo, miraba al suelo avergonzado. Finalmente, la enmascarada decidió
intervenir.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Me temo, Rego, que lo que nuestro guía no se atreve a decirte es que la
culpable de que la situación fuese tan grave no era otra que la misma Leyre.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—¿Qué dices, Bant? Eso no tiene sentido, Leyre no era más que una niña
por aquél entonces.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
— “El conocimiento será su arma, y tan poderosa será con ella que ganará
en todas las batallas que desee ganar” —recitó la enmascarada—. Esa es la
bendición de Leyre, y cuando los líderes de los otros clanes se enteraron de
ella, la mayoría se alzó en armas contra el clan del Wyvern. No podían dejar
con vida a alguien que pudiese derrotarles más adelante, aunque ese alguien no
fuese más que una niña. Tenían miedo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Rego abrió la boca dispuesto a replicar, pero no dijo nada al darse
cuenta que la enmascarada tenía razón. Si algo había aprendido de sus lecciones
de historia es que, en un equilibrio de poderes tan tenso como había habido en
el Norte, bastaba una chispa para provocar el estallido de un conflicto. Y esa
chispa había sido Leyre.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Yo la conocí —dijo Mansón. Había afecto en su voz, cariño y una poderosa
sensación de pérdida. —Era una niña muy lista, pero también muy dulce y
simpática, que se preocupaba por los demás. Pero cuando descubrió qué el motivo
por el cual estaba en el monasterio era debido a que el resto de clanes la
querían muerta y se enteró del asesinato de sus padres, ella… cambió.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
El monje suspiró y movió levemente la cabeza de un lado a otro, apenado.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Sigamos, señores. Dejemos el pasado bien guardado en nuestra memoria.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Reanudó la marcha, y tras un momento de incertidumbre, los herederos le
siguieron. Sin embargo ahora Rego veía los largos pasillos y las paredes de
piedra de un modo diferente; entre estos sólidos y fríos muros, tan solitarios
y silenciosos, se había criado la Reina de Invierno. Daba que pensar.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Tras unos minutos más caminando llegaron a su destino; una habitación más
grande que el salón de bailes del palacio de Rego, con decenas de enormes
estanterías de pino, colocadas en filas una tras otra, que guardaban miles y
miles de libros y pergaminos. Había escaleras y sillas colocadas ordenadamente
a un lado para ayudar a los lectores a localizar el libro que buscasen en las
altas estanterías que llegaban hasta el techo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Hemos llegado a nuestro destino, señores. La tercera ala de la
biblioteca, con los volúmenes y pergaminos correspondientes a los primeros años
del ducado. Hay estudios varios sobre los efectos de la magia y las
bendiciones, así como tratados de alquimia y otras ciencias.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Vaya, ¿todo esto es sólo un ala de la biblioteca? -comentó impresionado
Rego, sintiéndose diminuto ante la escala de lo que estaba viendo—. Es
espectacular. Y apabullante. Encontrar lo que buscamos va a ser como buscar una
aguja en un pajar.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Sí, desde luego es complicado. Pero yo os ayudaré, y existen índices con
el contenido de los libros. Y, bueno, índices de los índices. Pero espero que
no tardemos mucho —añadió en un vano intento de ofrecer esperanzas a los
herederos—. Si quieren podemos empezar la búsqueda ya, aún queda un rato para
la cena. El maestro Nyarmo no puede por…<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—¡Nyarmo! —exclamó de repente Rego, interrumpiéndole—. Claro, ahora ya
recuerdo quien es, al decir lo de la cena me he acordado de él. Es aquel
anciano desagradable que nos encontramos en La Costa Verde en la cena con
Helena, el que me apuntó con su dedo flacucho como si yo fuese la peste o algo
por el estilo. ¿Y dices que está aquí?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Eh, sí, señor —respondió Mansón, un tanto descolocado tras el súbito
estallido de Rego—. El maestro Nyarmo es el director de la biblioteca y está
considerado como uno de los sabios más grandes de los siete ducados.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Muy bien, pues llévame ante él. Quiero hacerle unas preguntas.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Vamos, Rego, déjalo estar —intervino rápidamente la enmascarada—. Me
iría muy bien tu ayuda para buscar la información.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Rego estuvo tentado de hacerle caso y olvidar aquél desagradable
encuentro, pero su interior sentía la semilla de la inquietud protestando y
agitándose, amargándole con sospechas y dudas. Había algo que ignoraba al
respecto de su bendición, algo importante que Nyarmo sabía; y de alguna manera
tenía la impresión de que Bant no quería que lo supiera. Puede que no fuesen
más que imaginaciones suyas, pero incluso a pesar de la máscara creía sentir la
atención de la heredera de Nagareth clavada en su persona, aguardando su
reacción. Atenta y alerta.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<i>Secretos y secretos por todas
partes. Descubres uno, y te encuentras con tres más.<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—No, creo que iré a hacerle una visita. ¿O es que sabes de algún motivo
por el cual no debiera ir, Bant?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
La enmascarada le sostuvo la mirada durante unos instantes, pero acabó
cediendo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—No, haz lo que quieras.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Bien —musitó Rego—. Llévame ante el maestro Nyarmo, Mansón.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Pero el obeso monje se quedó quieto, con una expresión de incomodidad en
el rostro.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Lo siento, señor, pero no creo poder hacer eso. Veréis, el maestro
Nyarmo ha indicado muy claramente que no quería tener nada que ver con ustedes
dos. Para serle sincero, se ha encerrado en su habitación y ha dicho que no
saldrá de ella hasta que se vayan.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Las pocas dudas que tenía Rego respecto a hablar con Nyarmo
desaparecieron al momento, reemplazadas por una enorme curiosidad. <i>Cuando alguien toma tantas molestias en
ocultarse es porque vale la pena encontrarle</i>.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Bueno, que le vamos a hacer —dijo encogiéndose de hombros—. Si no puede
ser no puede ser, me quedaré aquí junto a Bant y le ayudaré en su búsqueda.<o:p></o:p></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Le dedicó su mejor sonrisa de inocencia al monje, la misma que había
perfeccionado durante años de hacerla servir con su madre. Y mientras tanto,
empezó a forjar un plan.<o:p></o:p></div>
Jesús - El Legendario Escritor Novatohttp://www.blogger.com/profile/00984825664522649556noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1634898207277531866.post-84975735635169928912015-07-21T07:00:00.004-07:002015-07-21T07:00:40.340-07:00Capítulo 22 (Parte 1) - La mano que mueve los hilos<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Aún con los abrigos, bufandas y gorros que se habían comprado en un
pueblo por el camino, Rego podía sentir como el frío calaba en sus huesos. En
el resto de los siete ducados ya era verano, pero en el Norte no había lugar
para el calor, sólo para el gélido viento que cortaba la piel, las tormentas de
nieve y las largas noches de oscuridad. Así que mientras que en el vecino
ducado de La Tierra de las Espadas los hombres sudaban bajo el ardiente Sol, en
el Norte el mismo suelo parecía helarse bajo sus pies.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhzhItsaOfdubrvuQwSGh4ft-4_SphL8w7hqBhdWjhEp3cBaAm4GYksiRW3XluViHianpYUov0u3OAJ32ylCrTD3A_EDNT64SF9dQ6WS6czB6rLce-Jsk2eDmJxqLJ0_OAAzrRWtmBk8HYd/s1600/snowMountain.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="155" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhzhItsaOfdubrvuQwSGh4ft-4_SphL8w7hqBhdWjhEp3cBaAm4GYksiRW3XluViHianpYUov0u3OAJ32ylCrTD3A_EDNT64SF9dQ6WS6czB6rLce-Jsk2eDmJxqLJ0_OAAzrRWtmBk8HYd/s320/snowMountain.jpg" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
</div>
<a name='more'></a><br /><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—¿Falta mucho?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Un par de horas más, creo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Rego torció la cara en un gesto de fastidio y enterró la cabeza aun más
en el cuello de su abrigo. Tenía frío, estaba cansado, le goteaban mocos de la
nariz y estaba aburrido del paisaje. Nieve por aquí, nieve por allá, y para
rematarlo copos de nieve que caían continuamente. Hacía horas que no veía
ningún animal, por no hablar de un árbol como los dioses mandan, sano y con
todas sus hojas verdes rebosando vida. Aquí sólo había arbustos, secos y todo
espinas, y unos árboles horribles que parecían un esqueleto de ramas y hojas
parduzcas.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
El Norte resultaba un lugar deprimente. Rego estaba seguro que entre el
clima y las vistas acabaría enfermando, un resfriado o algo peor. Justo en ese
momento estornudó tan fuerte que su caballo giro la cabeza para mirarle,
sorprendido.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<i>Gracias, cuerpo mío</i>, pensó con
sarcasmo, <i>por confirmar mis temores.</i><o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Lo que no entiendo es que se nos ha perdido en ese monasterio, Bant
—dijo mientras se sonaba la nariz, para luego limpiarse la mano en un costado
del caballo—. ¿Por qué no vamos directamente a ver a Leyre en vez de estar
dando vueltas con este tiempo?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Porque quiero averiguar algo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—¿Qué?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
La enmascarada no respondió al momento, y Rego comprendió que estaba
decidiendo si explicarle o no sus motivos. Antes de su parada en la posada de <i>La Bota Sedienta</i> seguramente se hubiese
callado o le hubiese dado largas, pero ahora su relación había cambiado y Bant
confiaba más en él. Rego contaba con que la cantidad de secretos entre ambos
bajasen a lo normal entre dos amigos. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—El monasterio al cual nos dirigimos contiene la biblioteca más grande de
los siete ducados —explicó Bant—. Hay miles de libros y pergaminos que se
remontan hasta la era del reino, y en alguno de ellos espero encontrar la
información que no estaba en mi ducado. Desgraciadamente durante la Guerra de
los Magos muchos libros de la biblioteca
se perdieron, aunque lo que queda sigue siendo una fuente valiosísima de
conocimiento. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Ajá —respondió Rego.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Rego sabía por sus clases de historia que en la antigüedad Nagareth no
era el páramo yermo y estéril que era ahora. En aquellos lejanos tiempos había
una comunidad de magos que vivían en el ducado, y como era natural tenían
interés en mantener una biblioteca adecuada para sus estudios. Por desgracia,
luego llegó la Guerra de los Magos y, por lo que Rego sabía, la biblioteca
había resultado casi destruida por completo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
—¿Qué es lo que quieres averiguar?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Quiero saber que sucede cuando dos bendiciones se enfrentan la una
contra la otra—. Al ver la mueca de desconcierto de Rego continuó explicando. —Las
bendiciones siempre ofrecen máximos: el jinete más rápido, la mujer más bella,
etc. ¿Pero qué pasa si dos bendiciones con efectos contrarios se enfrentan
entre sí, cuál de ellas ganaría? <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
La enmascarada se lo quedó mirando como si esperase una respuesta, pero
Rego no se encontraba en las mejores condiciones físicas como para pensar con
claridad. Además, ahora mismo estaba usando toda su concentración en imaginarse
en un sitio calentito, a resguardo del viento y a poder ser con una buena
cerveza. Caliente también.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Te pondré un ejemplo para que lo entiendas. Imagínate que un heredero
recibe la bendición de ser capaz de detener cualquier golpe, por fuerte que
sea. Y otro es bendito con que sus golpes siempre darán en el blanco. ¿Qué pasa
cuando esos dos se enfrentan?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Ah, ya veo por donde vas —dijo Rego, iluminando su rostro ante el
descubrimiento—. Es como ese acertijo antiguo: “¿Qué sucede cuando el martillo
imparable golpea el escudo indestructible?”<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Sí, exacto. Tengo una teoría de lo que pasaría, pero necesito
confirmarla antes de enfrentarme a la Reina de Invierno.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Era una pregunta interesante, y Rego sentía curiosidad por saber la
respuesta. Además, que Bant quisiera saberla implicaba que en esta ocasión
esperaba enfrentarse a un desafío mayor que en sus anteriores retos a los
herederos, uno ante el cual tuviese que hacer servir todos los poderes de esa
misteriosa y secreta bendición que le protegía.<o:p></o:p></div>
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Lucida Sans Unicode"; mso-fareast-language: AR-SA; mso-font-kerning: .5pt;">Incluso sufriendo el viento gélido y la fría y
húmeda nieve sobre sus hombros, Rego sonrió con expectación ante la aventura
que se avecinaba.</span>Jesús - El Legendario Escritor Novatohttp://www.blogger.com/profile/00984825664522649556noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1634898207277531866.post-23950103194437202802015-07-13T09:36:00.001-07:002015-07-13T09:36:43.266-07:00Capítulo 21 (Parte 3) - Cona<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Martha silbaba una vieja canción popular mientras barría distraída, más
por costumbre que por que realmente hiciese falta, puesto que su posada seguía
teniendo el mismo éxito que de costumbre. Ningún cliente a la vista y las
deudas no dejaban de crecer, día tras día. Pero lo peor de todo, lo que más la
molestaba, eran las miradas de desprecio que le lanzaba la gente por la calle y
los insultos que murmuraban en voz baja, pero suficientemente fuerte para que
los oyese: “ladrones”, “criminales”, “perros sin honor”. A ella no le importaba
lo que le dijesen, pero sufría al ver a sus pequeños hermanos siendo víctima de
este odio injustificado, viéndose rechazados por el resto de niños de su edad
sin haber hecho nada para merecerlo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiMFtIeCsrSCjg9c30rz4Is5PwWiIXRxn1HEJj9ZpL9UyjG39yfZlFxTyklnsH4ZEUc9Vkg-6m5FNAZJRn4PPhOt3kx9lPfhF-AZolDSItngSKGVIx5D4Mollz8-d4gY4enk2kvpPWWM9xa/s1600/helmWarrior.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiMFtIeCsrSCjg9c30rz4Is5PwWiIXRxn1HEJj9ZpL9UyjG39yfZlFxTyklnsH4ZEUc9Vkg-6m5FNAZJRn4PPhOt3kx9lPfhF-AZolDSItngSKGVIx5D4Mollz8-d4gY4enk2kvpPWWM9xa/s320/helmWarrior.jpg" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
</div>
<a name='more'></a><br /><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Deprimida, cogió una botella de licor y se sentó en la mesa que había
ocupado el heredero de Nagareth durante su estancia, observando su asiento
vació con nostalgia. Cuando el enmascarado había estado todo parecía más
divertido, más interesante, y al mismo tiempo más esperanzador. Pero al poco se
había marchado, y ahora Martha debía seguir con su vida y sus problemas.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
La puerta de la posada se abrió dando paso a un soldado desconocido para
ella. De mediana estatura y piel morena, vestía una armadura ligera y ropa de
viaje que parecía haber visto muchos caminos. Su cabeza estaba protegida por un
yelmo de acero, y tan sólo sus ojos, de mirada impenetrable y profunda, eran
visibles. Al verle avanzar hacia ella con el paso grácil y amenazador de los
guerreros que llevan toda una vida luchando, Martha no pudo evitar sentir un
escalofrío.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Eres la dueña de la posada, no? —preguntó el soldado. Tenía la voz de un
hombre mayor, seca y dura.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Sí, así es —respondió Martha, dejando su asiento y recibiéndolo con una
de sus mejores sonrisas. Por muy amenazador que resultase, seguía siendo un
cliente y necesitaba el dinero. —Quiere una buena cena caliente acompañada de
una cerveza, señor? O quizás una cama para pasar la noche?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—No, no quiero nada de eso—. Giró la cabeza, observando la posada
vacía. —Quiero información.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Información sobre qué, señor?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Sobre el heredero de Nagareth. Se dice que durante su estancia en
Draconis estuvo hospedado en esta posada, y que antes de marcharse vino aquí a
despedirse. Y yo quiero saber —clavó su mirada en Martha, que retrocedió un
paso involuntariamente— qué camino cogió para marcharse, posadera. Si fue el
camino del Paso del Lobo o el del desfiladero de Attica.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Marta guardó silencio, poco dispuesta a traicionar a uno de sus escasos clientes
así por las buenas. Además, el misterioso enmascarado le había caído bien.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Te pagaré por la información —dijo con voz cortante el soldado,
arrojando una pequeña bolsa de monedas sobre la mesa—. Sé que tienes muchas
deudas y que nadie acude a tu posada. Dime lo que quiero saber, y el dinero
será tuyo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Bajo la mirada vigilante del soldado, Marta cogió la bolsa y examinó su
contenido con mirada calculadora. Era una suma elevada, suficiente para pagar
casi todas sus deudas.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Y bien?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—El heredero de Nagareth cogió el camino del Paso del Lobo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Estás segura de tu respuesta? Si me engañas, volveré y te haré pagar por
creer que me puedes tomar el pelo, tanto a ti como a tus hermanos. No creo que
ninguno de tus vecinos venga a defender a la familia de un criminal sin honor.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Martha tragó saliva, asustada, pero se mantuvo firme.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Te repito lo que ya te he dicho, el heredero de Nagareth cogió el camino
del Paso del Lobo, hace unos pocos días. Si tienes suerte y se ha detenido por
el camino aún podrás encontrarlo antes de que llegue a su destino.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Eso es justo lo que quería saber.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
El soldado se dio la vuelta y se marchó veloz, sin dedicar ni una sola
mirada más a la joven posadera que sujetaba en la mano las monedas por las que
se había vendido.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
A los pocos días los dos herederos reanudaron su viaje hacía las frías
tierras del Norte, el último ducado que les quedaba por visitar. La enmascarada
ya estaba recuperada por completo y vestía de nuevo sus holgadas ropas y su
máscara, aunque no recordaba nada de lo que había dicho durante la fiebre. Rego
no le había hablado al respecto, aunque sí que había una cosa que quería saber.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Te puedo hacer una pregunta?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Después de todo lo que hemos pasado juntos me sorprende que seas tan
cauto, Rego. Sabes de sobras que puedes preguntarme lo que quieras<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Quién es Cona?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Bant se quedó paralizada.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Deliraste durante la fiebre, y no pude evitar oír su nombre.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Entiendo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Bant detuvo a su caballo, y Rego hizo lo mismo. Se quedaron quietos, en
un silencio tranquilo, hasta que Bant se dedició a continuar.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Cona era mi amor, mi prometido.
Íbamos a casarnos en breve, pero murió en las minas tras una fuerte discusión
que tuvimos. Él nunca quiso que yo marchase en esta… aventura, y se oponía a
ello. Espero que allá donde esté pueda perdonarme.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Estoy seguro que sí.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
La heredera de Nagareth se quitó su máscara y le sonrió para agradecerle
sus palabras, un gesto sorprendente íntimo para una persona tan reservada como
ella.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Gracias, Rego.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Rego le sonrió a su vez, dándose cuenta de que esta era la primera vez
que veía el rostro de Bant cuando estaba alegre. Observándola con atención
llegó a la conclusión de que si bien no era fea, tampoco era una mujer que
pudiese atraer las miradas de los hombres a su paso. Sin embargo, había una
gran fuerza tras su mirada, una fuerza que él jamás había visto en ninguna otra
mujer, y era fácil notar el carisma que irradiaba. Y cuando sonreía, como en
estos momentos, Rego sentía que el mundo sonreía con ella.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Te puedo hacer otra pregunta?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Ya sabes que sí.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Qué se siente al no ser feliz?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—No sé muy bien cómo responder a eso—. Bant meditó que responder,
mientras Rego se entretenía observando su rostro dubitativo. Le resultaba de lo
más curioso poder verle la cara, su expresión, sin ningún secreto ni misterio—.
Todo el mundo aspira a ser feliz, pero para cada persona la felicidad se presenta
de una manera distinta. Si te he de ser sincera, la mayoría de las personas
nunca logran serlo, y si por suerte o gracias a su esfuerzo lo consiguen, nunca
dura demasiado. Preguntarme qué se siente al no ser feliz es cómo preguntar a
un pez que se siente al respirar bajo el agua; está en nuestra naturaleza. No
sé si te he servido de ayuda.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Rego bajó la cabeza, pensando en la respuesta de Bant. Está en la
naturaleza del ser humano el no ser feliz, pero, entonces, qué clase de ser era
él que no conocía otra cosa que la felicidad?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Alzó la mirada, y no pudo evitar sonreír al ver a Bant cabalgando a su
lado. Qué importaba eso? No era un filósofo para preocuparse por esos asuntos,
y además, ya faltaba menos para romper su bendición. Y aunque no supiese qué
era, desde luego si sabía quién era. Era Rego, heredero del ducado de Aquaviva,
alegre, divertido y juerguista; un amante de las aventuras que se enfrentaría a
cualquier problema cuando llegase el momento, ya fuese una amenaza de guerra
entre los siete ducados o una aburrida reunión de te con su madre. Y, sabía que
cuando llegase ese momento, no estaría sólo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Sí, algo me has ayudado. Pero aún tengo otra pregunta más que hacerte.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Otra más? —preguntó divertida Bant—. Cuál?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Cómo conseguiste ganar a la bendición de Grim?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Una sombra cruzó por un momento el rostro de Bant al recordar el combate,
pero rápidamente se disipó y fue reemplazada por una sonrisa maliciosa.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Eso, amigo mío, es un secreto.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Se puso de nuevo su máscara, desoyendo las protestas de Rego que en el
fondo no se esperaba otra repuesta. Acompañados por el misterio que siempre
rodeaba a la enmascarada reanudaron su viaje hacia el Norte, por el desfiladero
de Attica.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
En Draconis, Martha se aseguró primero que había recogido todo lo
importante, y después comprobó que sus hermanos estuviesen vestidos
adecuadamente para lo que les esperaba.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—A dónde vamos, hermana?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Vamos a hacer un viaje, chicos. Nos vamos de aquí, pero no os pongáis
tristes. Iremos a un lugar donde la gente es amable y simpática, donde nadie
nos insultará ni nos dirá cosas malas.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<i>A un sitio muy lejos donde nadie
nos podrá encontrar</i>, añadió para si.<o:p></o:p></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Allí podréis jugar con los niños
y divertiros; ya veréis como todos nos va muy bien. Y no nos faltará de nada —dijo
apretando la bolsa de monedas.<o:p></o:p></div>
Jesús - El Legendario Escritor Novatohttp://www.blogger.com/profile/00984825664522649556noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1634898207277531866.post-31136394846439748702015-07-06T12:51:00.002-07:002015-07-06T12:51:21.386-07:00Capítulo 21 (Parte 2) - Cona<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Tras despedir al posadero Rego se aseguró de que la puerta y las ventanas
estaban bien cerradas; no quería ningún testigo para lo que iba a hacer a
continuación.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgoFSYKQ3JLmID7L6D0tOFVLcV2oWctwiQVHaDU24gDS0NEpBF1rncAkwzZz7cFmg9hZJtyfolPGeJ4cQ7KDop3fqjrbWgtNB_P7zgArlfLpMErOz1a64kI5SHg89aKNXZPEBNpyTDPgIdz/s1600/raven.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="273" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgoFSYKQ3JLmID7L6D0tOFVLcV2oWctwiQVHaDU24gDS0NEpBF1rncAkwzZz7cFmg9hZJtyfolPGeJ4cQ7KDop3fqjrbWgtNB_P7zgArlfLpMErOz1a64kI5SHg89aKNXZPEBNpyTDPgIdz/s320/raven.jpg" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
</div>
<a name='more'></a><br /><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Se sentó en la cama al lado de su amigo enfermo, mirándolo preocupado.
Desde el principio de su aventura se había preguntado cómo sería su rostro, ése
que siempre ocultaba tras su máscara. Habían pasado por muchas cosas desde su
partida de Aquaviva: el festival en el sur, el primer desafío y los que le
siguieron, el viaje en el carromato por las tierras de Jötum, el torneo de
cartas en La Costa Verde, el duelo a muerte contra Grim… Tantas aventuras en
tan poco tiempo. Ahora conocía mucho mejor al misterioso heredero de Nagareth,
sabía que a pesar de sus secretos y de las acciones, algunas de ellas discutibles,
que había realizado para ganar los desafíos, era una buena persona, amable,
sacrificado y valiente, y podía decir sin duda que era amigo suyo. Pero en
cuestión a su aspecto seguía tan ignorante como en aquel lejano día en el cual
apareció en su vida, en el palacio de su ducado, pidiendo una audiencia.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Pero este misterio llegaba hoy a su fin.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Llevó las manos a la cabeza del enfermo, y, despacio y con mucho cuidado
procedió a quitarle su máscara. Sentía que estaba traicionando la confianza de
su amigo al despojarle así del que fuera quizá su mayor secreto, sin su
consentimiento, pero era necesario para tratarle la fiebre. No tenía más
remedio.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Dejó la máscara a un lado, desvelando así un rostro que sólo había visto
antes otra persona fuera del ducado de Nagareth. El cabello castaño corto,
ligeramente rizado en las puntas. Los ojos pequeños de un apagado color verde,
los labios finos, las facciones suaves. Era un rostro normal, como el de
cualquiera.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Como el de cualquier otra mujer.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Rego se quedó inmóvil, tan aturdido por esta revelación que no podía ni
formar un pensamiento coherente. Desde la derrota de Helena que se le había
pasado por la cabeza esta posibilidad, pero nunca había llegado a tomársela en
serio. Ahora que resultaba que tenía razón no sabía qué hacer.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Se quedó momentáneamente paralizado, mirando el rostro de su amigo –<i>no</i>, se corrigió a si mismo; <i>de su amiga</i>-. El heredero de Nagareth,
Bant, la persona que había viajado, luchado, reído y llorado a su lado, era una
mujer. Siempre había sido una mujer.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<i>Me has pillado, a mí y a todo el
mundo</i>, había dicho Helena al verle el rostro, y Rego podía entender muy
bien su reacción. Con sus amplias ropas y su máscara que además de ocultar su
rostro le distorsionaba la voz había logrado ocultar su sexo, y todos habían
dado por supuesto que era un hombre. Y Bant les había seguido la corriente,
jamás negándolo, pero jamás diciéndolo abiertamente, engañándolo desde el
principio tanto a él como al resto del mundo. Que astuta había sido,
asegurándose ya desde entonces su victoria sobre Helena.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<i>La bendición que hace que ningún
hombre se resista a su belleza no sirve de nada contra una mujer</i>, pensó
Rego con admiración.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Un súbito arranque de tos de la enferma devolvió a Rego a la realidad de
la situación, que se apresuró a taparla con un par de mantas y a colocar un
paño húmedo sobre su ardiente frente.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Cona, amor mío, por qué me abandonaste? —preguntó Bant entre delirios—. Por
qué te fuiste y me dejaste sola?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Rego coloco un nuevo paño húmedo sobre su frente mientras intentaba
ignorar las palabras que la fiebre había arrancado a la herdera de Nagareth,
aunque no pudo evitar preguntarse quién era ese tal Cona y dónde estaba ahora.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Aquella fue una noche muy larga, durante la cual la enferma no dejó de
luchar contra la fiebre y Rego no se apartó de su lado, cambiándole los paños
cuando se secaban o simplemente cogiéndola de la mano, dándole fuerzas y
haciéndole sentir que no estaba sola.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
En uno de los muchos delirios que tuvo, la heredera de Nagareth sujetó
con fuerza su mano y le habló con la mirada perdida en el pasado.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Sé que no querías que hiciera esto, Cona, que es muy arriesgado. Pero es
mi decisión, soy libre para elegir mi destino y éste es el camino que he
tomado, el que creo que los puede salvar a todos. Lo entiendes, Cona? Puedes al
menos perdonarme?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
La fiebre la había trastornado y le hacía ver a otra persona en el cuerpo
de Rego, pero la desesperación de su ruego conmovió al heredero. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Yo… yo te perdono.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Tras esto Bant pareció calmarse, cerró los ojos y durmió plácidamente, su
rostro por fin libre de sufrimiento. Rego, que aun sostenía su mano, suspiró
aliviado, y se sorprendió a si mismo acariciando suavemente la mejilla de su
amiga con la punta de los dedos. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<i>Que frágil se ve ahora</i>, pensó
Rego, <i>tan distinta del misterioso
enmascarado que parece invencible</i>.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Con la llegada del nuevo día la fiebre que acosaba a Bant desapareció,
dejándola dormida pero con una expresión descansada en el rostro. Rego, por su
parte, se sentía tan hecho polvo como si le hubiesen dando una paliza, pero no
tenía nada de sueño. Quizás por la impresión del descubrimiento o la tensión
dejada por una larga noche de preocupación, pero se veía incapaz de dormir. Así
que decidió salir a que le diese el aire frío de la mañana, esperando que al
menos así se despejaría un poco.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Después de comprobar una vez más que Bant estaba bien, salió de la
habitación y bajó al comedor. Allí se encontró con el posadero barriendo, que
al verle se detuvo y le preguntó por el estado de su compañero.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Está mucho mejor. Creo que tras un día de sueño y descanso se pondrá
como nuevo. Quiero decir, como nuev…
—cerró la boca de golpe al darse cuenta que había estado a punto de
revelar el secreto de Bant, una traición que no tenía la más remota intención
de realizar—. Está bien, no te preocupes.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
El posadero asintió, aliviado. Era evidente que se había quitado un gran
peso de encima, lo que hizo que a Rego le cayese bien enseguida. Parecía un
buen hombre, preocupándose de ese modo por un desconocido.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Rego se despidió de él para salir a pasear por el camino cercano y
disfrutar del aire fresco de la mañana, que buena falta le hacía tras una noche
tan larga. Se dirigió hacía el bosque, lejos de la vida que empezaba a
despertar en el pueblo. Por una vez, quería descansar de las miradas de los
curiosos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Caminó entre un grupo de pinos, con los brazos cruzados para resguardarse
del frío y atento a no perder de vista el pueblo. Lo último que quería en estos
momentos era perderse en el bosque y morir congelado, o acabar en la panza de
algún oso.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Se detuvo cuando vio a una pequeña
ardilla roja que, a pocos metros de un solitario abeto, mordisqueaba un pedazo
de nuez. Sonriendo como un niño pequeño, Rego se acercó a ella caminando de
puntillas para no asustarla, pero el graznido repentino de un cuervo la asustó.
La ardilla salió corriendo y trepó por el abeto, perdiéndose entre las ramas
del árbol. Maldiciendo al inoportuno pájaro, Rego dejo ir una bocanada de aire
que formó una pequeña neblina. Hacía frío, desde luego. Puede que fuese verano
en los siete ducados, pero aquí, tan cerca del Note y su invierno perpetuo,
nadie lo hubiese dicho.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Te está utilizando.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Rego dio un bote al escuchar la voz. Miró a su alrededor buscando su
origen, pero allí no había nadie más. Tan sólo un cuervo apoyado en una rama,
mirándolo fijamente con sus ojos violetas.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—No eres más que un peón para el heredero de Nagareth, Rego —dijo el
cuervo. Rego frunció el ceño, pues a pesar de lo extraño de la situación
reconocía esa voz. Y al cuervo, también.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<i>Elisee, la gran maga</i>, pensó
haciendo una mueca.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Qué quieres de mí, maga? —preguntó mascando las palabras. El recuerdo de
su último encuentro con ella era desagradable, como poco. —Has mandado hasta
aquí tu cuervo para burlarte de mí, o estás planeando algo?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Ay, pequeño Rego, tan ingenuo, tan inocente—. El cuervo ladeó la cabeza,
y por un instante Rego puedo escuchar la risa de la maga en su cabeza.
Resultaba tan espeluznante que se abrazó a si mismo—. No te das cuenta, no lo
sientes en los huesos, en la sangre que corre por tus venas? Se acerca un
momento decisivo para los siete ducados. Estáis llegando al final de vuestra
aventura.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Y qué? No me dices nada nuevo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Debes dar un paso adelante, Rego. Olvídate de las tonterías con las que
has desperdiciado tu vida y asume la responsabilidad de tu posición. Abraza de
una vez la posición que tu herencia y yo te hemos concedido.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
—No acabo de entenderte, pero en
todo caso, no, gracias. No tengo intención de “abrazar” nada, ni de asumir
ninguna responsabilidad. No va conmigo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
El cuervo graznó, furioso.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Crees que esto es un juego, niño estúpido? Si no haces nada para
evitarlo será Leyre, la Reina de Invierno, quien gane el siguiente desafío. Es
una chica lista, decidida y sin escrúpulos. Gobierna con mano de hierro y no
comete errores. Si no estás dispuesto a todo, será ella quien unifique a los
siete ducados.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
El cuervo miró fijamente al heredero, y en su ojos se reflejaban la llama
y la sombra, la ruina y la muerte que aguardaban en el futuro. Rego retrocedió
tambaleándose, horrorizado ante el aluvión de imágenes de destrucción que
invadieron su cabeza en un instante.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Guerra —susurró Rego, cayendo de rodillas—. Una guerra sin fin.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Sólo tú puedes evitarlo, Rego.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Yo? —preguntó el heredero, con la voz temblorosa tras la espeluznante
visión—. Por qué yo? Tú eres la maga con grandes poderes y que sabe que es lo
que está pasando, tú puedes evitarlo. Yo no.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—La magia es el arma más poderosa que existe. Fue la Guerra de los Magos
la que provocó la devastación de Nagareth, la eterna lluvia de ceniza que cae
sin cesar, las bestias mágicas, los volcanes en erupción. De la misma manera
también desató el inverno perpetuo sobre el Norte. Las más grandes calamidades en
la historia de los ducados han sido culpa de la magia. Estás seguro, Rego, que
quieres que yo intervenga?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Rego no dijo nada.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Bien, no eres tan tonto como parece.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Rego se encogió, herido en su orgullo, pero siguió sin decir nada.
Ninguna replica mordaz, ningún chiste a su costa para quitar hierro al insulto.
Se quedó en silencio durante casi un minuto hasta que de repente se puso en
pie, la espada recta y el puño alzado frente al cuervo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Bant puede lograrlo —afirmó casi gritando, desafiante—. Es astuta como
un zorro, valiente y nada la detiene. Yo soy irresponsable, un perezoso sin
remedio que odia las complicaciones. Soy un buen amigo, pero no soy un héroe.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
—Pequeño Rego —dijo el cuervo con la
voz de la maga—, el heredero de Nagareth es todo lo que dices y más. Leyre y tú
siempre habéis sido mis dos favoritos, pero ella es… especial —dijo, con una
sombra de lo que podría haber sido envidia—. Sin embargo, en el fondo, no es
más que una humana.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
—Escúchame, Rego —ordenó Elisee—.
Estoy cansada. Quiero acabar con esta tradición de los grandes magos que me ata
al destino de los herederos y olvidarme para siempre de este mundo. La cruda
verdad es que me da igual si Leyre gana, mientras el reino se restaure.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
—Entonces, porqué me cuentas todo
esto?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
—Porque a la mujer que yo era antes,
antes de la guerra y de que muriesen todos aquellos que amaba, le hubiese
importado.<o:p></o:p></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
El cuervo grazno de nuevo y partió
al vuelo, dejando a Rego sólo entre los árboles y con una carga que no sabía si
podría soportar.<o:p></o:p></div>
Jesús - El Legendario Escritor Novatohttp://www.blogger.com/profile/00984825664522649556noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1634898207277531866.post-10550330665402368402015-06-29T10:29:00.000-07:002015-06-29T10:29:50.178-07:00Capítulo 21 (Parte 1) - Cona<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Quinby era un hombre sencillo. Bonachón, con una enorme panza y con una
cabeza cada vez más calva era el arquetipo de posadero, un hecho del que se
sentía secretamente orgulloso. Tenía cuarenta y cinco años, y buena parte de
ellos los había pasado trabajando en su posada, <i>La Bota Sedienta</i>. Tras tanto tiempo en el negocio se había labrado
una reputación de hombre honesto, de servir buena cerveza y de conocer mejor a
sus clientes habituales que sus propias mujeres.</div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjJ33C3nuS-0i1wJeXV5Y5AJzPuhaPjIGeaf-HU9sTkcQyPRgvoObn2xMGJbL7ezWaCzdmusEt7OUmosImd3k18hAYmHcBeR9uwD6oKbNKBXVkmSqhIb7yQATyKEERMprYMmK4voscA9ZIg/s1600/inn.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="168" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjJ33C3nuS-0i1wJeXV5Y5AJzPuhaPjIGeaf-HU9sTkcQyPRgvoObn2xMGJbL7ezWaCzdmusEt7OUmosImd3k18hAYmHcBeR9uwD6oKbNKBXVkmSqhIb7yQATyKEERMprYMmK4voscA9ZIg/s320/inn.jpg" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
</div>
<a name='more'></a><br /><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Ese día parecía uno más de tantos. Quinby se había levantado de buena
mañana, y tras revisar que los caballos de los clientes tenían paja y agua de
sobras en el establo, había preparado las mesas y los aperitivos que serviría
con las bebidas. Luego, con la ayuda de una sobrina que trabajaba unas horas en
la posada, había seguido la rutina habitual: desayuno, limpieza de
habitaciones, comida. Cuando llegaba la tarde podía tomárselo con más calma,
así que se quedaba tras la barra y secaba los vasos con una estudiada lentitud
que le permitía participar en las conversaciones cuando quería, y pasar de
ellas cuando no le interesaban fingiendo estar muy ocupado.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Lo que oyes —decía Lons, un viejo gruñón de nariz puntiaguda—, el
heredero de Nagareth ha conseguido derrotar al mismísimo Grim en combate.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—No puede ser —respondió Grendel, un enorme carpintero que había perdido
una oreja por culpa de un accidente—. Yo estaba cuando Grim se enfrentó en un
duelo amistoso al campeón de la Reina de Invierno, y vi todo el combate con mis
propios ojos. Jamás podré olvidarlo… ¡Qué manera de luchar! Grim parecía
invencible.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Pero es cierto —repitió el viejo —. Mi yerno trabaja cuidando los
cuervos mensajeros y de vez en cuando lee los mensajes que traen, ya sabes, no
por malicia, sólo por curiosidad —dijo Lons excusando a su querido yerno, su
más grande fuente de información—. Esta mañana ha llegado un mensaje de
Draconis destinado a la mismísima Reina de Invierno con la noticia.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Entonces debe ser cierto —comentó Gendel, alicaído. Parecía tan
decepcionado como cuando el equipo local de leñadores había perdido en el festival.
—Grim ha sido derrotado.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Bueno, no es de extrañar si se enfrentó al heredero de Nagareth. Los que
lo han visto dicen que es una persona misteriosa, cubierta por unos extraños
ropajes y una máscara que le oculta el rostro. Y hay quien dice —añadió en un
tono más bajo, como si estuviese explicando un importante secreto— que si viste
así es para ocultar su aspecto, porque en realidad él es…<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Un mago —le interrumpió Grendel—, el último de los suyos. Eso dice mi
hermano. Ya sabéis, el barbero. Está muy enterado de lo que ocurre en el mundo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—No digas tonterías, cómo quieres que sea un mago? La última maga que
quedaba desapareció tras bendecir a los herederos, eso lo sabe todo el mundo.
No, hombre, no, el heredero de Nagareth no es otra cosa que… ¡un demonio!<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Espero un momento para ver la respuesta de sus compañeros, pero en vez de
exclamaciones de asombro sus palabras sólo tuvieron una fría acogida en la
posada.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Pero cómo va a ser un demonio, Lons? —preguntó un parroquiano—. Es que
por fin te ha llegado la demencia senil?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Una sarta de risas siguió a la burlona pregunta, pero el viejo Lons no
les hizo caso.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Vamos, pensadlo bien. Cómo si no ha conseguido derrotar a cuatro
herederos? ¡Pues gracias a sus poderes infernales! Esa ropa y esa máscara que
lleva le sirven para ocultar su diabólica apariencia, sus cuernos, escamas, y
demás; os lo digo yo. Sólo los dioses saben qué tiene planeado hacer con los
siete ducados.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Los parroquianos reunidos meditaron sobre esta teoría, pero sin darle
mucha importancia. Lons tenía fama de viejo supersticioso y todos sabían que se
la había ganado a pulso.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Tú qué crees, Quinby?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
El posadero dejó de secar los vasos, pensando qué responder.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—No lo sé, el heredero de Nagareth podría ser cualquier cosa. Pero se
dice que ha acabado con el pillaje y el saqueo de los jinetes de Jötum, y que
piensa poner fin a los esclavos de La Costa Verde. A mí no me parece algo muy
propio de un demonio, la verdad.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Sus clientes asintieron con la cabeza, dándole la razón.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—De todas maneras, cuanto antes acabe todo este asunto de los desafíos
mejor. Siempre que los poderosos pelean entre ellos acabamos siendo nosotros,
la gente pobre y honrada, los que sufrimos las consecuencias. Yo sólo pediría
que nos dejasen tranquilos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Un coro de murmullos de aprobación siguió a sus palabras, pues el
posadero había expresado en voz alta lo que todos pensaban pero que no se
atrevían a decir.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
La conversación cambió de rumbo hacía temas más locales, como el estado
de los cultivos o las últimas gamberradas que habían hecho los jóvenes durante
el último Festival. Las horas pasaron rápidamente, y la posada se fue vaciando
mientras los bebedores regresaban a sus hogares para dormir con sus familias.
Eran altas horas de la noche cuando el último cliente se marchó dando tumbos de
tan borracho que se encontraba y Quinby pudo por fin cerrar la posada. Antes de
acostarse quería recoger un poco las mesas y realizar las cuentas del día, pero
unos fuertes golpes en la puerta le detuvieron.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Posadero, abre la puerta. ¡Rápido!<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Quinby conocía las historias de ladrones que se aprovechaban del engaño y
la oscuridad para sus hurtos, pero había podido sentir una auténtica urgencia
en la voz del hombre que le pedía que abriese la puerta, así que no dudo en
hacerlo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Había un joven de pelo castaño en la puerta, con una ropa de viajero sucia
y gastada por el uso. Su rostro parecía habituado a la sonrisa, pero en ese
momento estaba profundamente preocupado mirando a su compañero a quien apenas
podía sostener para que no se cayera.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Ayúdame, posadero. Necesita una cama.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Quinby tardó en reaccionar, sorprendido ante el aspecto del compañero del
joven. Vestía unas ropas oscuras que le tapaban todo el cuerpo, una capucha y
una extraña e inquietante máscara que ocultaba su rostro.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Claro, señor. Vengan conmigo —dijo mientras ayudaba al cansado viajero
con su carga, sorprendiéndose del poco peso del enmascarado. Entraron a la
posada, y entre los dos hombres consiguieron subir las escaleras y llevarlo
hasta una de las habitaciones vacías, donde lo tumbaron sobre la cama.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Qué le pasa? —preguntó Quinby.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Está enfermo. Hace poco pasó por una experiencia muy dura, y si lo
juntamos con el viaje a caballo y su condición… —guardó silencio de repente, y
Quinby pensó que llevado por los nervios había dicho más de la cuenta—. Durante
los últimos días su estado ha ido empeorando, y hoy casi cae desmayado de su caballo.
Creo… creo que tiene fiebre. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Lo siento Grim, debería de haber encontrado otra manera… Lo siento.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
El enmascarado deliraba, pero sus palabras provocaron un retortijón en el
viejo estómago del posadero. No había ninguna duda de que el viajero que tenía
ante sí era el mismísimo heredero de Nagareth, el hombre que hacía escasos días
había derrotado en duelo a Grim.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Hay algún doctor cerca? —preguntó el joven moreno—. Necesita atención
médica.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—El más cercano está a dos días de viaje a caballo, señor —respondió Quinby,
inclinando la cabeza en señal de respeto. Si los rumores no iban errados, el
hombre con el que estaba hablando debía ser el heredero de Aquaviva. —Cada
primer lunes de mes viene aquí a visitar a los pacientes del pueblo, pero eso
no será hasta la semana que viene.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Maldición —gruñó furioso el viajero. Dejándose llevar por el nerviosismo
pateó una vieja papelera, aunque al momento se disculpó avergonzado. Se llevó
las manos a la cabeza y respiró fuerte para calmarse. —Tráeme mantas y paños húmedos,
por favor.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Quinby salió corriendo a buscarlos, aunque su mente no podía dejar de
pensar una sola idea: el heredero de Nagareth estaba aquí, en su posada. <i>Por qué? Qué he hecho yo para mezclarse en
toda esta historia?</i><o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Le entregó las mantas y los paños así como una palangana con agua fría al
joven, que le agradeció su esfuerzo con una sentida inclinación de cabeza. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Gracias, posadero; puedes marcharte. Ya me ocuparé yo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Estáis seguro, señor? Puede que necesitéis mi ayuda.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Quinby se sorprendió a sí mismo preguntándose qué pasaría si el
enmascarado, heredero de tres ducados y señor de otro, moría en su posada.
Rechazó esos pensamientos con decisión, él no era de la clase de persona que se
preocupaba de eso teniendo a una persona enferma bajo su techo. Era un pobre
posadero sin ambiciones, pero honrado. De eso, al menos, podía estar orgulloso.<o:p></o:p></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—No te preocupes —dijo el joven, tan solemne que cualquiera hubiera dicho
que estaba realizando un juramento—, yo cuidaré de él.<o:p></o:p></div>
Jesús - El Legendario Escritor Novatohttp://www.blogger.com/profile/00984825664522649556noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1634898207277531866.post-56652146407847635772015-06-22T10:59:00.001-07:002015-06-22T10:59:16.123-07:00Capítulo 20 (Parte 2) - La espada decide<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
Incluso para
alguien con tan poca experiencia en duelos como Rego resultaba evidente que no
era un combate igualado. Bant era un excelente espadachín, con una destreza que
parecía rivalizar con las tropas de élite de su padre, el duque de Aquaviva.
Dominaba las bases de la esgrima, sabía cómo mover los pies e incluso con sus
ropas holgadas y la máscara que le dificultaba la visión era tan ágil como una
mangosta plantando cara a una víbora.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjoWgWVss9sh2HdqCl8W_btcVoFk-kfecpoRY5OHOf4Eq0ePY_EQb55xnHJaNZyQ3Ky93bB7_XPjas0Yrmg39MRR8Ou6P2Zs3jflwhK-diCDK9j9NDfqm2RBObgOTFzObmyrdU3-ZzWnH-a/s1600/death_in_life_by_elentori-d5ddf02.gif" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="209" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjoWgWVss9sh2HdqCl8W_btcVoFk-kfecpoRY5OHOf4Eq0ePY_EQb55xnHJaNZyQ3Ky93bB7_XPjas0Yrmg39MRR8Ou6P2Zs3jflwhK-diCDK9j9NDfqm2RBObgOTFzObmyrdU3-ZzWnH-a/s320/death_in_life_by_elentori-d5ddf02.gif" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
</div>
<a name='more'></a><br /><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
Pero a pesar de toda su habilidad,
Grim era muy superior. Más fuerte, más rápido, más diestro. Sus ataques se
sucedían a un ritmo frenético, encadenados con una fluidez y una maestría tan
grande que cuando acababa una maniobra la otra ya estaba empezando, sin pausa,
sin respiro. Certeras estocadas, poderosos mandobles, engañosas fintas seguidas
por golpes tan veloces que Rego apenas podía verlos. Ante una exhibición de
destreza tan majestuosa, tan hermosa, el heredero de Aquaviva sólo pudo tragar
saliva, tan impresionado que durante unos segundos incluso se olvidó de
respirar.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<i>Creía
que Grim se iba a dejar ganar</i>, pensó Rego, estremeciéndose
involuntariamente cuando un poderoso mandoble mandó a Bant trastabillando hacia
atrás un par de metros, aun habiendo bloqueado correctamente el golpe. <i>Está claro que me equivoqué.<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
Sin embargo el enmascarado resistía,
mostrando una determinación y resistencia que no desmerecían a la de su
oponente. El sonido de las espadas entrechocando entre sí resonó con fuerza en
el jardín durante unos minutos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
Un fugaz revés de Grim logró al fin
atravesar las defensas del enmascarado, causándole un corte en la pierna
derecha y provocando una exclamación de temor de Rego. Bant se llevó la mano a
la herida, manchándose el guante con su sangre, para comprobar su gravedad. Por
suerte no era más que un rasguño, pero parecía que el enmascarado ni lo había
visto venir.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<i>Mala señal</i>, pensó Rego, <i>mala señal.<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
El combate se reanudó con un torbellino de violentos ataques de Grim,
ante los cuales Bant no pudo hacer otra cosa que retroceder mientras se
defendía tan bien como podía. Pero por más desesperada que fuese su defensa,
por más rápido que se moviese para apartarse de su rival, Grim le perseguía y
le acosaba constantemente sin darle tiempo a descansar. Un quejido de dolor
salió de los labios del enmascarado cuando la espada de Grim le rozó en el
hombro, y otro más le siguió cuando recibió una fuerte patada en las costillas
que le hizo retroceder hasta el límite del círculo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Cansado y con la respiración agitada, el heredero de Nagareth se llevó
una mano a su dolorido costado, mientras que con la otra sostenía la espada
ante su rival para que no se acercase. Al menos tras este último ataque había
conseguido separarse, ganar algo de espacio para recuperar fuerzas por un
momento y pensar qué hacer.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Es inútil —mencionó el maestro de armas, más para si mismo que para
Rego. —Nada funcionará contra Grim.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Cogiendo aire, el enmascarado flexionó levemente las rodillas y se colocó
de perfil contra su oponente, la punta de su espada apuntando directamente
contra el pecho de Grim. Entonces,
cuando su respiración recuperó la cadencia habitual, cargó.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Las estocadas eran tan rápidas que Rego sólo podía ver un borrón plateado
golpeando una y otra vez la enorme figura de Grim. Pero el heredero de La
Tierra de las Espadas se deslizó entre ellas como si su cuerpo fuese de agua y
no de carne y hueso, esquivándolas con una increíble facilidad para
contraatacar justo cuando Bant retrocedía, golpeándolo en la cabeza con su puño
en vez de con la espada para sorprenderle. El enmascarado fue a parar al suelo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
En su posición como testigo, Rego observaba el duelo con el corazón en un
puño. Vio como Grim avanzaba prudentemente hasta su amigo caído, y, tras
comprobar que no era ninguna trampa y que el enmascarado se había desmayado de
verdad, alzó la espada para ejecutar el golpe que acabaría con su vida.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<i>No, no puedes morir. ¡Levántate,
lucha!<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—¡Bant! —gritó Rego, un grito que cargaba con toda su desesperación, con
todo su deseo de que su amigo sobreviviese a este duelo. Ignorándole, Grim bajó
su espada dispuesto a acabar la batalla.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Pero sólo toco tierra. El enmascarado se giró en el último momento y
evitó el golpe mortal, rodando por el suelo hasta que estuvo a suficiente
distancia del heredero de La Tierra de las Espadas como para ponerse de pie, a
salvo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Rego soltó un suspiro de alivio al ver que su amigo conseguía salir con
vida, aunque daba la impresión de que tan sólo había logrado aplazar lo
inevitable. Agotado, herido y casi sin fuerzas, el heredero de Nagareth tenía
que servirse de una de las espadas clavadas en la periferia del círculo de
combate para mantenerse en pie. A unos metros de él, sin ninguna herida y con
tan sólo una fina capa de sudor que traicionaba su aspecto descansado, Grim
alzó de nuevo su espada. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
El mundo pareció detenerse mientras los dos herederos se preparaban para
el final del combate. Entonces el espadachín que no podía perder un duelo
atacó, una estocada tan rápida como una centella estuvo a punto de atravesar el
pecho del enmascarado cuando éste consiguió rechazarla a un lado con un último
estallido de fuerzas. Grim se sorprendió tan sólo durante una fracción de
segundo ante esta inesperada reacción, pero ése era todo el tiempo que el
enmascarado necesitaba para atrapar su arma con su mano izquierda. Ésta era una
acción a la desesperada y que a cualquier otro espadachín no le hubiese servido
de nada, además de costarle un par de dedos como poco; pero Bant vestía las
ropas de los mineros de su tierra y eso incluía sus resistentes guantes de cuero,
diseñados para soportar las duras condiciones de las minas. Aún así, no
aguantarían durante mucho tiempo el afilado filo de una espada.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Pero si el suficiente.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
El arma del heredero de Nagareth atravesó a Grim, acabando el combate de
la única manera que podía acabar: con una muerte.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Rego no pudo evitar soltar una exclamación de sorpresa ante el resultado
del duelo, aliviado y horrorizado a la vez. Sin poder contenerse salió
corriendo para ayudar a su amigo herido mientras el maestro de armas apretaba
con fuerza los puños, el brillo de unas lágrimas naciendo en sus ojos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Rego no tenía ni idea de cómo lo había conseguido pero Bant había vuelto
a ganar un desafío. En cualquier caso eso no era lo importante; lo importante
es que seguía vivo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—No te sientas culpable. Así es como debía ser <o:p></o:p></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Estas fueron las últimas palabras que dijo el heredero de La Tierra de
las Espadas, rodeado por los brazos del enmascarado. Su vida se escapó mientras
su sangre regaba el mismo suelo que había visto morir a su hermano, entre los
llantos apagados de Bant.<o:p></o:p></div>
Jesús - El Legendario Escritor Novatohttp://www.blogger.com/profile/00984825664522649556noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1634898207277531866.post-61624618832982952832015-06-15T07:02:00.002-07:002015-06-15T07:02:28.297-07:00Capítulo 20 (parte 1) - La espada decide<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
La guardia personal del duque de La Tierra de
las Espadas preparaba el escenario del duelo, en el pequeño jardín del palacio
de Draconis. Eran hombres de rostros graves y miradas duras, marcados por las
cicatrices y el distanciamiento que provoca toda una vida viviendo por la
espada. Soldados en cuerpo y alma que habían visto lo peor y lo mejor del ser
humano, pero que no podían ocultar la amargura que les movía mientras cumplían
una vez más con su deber.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhHdlKC3NPb3lfWdALtN9txNq-GkzGQUTvD4LZnMCBVJcbMD4eRBYyQVI2UY5nip8n9Z-rZvNazGDYcFbhBgQmulxv8ngNGkPMrJckrrAvO9Fpezw-npnEP9v-_sIJT7ig0tqAoPxko7dV-/s1600/swordsman_by_samc_art-d7mv3h3.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhHdlKC3NPb3lfWdALtN9txNq-GkzGQUTvD4LZnMCBVJcbMD4eRBYyQVI2UY5nip8n9Z-rZvNazGDYcFbhBgQmulxv8ngNGkPMrJckrrAvO9Fpezw-npnEP9v-_sIJT7ig0tqAoPxko7dV-/s320/swordsman_by_samc_art-d7mv3h3.png" width="211" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
</div>
<a name='more'></a><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Era en este mismo jardín donde hacía tan solo
una semana escasa se había celebrado el duelo entre Eldrad y Grim. Era en este
mismo jardín donde un hermano había acabado con la vida del otro.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Rego observaba a los guardias preparar un círculo despejado de maleza,
piedras y de cualquier otro obstáculo para los combatientes en el centro del
jardín, clavando sus espadas en el suelo para marcar sus dimensiones, de unos
diez metros de diámetro, así como el límite de la arena. <i>Un círculo en el que dentro de poco morirá una persona</i>, pensó
amargamente el heredero. A su lado y mirando también los preparativos estaba el
testigo de Grim para el duelo, el viejo soldado de pelo blanco que como maestro
de armas de la familia ducal había enseñado tanto a Grim como a su hermano
Eldrad.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—¿Sólo nosotros dos presenciaremos el duelo? —preguntó Rego al maestro de
armas—. Me resulta extraño que no vengan ni los padres ni los amigos de Grim.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—La tradición establece que sólo debe haber un testigo por cada uno de
los participantes; así lo hemos hecho siempre —respondió con voz seca el viejo
soldado—. Además —añadió, sus ojos desviándose por un instante a la ventana de
una de las habitaciones del palacio—, la duquesa ha sufrido mucho con la muerte
de uno de sus hijos. Presenciar este duelo no le haría ningún bien.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—No, supongo que no.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
¿Y a ellos les podía hacer algún bien? El maestro de armas era un hombre
anciano que ya había perdido a uno de sus queridos pupilos, ver con sus propios
ojos como moría el segundo con tan poco tiempo de diferencia sería un golpe muy
duro. ¿Y para él mismo? ¿Qué sentiría él si el enmascarado moría en este duelo?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Un estremecimiento lo recorrió de los pies a la cabeza al imaginarlo. No
quería ver morir a Bant. A pesar de todos sus secretos y misterios era un buen
amigo, una persona en la que podía confiar en cualquier momento por complicada
que fuese la situación. Era un amigo que le había mostrado lo grande que era el
mundo y perderlo sería… Se mordió suavemente el labio, inquieto. No sabía cómo
expresar ese sentimiento.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—¿Es muy bueno con la espada Grim?
—preguntó Rego al maestro de armas, arrepintiéndose al instante de la estúpida
pregunta que había hecho impulsado por los nervios. <i>Pues claro que es bueno, eso lo sabe cualquiera en los siete ducados.<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Grim nunca ha perdido un duelo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Ya, pero que…<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—No, no me has entendido, heredero de Aquaviva —le interrumpió el viejo
soldado—. Grim nunca, en toda su vida, ha perdido un duelo. Cuando comencé a
enseñarle el arte de la espada no era más que un mocoso que casi no tenía
fuerza para sostener su arma, y no sabía luchar mejor que cualquier otro niño
de su edad. Pero aún entonces, en cualquier duelo amistoso, siempre ganaba.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—¿Cómo? —preguntó Rego, que no lograba imaginarse como un niño podía
ganar a un hombre hecho y derecho con experiencia en batalla.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Es por la bendición. Si te enfrentabas a él podías sentir la magia en tu
contra: el Sol te cegaba, las piedras te hacían resbalar y caer, tu fiel espada
se rompía en tu mano… Resultaba aterrador. Se puede vencer a un niño, pero
nadie puede derrotar al destino.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Rego frunció el ceño, desconcertado ante estas palabras. De alguna manera
podía ver una semejanza entre los efectos de la bendición de Grim y los de
Helena, la antigua heredera de La Costa Verde. En ambos casos la bendición no
se limitaba a afectar tan sólo a su beneficiario sino que también influía en
los demás; con Helena retorcía los sentimientos para que cualquier hombre la
amase, y con Grim parecía afectar al azar para conseguir derrotar a cualquier
rival.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—En aquel entonces tan sólo era un niño —continuó explicando el maestro
de armas—, ahora ya se ha convertido en un campeón de la espada por méritos
propios. Lo siento por el heredero de Nagareth, pero la única posibilidad que tiene
de ganarle pasa por que la bendición que le protege, esa bendición que nadie
conoce, sea más poderosa que la de Grim. Si no es así, está perdido.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Bueno —dijo Rego fingiendo una confianza que estaba lejos de sentir—,
Bant ya ha ganado a tres herederos cuando parecía imposible. Esta vez no tiene por
qué ser distinto.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Pero lo era. El enmascarado había ganado sus dos primeros desafíos
evitando gracias a su astucia enfrentarse directamente contra la bendición de
sus rivales, y en el tercero… Bueno, el tercer desafío había sido especial.
Pero contra Grim no tenía más remedio que enfrentarse directamente contra la
magia que le protegía y contra su maestría como espadachín, y Rego temía que
Bant no estuviese a la altura.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
En ese momento aparecieron por el camino que daba al jardín los dos
combatientes, caminando uno al lado del otro. Grim vestía una armadura ligera
que no le ofrecía mucha protección, pero que le permitía moverse con rapidez y
agilidad si era necesario. Por su parte, Bant vestía las mismas ropas que había
llevado durante todo el viaje: su traje de minero con la capucha, sus
resistentes botas y guantes de cuero, y la máscara.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<i>Incluso ahora que te juegas la vida
sigues con tus secretos</i>, pensó Rego al ver que su amigo llevaba una
vestimenta tan poco adecuada para un duelo. No cabía duda que Bant se movía en
ese delgado límite entre la valentía y la locura que hace épicas las victorias
y ridículos los fracasos. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
En cuanto los dos oponentes llegaron al círculo del combate fueron
saludados por los guardas ducales, quienes antes de marcharse les entregaron a
cada uno una espada idéntica para que el combate fuese justo. La espada era una
sencilla arma sin filigranas ni adornos pero muy afilada; una herramienta
diseñada para matar y no para vestir en desfiles. Grim la blandió ante sí con
aire experto, valorando su peso y alcance. Una vez satisfecho entró en el
círculo, situándose a la izquierda de los testigos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Cuando quieras, heredero de Nagareth —dijo dirigiéndose al enmascarado que
aún probaba su arma. Tras unos cuantos mandobles más cortando el aire, Bant
también entró en el círculo, frente a frente con Grim, a la derecha de los
testigos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Estoy listo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Los dos herederos adoptaron una posición de combate, inmóviles en medio
del silencioso jardín. Rego tragó saliva, nervioso. Este tenso silencio no
tardaría en romperse con el ruido del combate y el grito agonizante del
perdedor.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Que empiece el duelo —anunció el maestro de armas.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Es verdad, recordó Rego, los dos testigos debían dar su visto bueno para
que el duelo pudiese empezar. Miró de reojo al enmascarado, esa pequeña figura
que tan lejos había llegado ya, y tuvo la impresión de que le sonreía tras su
máscara para tranquilizarle.<o:p></o:p></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Que empiece el duelo.<o:p></o:p></div>
Jesús - El Legendario Escritor Novatohttp://www.blogger.com/profile/00984825664522649556noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1634898207277531866.post-10397068387420714362015-06-09T02:56:00.001-07:002015-06-09T02:56:04.753-07:00Capítulo 19 (Parte 3) - El cuarto desafío<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
Grim, el
heredero de La Tierra de las Espadas, el mejor duelista del mundo, se
encontraba en la sala de armas del palacio ducal. Sus manos, grandes y
robustas, llenas de callos por el constante entrenamiento, acariciaban la funda
de una espada con la misma suavidad que el roce de una pluma.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhTcPFh0XPUmKp9VXRfa5g9cK4pWC48LlSeOsmk4UQrEyCKGg4dQbR5syAaVENFzzzgF9qYevbI8j3olE1fTD33vDsxF6F3JxSgOr83LRuFS4ir8otNe_JYYQr3AqL-B1Z7zOFdCy279yAZ/s1600/espada.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="215" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhTcPFh0XPUmKp9VXRfa5g9cK4pWC48LlSeOsmk4UQrEyCKGg4dQbR5syAaVENFzzzgF9qYevbI8j3olE1fTD33vDsxF6F3JxSgOr83LRuFS4ir8otNe_JYYQr3AqL-B1Z7zOFdCy279yAZ/s320/espada.jpg" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
</div>
<a name='more'></a><br /><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
Allá reposaban las espadas de todos
los miembros de la familia del duque que habían fallecido en combate, ya fuese
en batalla o en duelo. En el fondo de la estancia, sobre unos soportes de
sencilla madera, estaba la espada del primer duque de La Tierra de las Espadas.
No muy lejos de ella se encontraba el enorme mandoble a dos manos que había
manejado el tercer duque, seguido por el fino y elegante estoque que había
empleado el quinto. Una tras otra, decenas de obras maestras adornaban las
paredes de esta sala que era, en cierta manera, un lugar sagrado.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
Por supuesto, aquí también se
encontraba la espada de Eldrad, su hermano. Era precisamente ésta la espada que
Grim estaba contemplando.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
Se puede saber mucho de un hombre
por el arma que utiliza. La de Eldrad era un espada ligera y con un equilibrio
excelente, además de tener una amplia guardia que permitía defenderse con
facilidad. Un arma cómoda y útil, adecuada para luchar si no había más remedio,
aunque para su dueño siempre habría otras opciones antes.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
La de Grim era una espada pesada,
que le permitía dar una fuerza letal a cada uno de sus golpes. Un arma para
asesinar.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<i>Un
arma perfecta para mí</i>, pensó Grim, su rostro pétreo hecho pedazos por una
grieta de dolor.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
El sonido de unos pasos a su espalda
interrumpió sus pensamientos. Tranquilo, Grim cogió aire y recuperó la
compostura. Cuando se dio la vuelta su expresión era tan serena y fría como la
superficie de un lago helado.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
—Después de cinco días ya pensaba
que no volvería a verte, heredero de Nagareth.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
—¿Cómo sabías que era yo, Grim?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
Ahí estaba. El enmascarado,
acompañado del heredero de Aquaviva, su testigo. <i>Por fin.<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<i> </i>—No
podía ser nadie más, di órdenes al servicio de que nadie excepto tú podía
molestarme —respondió Grim. —¿Has venido a desafiarme?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
—Así es.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
Una chispa de emoción ardió por un
instante en los ojos del mejor duelista.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
—Ya pensaba que no lo harías después
de todos estos días de silencio. Si te soy sincero, no entendía tu
comportamiento tras tus desafíos en el sur, en Jötum y en la Costa Verde. Pero
eso ya no importa—. Sin darse cuenta, Grim apoyó la mano sobre el pomo de su
espada—. Como quieras, habrá un duelo a muerte para decidir el destino de La
Tierra de las Espadas.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
—No me has entendido bien, Grim. Te
desafío a un duelo de espadas, sí, pero no a un combate a muerte. Podríamos
hacer…<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
El heredero de La Tierra de las
Espadas se movió veloz como un rayo, cogiendo al enmascarado por su traje
mientras lo levantaba contra su rostro. Rego dio un salto hacia atrás, asustado
ante el inesperado movimiento.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
—¿Estás jugando conmigo, heredero de
Nagareth? Es el destino de La Tierra de las Espadas lo que está en juego, no
pienso manchar el honor de mi gente, de mi familia e incluso de mi propio
hermano muerto por nada menos que un combate en el que arriesgue mi vida. Y si
tú no tienes el coraje para hacer lo mismo, márchate de aquí ahora mismo,
¡cobarde! <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
Grim sostenía al enmascarado en vilo
con un solo brazo, como si no fuese más que un muñeco que pudiese romper con un
movimiento de sus dedos. Su pétreo rostro se había transformado en una máscara
de ira y desesperación, y su otra mano temblaba, fuera de control, en el pomo
de su espada. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Sin embargo, a pesar del peligro en que se encontraba, Bant no movía ni
un músculo. Guardaba silencio, observando a Grim a través de las lentes de su
máscara.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
Tras unos instantes que parecieron
eternos, Grim recuperó el control sobre si mismo y soltó al enmascarado. Rego
suspiró aliviado.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
—No, no me tienes miedo —dijo el
heredero de La Tierra de las Espadas. —Entonces, ¿por qué? ¿Por qué no quieres
desafiarme como has hecho con el resto de herederos?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
— No hay nada útil ni digno en morir
por una causa, Grim, por muy grande que sea esta. Mi muerte no serviría en nada
a los míos, de la misma manera que la tuya no traería de vuelta a tu hermano ni
ayudaría a tu pueblo. Si quieres ayudar de verdad a los tuyos, vive por ellos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Grim le miró perplejo, extrañado; hasta que poco a poco sus ojos se
abrieron de par en par al comprender los motivos del enmascarado.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Tú… no es que me tengas miedo, lo que sucede es que no quieres matarme.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: 35.4pt; text-align: justify;">
Bant no respondió, no hacía falta.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—¿Cómo puedes ser tan ingenuo? ¿Cómo puedes esperar conseguir los ducados
sin mancharte las manos de sangre? Es una estupidez sin sentido.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Seguramente lo sea, pero de momento lo he conseguido.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Sí, es cierto —reconoció Grim mientras se acariciaba la barbilla con
gesto reflexivo, pensativo. —¿Has matado alguna vez?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
El enmascarado negó lentamente con la cabeza.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—No es una sensación agradable. No, no hay nada de agradable en
arrebatarle la vida a otra persona, en ver como se apaga el brillo en su
mirada. Pero en el mundo en el que vivimos a veces no hay más remedio.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Acarició con aire distraído una de las espadas expuestas, su mente
perdida en sus propios pensamientos. Cuando volvió a hablar su rostro era aún
más severo y serio que de costumbre, si eso era posible.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Te haré una pregunta y desearía que me respondieras sinceramente, sin
reparo ni temor alguno. ¿Me harías este favor, heredero de Nagareth?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Por supuesto.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—¿Crees que si la Tierra de la Espadas pasase a tus manos sus habitantes
tendrían un futuro mejor?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; tab-stops: 105.0pt; text-align: justify;">
Una
exclamación de asombro salió de los labios de Rego, quien empezaba a tener una
idea de las intenciones del heredero de La Tierra de las Espadas. El
enmascarado no dijo nada durante unos largos segundos en los que reunió valor,
para acabar respondiendo con un escueto sí.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—En ese caso, y como igual heredero tuyo que soy, te desafío a un duelo
por La Tierra de las Espadas. Si lo rechazas perderás tu honor y deberás dejar
este ducado para nunca regresar.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—¿Por qué haces esto, Grim?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Porque aunque no eres mi hermano, creo que al igual que él puedes ayudar
a mi pueblo. Y quizás, protegido por tu misteriosa bendición, puedes triunfar
donde él fracasó.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—¿Y matarte? ¿Eso es lo que quieres?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Si es necesario, sí. Es como debe ser, como ha sido siempre y como será,
al menos mientras un miembro de mi familia esté en el poder. Puedes aceptarlo o
marcharte, es tu decisión.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
El heredero de Nagareth guardó silencio, inmóvil. Parecía tranquilo,
imperturbable, pero Grim podía ver en sus puños cerrados con fuerza y en la
rigidez de su espalda lo mucho que estaba sufriendo. Era evidente que no quería
matar a nadie, pero también lo era que no tenía ninguna otra opción.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<i>Lamento obligarte a esto,
enmascarado</i>, pensó Grim. <i>Pero así es
como debe ser.<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Será un combate a muerte, tú contra mí. Si yo gano me ocuparé de la
Tierra de las Espadas y si eres tú quien resulta ganador cuidarás de Nagareth.
¿Te parece justo?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Grim asintió, dando la mano al enmascarado para sellar su acuerdo.<o:p></o:p></div>
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Lucida Sans Unicode"; mso-fareast-language: AR-SA; mso-font-kerning: .5pt;">—Me parece honorable.</span>Jesús - El Legendario Escritor Novatohttp://www.blogger.com/profile/00984825664522649556noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1634898207277531866.post-62380081056249617252015-06-01T11:07:00.004-07:002015-06-01T11:07:33.322-07:00Capitulo 19 (Parte 2) - El cuarto desafío<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
Martha tatareaba
una pegadiza canción mientras acababa de barrer el suelo de la posada, una
limpieza que en los últimos meses hacía más por costumbre que por necesidad.
Aún tenía que lavar los platos antes de irse a dormir, pero no le apetecía para
nada. Bostezando de aburrimiento fue a sentase junto a su mejor –y único-
cliente.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
</div>
<a name='more'></a><br /><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
—Tu amigo hace ya un buen rato que se ha ido a
dormir, ¿no crees que deberías hacer lo mismo? Además —dijo apartándole el vaso
a un lado—, creo que ya has bebido mucho por hoy. Mi conciencia me impide servirte
más bebida.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
El enmascarado le ensenó el
contenido del vaso: agua.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
—Sí, ya sé que no bebes alcohol
—dijo Martha—. Pero hace tanto tiempo que no tengo la oportunidad de negarle
una bebida a un borracho que echaba de menos decirlo—. La joven apoyó su cabeza
en las manos y miró al enmascarado con ligera reprobación—.Tristemente, tú eres
lo más parecido a eso que tengo ahora.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
De repente se levantó y caminó hasta la barra
donde estuvo rebuscando un rato, canturreando entre dientes mientras lo hacía.
Regresó con una sonrisa en los labios y una botella de vino en la mano.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
—En fin —dijo mientras se sentaba de
nuevo—, supongo que ya te habrás enterado de lo de mi hermano, ¿verdad?
—preguntó a Bant, quien asintió en silencio—. De este tipo de cosas todo el
mundo se entera rápido; los soldados son unos cotillas. Lo sé por experiencia.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
Descorchó la botella con un hábil
giro de muñeca y se la llevó a los labios, en un trago que se alargó durante
más de lo que parecía sensato. Cuando finalmente acabó, dejó la botella con un
golpe que sacudió la mesa y que hubiese derribado el vaso de Bant si este no se
hubiese apresurado a recogerlo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
—Mi hermano nunca fue muy listo, ni
tampoco muy diestro. Está mal que lo diga yo, que soy su hermana, pero es así.
La verdad es que siempre fue un cero a la izquierda con las armas, con más
ilusión que habilidad. Le hubiese ido mucho mejor quedarse aquí, llevando la
taberna, que no probando suerte como soldado. Pero él no quería eso, decía que
no había honor en servir bebidas y limpiar camas, que eso era un trabajo para
mujeres y ancianos, no para hombres. Él podía aspirar a más, me decía. Él era
un hombre de honor.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
Martha rechistó y movió la cabeza de
un lado a otro, maldiciendo para sí, antes de volver a tomar un trago de la
botella.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Menuda estupidez. Si no vales para algo, no vales, y punto. Todo eso del
honor y demás pamplinas no sirven más que para presumir con los amigos. ¿De qué
te sirve el honor cuando hay hambre? Ya te lo digo yo: de nada. No te sirve ni
para limpiarte el culo. Yo no creo en el honor, creo en la necesidad —afirmó
con un tono tan crudo y despojado de ilusiones que parecía más propio de una
anciana que de alguien de su edad. —Y estoy segura que mi hermano creyó lo
mismo cuando empezó a robar. ¿Qué otra cosa podía hacer para sobrevivir un
espadachín mediocre como él?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
—Yo creo que el honor es un código
de conducta que te permite mirarte al espejo todos los días y estar orgulloso
de lo que ves —dijo entonces el enmascarado. —No hay nada deshonroso en ser un
posadero, un artista o cualquier otra cosa, siempre que te dediques a ello de
corazón, tu conciencia esté tranquila y puedas dormir cada noche satisfecho de
lo que has hecho durante el día. No importa lo que eres, si no cómo lo eres.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
Ante estas palabras Martha guardó
silencio. Se quedó mirando al enmascarado un largo rato, con la duda reflejada
en sus jóvenes ojos. Tenía una mano en la botella ya medio vacía y la otra
reposaba sobre la mesa, acariciando la vieja madera con la punta de los dedos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
—Eres un ingenuo, heredero de
Nagareth. Sí —añadió al ver la sorpresa de Bant—, sé quién eres. Como te dije
antes los soldados son unos cotillas y toda la ciudad sabe que el misterioso
heredero de Nagareth ha conquistado tres ducados, uno tras otro, venciendo en
desafíos que cualquiera hubiese dicho que eran imposibles de ganar. Tu aspecto
es de sobras conocido: “un enmascarado vestido con el traje de los mineros de
Nagareth y una capucha”. No eres precisamente discreto, ¿cuánta gente crees que
hay así en Draconis?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
—Supongo que nadie aparte de mí
—respondió Bant. Las ropas que llevaba ocultaban su aspecto, pero a estas
alturas de su aventura también indicaban claramente su identidad como heredero
de Nagareth. Era un problema con el que había esperado encontrarse más tarde,
pero sus planes se habían retrasado tras descansar en Magrata.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
—Has venido hasta aquí para desafiar
a Grim, ¿verdad? —preguntó la joven posadera—. Pero si es así, ¿por qué pasas
los días sentado sin hacer nada? No es que me importe que te quedes en la
posada, claro. El dinero es bienvenido y espero poder contar algún día a mis
hijos que hablé y serví personalmente agua y limonada a uno de los herederos,
pero me pica la curiosidad.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
El enmascarado se revolvió en la
silla, dudando entre confesar o no la razón de su inquietud a Martha. Se lo
había ocultado a Rego, su amigo, porque no quería preocuparle y por temor a que
descubriese su mayor secreto, pero con la joven pelirroja no necesitaba tomar
tantas precauciones. Podía desahogarse con ella, expresar en voz alta las dudas
que la atormentaban y quizás así tomar una decisión.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
Además, Martha le caía bien.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
—Para ganar a Grim creo que tendría
que matarlo, Martha. Y si lo hago, si pongo fin a la vida de una persona, no
creo poder mirarme nunca más ante un espejo sin avergonzarme de lo que veo. Ya
apenas puedo, con todo lo que estoy haciendo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
—Pero la gente muere constantemente,
sobretodo los soldados como Grim. Es un riesgo de profesión y lo asumen, no veo
porque deberías dejar que eso te detuviera.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
—No lo entiendes, Martha. Es normal,
habiendo nacido y vivido en La Tierra de las Espadas.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
El enmascarado hizo una breve pausa,
y cuando volvió a hablar sus palabras estaban cargadas de un viejo y profundo
pesar.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
—En Nagareth muy pocas mujeres son
fértiles. Es una consecuencia de la lluvia de ceniza que cae constantemente
sobre nosotros y que todo lo mata. No te puedes imaginar la alegría, la
felicidad, que trae a nuestra gente la noticia de un nuevo embarazo, de una
nueva vida—. Guardó silencio durante un instante, rememorando un evento muy
querido de su pasado. —Aún así, muchos de estos niños no consiguen llegar a la
edad adulta; mueren enfermos, en las minas o por culpa de la falta de
alimentos. Para nosotros, Martha, cada vida, cada persona, es especial y
valiosa. Yo… yo no puedo acabar con una vida porque sí, sólo porque no vea otra
manera. Tiene que haber un modo de conseguir el ducado sin matar a Grim. Sólo
tengo que encontrarlo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
—¿Y si no lo hay?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
Una simple pregunta, pero ante la
cual Bant no tenía respuesta. <i>No</i>,
pensó mientras se encogía en su asiento como un niño asustado, <i>es una pregunta que no quiero responder</i>.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
—Sólo soy una tabernera, heredero, y
bastante me cuesta ya ir tirando y tener algo que dar de comer a mis hermanos
pequeños—dijo Martha—. No puedo ni hacerme una idea de lo que es estar en tu
situación. Pero ya sabes en lo que creo: en la necesidad. Y quizás este ducado
necesite una persona como tú, un ingenuo que valore más la vida que una
estúpida palabra.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
La joven dio un último trago a su
botella, contemplándola después con la expresión vacía y cansada de quien le ha
tocado vivir con las peores cartas de la baraja.<o:p></o:p></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
—Aunque para ello no pueda volver a
mirarse en un espejo nunca más.<o:p></o:p></div>
Jesús - El Legendario Escritor Novatohttp://www.blogger.com/profile/00984825664522649556noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1634898207277531866.post-81097609810150253752015-05-26T00:04:00.003-07:002015-05-26T00:04:43.384-07:00Que los bardos cuenten mi historía<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 12pt; line-height: 115%; text-align: justify;"> </span><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 12pt; line-height: 115%; text-align: justify;">Con mi muerte me convertiré en un héroe. Yo, el paria, el
traidor, conseguiré con mi sacrificio lo que jamás hubiese conseguido con mi
vida: un hueco en las historias de mi pueblo.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 12pt; line-height: 115%; text-align: justify;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgEAdCjNjx2fbkf5SwoUh-5SWrG5awDIHWnaOOVPTqVjQky3OjAxCoQdkkbsKvrK3t6K0oeuRtXxnDXc4nQHOElVRScS5YfZdXJtVEe7xSJtqH6FEe3zGlynmzoNXwAPbIwrB23VeOQVhhJ/s1600/decendant_of_indraugnir_by_sandara.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="226" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgEAdCjNjx2fbkf5SwoUh-5SWrG5awDIHWnaOOVPTqVjQky3OjAxCoQdkkbsKvrK3t6K0oeuRtXxnDXc4nQHOElVRScS5YfZdXJtVEe7xSJtqH6FEe3zGlynmzoNXwAPbIwrB23VeOQVhhJ/s320/decendant_of_indraugnir_by_sandara.jpg" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 12pt; line-height: 115%; text-align: justify;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 12pt; line-height: 115%; text-align: justify;"></span></div>
<a name='more'></a><br /><br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> Sonreiría si pudiese, pues sólo yo aprecio la ironía de
este hecho. Las historias de mi pueblo son de sangre y fuego y yo soy todo
menos eso. Soy comedia, soy amor, soy drama. Soy el chiste malo que te arranca
una carcajada, el amor sucio e imperfecto que te deleita en secreto, el tesoro
que aguarda en la guarida del monstruo. Soy… soy una mentira, ¿pero no es una
mentira hermosa preferible a una decepcionante verdad? <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> Da igual. Soy muchas cosas, pero todas ellas acaban hoy.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> Ya puedo olerles. El aceite de sus máquinas, el frío
acero con el que encierran a los espíritus de mis hermanos caídos. Están cerca,
muy cerca. Suelto un rugido y estiro mis alas en toda su envergadura,
preparándome para la batalla. No espero ganar, pero sí conseguir tiempo para
que los míos huyan con los heridos y las crías.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> Me lanzo a la batalla, mis garras afiladas contra su
metal, su entrenamiento contra mi salvaje instinto. Derribo a uno de los gólems
contra el suelo, pero dos más me rodean al instante. Me hieren, rompiendo mis
escamas y hendiendo mi carne con sus armas. Pronto le sigue otro ataque, y
luego otro más, y la sangre brota, caliente y espesa.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> <i>Esta es la historia
de un viejo y tonto dragón</i><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> En medio de la lucha no hay dolor, sólo cansancio,
agotador y devastador cansancio. Sería tan fácil rendirme, tumbarme y esperar a
que todo acabe… Pero ese recuerdo, esa
estúpida cancioncilla de antes de la guerra que resuena en mi cabeza me mantiene
despierto.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> <i>que ama a los
sueños y vive de ilusión.<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> Cojo aire y suelto mi aliento de fuego, haciéndoles
retroceder y ponerse a cubierto. He ganado espacio y tiempo para recuperarme,
tiempo para mis hermanos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> <i>Pobre, pobre, tonto
dragón,<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> Huyo y golpeo en un desesperado juego del gato y del
ratón, cada vez más débil, cada vez más cansado. Tengo un golpe de suerte
cuando uno de mis zarpazos destroza la pierna de uno de los gólems, pero ya es
demasiado tarde. Mis viejos y gastados ojos, incapaces de leer ni una sola
línea más, no reparan en mi otro oponente. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Apenas
siento un cosquilleo cuando su espada perfora mi corazón.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> que no naciste soñador</span></i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">.<o:p></o:p></span></div>
Jesús - El Legendario Escritor Novatohttp://www.blogger.com/profile/00984825664522649556noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1634898207277531866.post-58061778459837006792015-05-18T11:33:00.002-07:002015-05-18T11:33:42.165-07:00Capítulo 19 (Parte 1) - El cuarto desafío<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Los días pasaron. Poco a poco el luto se fue
desvaneciendo, reemplazado por la cotidiana necesidad del día a día. Los
comercios necesitaban abrirse, la gente tenía que comer y las patrullas
militares debían reforzarse ante la inminente invasión del Norte. El fallecido era
recordado, pero la vida seguía su camino.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
</div>
<a name='more'></a><br /><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Bant se consideraba un experto en este tema. En
Nagareth la muerte era una constante, una certeza que nunca te abandonaba del
todo. Le resultaba fácil hacerse a la idea que todos morimos. Pasar página, por
otra parte, siempre era más difícil.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
La <i>Jarra
del Dragón</i> era una vieja posada que había vivido tiempos mejores. Esta era
una certeza que se podía ver en sus mesas vacías de buena madera, en la
estantería llena de licores por estrenar y en la tarima que había en una
esquina del local, destinada a trovadores, músicos y artistas, pero que ahora
ocupaban un recogedor y una vieja escoba. Sin embargo, al enmascarado le
gustaba. Tenía buenos precios, camas sin pulgas, una comida pasable y lo más
importante, era un lugar tranquilo para pensar.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Eso es lo que llevaba haciendo todo el día,
pensar. Sentado en una mesa, reflexionando y tomando un pequeño sorbo de tanto
en tanto de su vaso. Era el único cliente de la posada, y no es que consumiese
mucho.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—¿No quieres una copa? —le preguntó Martha, la dueña de la posada. Era
una chica pelirroja con la cara llena de pecas que apenas había pasado la
adolescencia, pero tenía las dotes de mando de un sargento que le duplicase en
edad.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Bueno, no sé… —respondió dubitativamente el enmascarado, alternando su
mirada entre el vaso casi vacío y la ansiosa tabernera—. Tráeme otra de lo
mismo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—¿Otra de lo mismo? —preguntó Martha, burlona—. ¿Quieres decir otra
limonada, esa bebida de hombres? <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Exacto.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—¿Estás seguro? Has pasado los últimos días aquí, sentado y bebiendo
limonada –a veces incluso me has pedido agua-, con la mirada perdida; no hace
falta ser un genio para darse cuenta que hay algo que te preocupa muchísimo. En
mi experta opinión de tabernera, creo que lo que necesitas es una bebida
fuerte, como un buen whisky cargado, para olvidarte de tus preocupaciones y
disfrutar de la vida. ¿Qué me dices?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
La chica se lo quedó mirando con una expresión
que hubiese resultado coqueta, de no resultar tan forzado su guiño de ojo y tan
exagerada su sonrisa.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Otra limonada, por favor.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Como quieras —dijo Martha de mala gana, aceptando la derrota—. Ahora te
la traigo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Bant pagó la bebida y volvió a perderse en sus
pensamientos, en el laberinto de dudas del que era incapaz de escapar. Había
llegado muy lejos derrotando a tres de los herederos, pero aún le quedaba la
parte más dura. Además, cuanto más tiempo tardase más se agravaría su condición
y más difícil sería realizar sus planes, por no decir imposible.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Cuando más grande era su inquietud, apareció Rego. Entró por la puerta
con una sonrisa despreocupada en el rostro, como si no tuviese ningún problema
en la vida, y tras pedir una jarra de cerveza a la tabernera se sentó junto al
enmascarado.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
—Hola Rego. ¿Qué tal con Dubois?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
—Muy bien, hemos visitado todos los
teatros de Draconis buscando trabajo para su compañía. Ha sido toda una
experiencia. He recibido formación para realizar acuerdos comerciales, pero
nada se parece al arte que supone cerrar un trato para una compañía de teatro.
Es una mezcla de regateo, amenazas y engaño como no había visto en mi vida.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Con un suspiro de cansancio, Rego estiró los pies sobre la mesa, aunque
los bajó rápidamente cuando Martha apareció con la cerveza fría que había
pedido y una mirada de reprobación.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Estoy hecho polvo, ¿quién hubiera dicho que en Draconis había tantos
teatros? Por no contar las tabernas ni los otros locales de ocio interesados en
montar un espectáculo con los famosos actores que representaron el “Lamento por
un valiente” en el entierro de Eldrad. Tengo los pies en huelga de pasos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Se sacó las botas y se masajeó los pies, quejándose de dolor mientras lo
hacía.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—¿Y eso es todo? —le preguntó Bant—. ¿Has averiguado algo sobre la
invasión del Norte?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Poca cosa, a Draconis no llegan muchos extranjeros. Desde luego que se
están preparando para la guerra, pero sólo hay rumores sobre la fecha en que
comenzará su ataque.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Ya veo— dijo el enmascarado, meditando sobre esta información. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Tras unificar el Norte era de esperar que Leyre se lanzase a la conquista
del resto de ducados, pero necesitaba tiempo para reunir las tropas y los
suministros para la campaña.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Y, además, me he enterado de una información muy interesante. Bueno, no
es más que un cotilleo, pero es interesante—. Rego miró a su alrededor, y tras
asegurarse que estaban solos continuó—. Verás, resulta que Martha, la
tabernera, tiene un hermano mayor que dejó el hogar para ir a buscar fortuna
como soldado, algo bastante común por aquí. Pero, y esto es lo interesante
—remarcó alzando un dedo—, este hermano fue capturado hace poco en el Sur
cuando se dedicaba al robo y al pillaje y ahora está prisionero. Por lo visto
todos en Draconis lo saben, este tipo de noticias corren rápido.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
El enmascarado soltó una exclamación de sorpresa ante esta noticia. No es
que le interesasen los cotilleos, pero que la taberna tuviese un hermano
criminal explicaba muchas cosas. Para empezar la falta de éxito del local, ya
que ningún habitante de La Tierra de las Espadas gastaría su dinero en la
taberna de un familiar de un soldado sin honor.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—Es una lástima —continuó explicando Rego—, ya que Martha tiene dos
hermanos más pequeños a su cuidado. Sus padres murieron hace años y no tienen
más familia, no puede pedirle ayuda a nadie. Debe ser muy duro para ella.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
El enmascarado asintió, sacar adelante a un par de niños en una ciudad en
la cual la gente repudiaba a tu familia debía ser bastante más que duro.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<i>Hasta los criminales tienen familia</i>,
pensó dando un pequeño sorbo a su limonada.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
—En fin, estoy seguro de que todo acabará bien —afirmó Rego convencido.
Sin embargo, pareció repensárselo y añadió en un tono más inseguro: —Eso
espero.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Esta frase pilló desprevenido al enmascarado, que no obstante logró
ocultar su sorpresa. Al principio de su viaje Rego no habría tenido duda
alguna, él siempre estaba seguro de que todo acababa bien; eso es lo que
siempre había visto y vivido. Pero este viaje le había hecho descubrir la
realidad del mundo, tanto lo bueno como lo malo, y había aprendido de ello. Le
había cambiado.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
—Pero hablemos de ti, Bant, me
tienes preocupado. Todo el día aquí, sin hacer nada, ensimismado en tus
pensamientos… No te reconozco. ¿Se puede saber qué demonios te pasa? Estaba
convencido que lanzarías el desafío a Grim en aquella habitación, hace cuatro
días. Es más, creo que él también se lo esperaba. ¿Por qué no lo hiciste?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
—Ya hemos hablado de esto antes,
Rego.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
—Sí, pero sólo me has dado largas.
No te entiendo, Bant, de veras. En los otros desafíos no parecías dudar ni un
instante, y ahora, en cambio… Juraría que tienes… miedo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
Por un instante, Bant creyó que su
amigo realmente podía ver a través de la máscara que llevaba y le ocultaba el
rostro, de tan bien que había notado sus verdaderos sentimientos.<o:p></o:p></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
—Has acertado, Rego —confesó Bant—.
Me da miedo enfrentarme a Grim.<o:p></o:p></div>
Jesús - El Legendario Escritor Novatohttp://www.blogger.com/profile/00984825664522649556noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1634898207277531866.post-86853283625190673292015-05-11T12:02:00.002-07:002015-05-11T12:02:28.050-07:00Un volcán que despierta<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Las espadas se movían
tan rápido que no eran más que unos borrones fugaces para sus ojos entrenados.
Una estocada a fondo con las dos armas. Un corte por arriba, otro por la
derecha. Un revés aprovechando un giro. Los ataques caían uno tras otro sobre
su gólem en una danza interminable tan hermosa como letal, pero él seguía
resistiendo. El escudo firme, el martillo levantado.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgTVZRf7gdlaz2EtpBOFER_cUYL2j12UnyI0nLbW-LkQnEY1hyphenhyphenJ0d_ZgWPvRr92YkFpzeA6btyMrjcOuIBwHAMvyksefL5karKFqwAqnf8X3ZLTdtldsAdwzJ5E650MiQzvom6qwV48VPDv/s1600/golem.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="194" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgTVZRf7gdlaz2EtpBOFER_cUYL2j12UnyI0nLbW-LkQnEY1hyphenhyphenJ0d_ZgWPvRr92YkFpzeA6btyMrjcOuIBwHAMvyksefL5karKFqwAqnf8X3ZLTdtldsAdwzJ5E650MiQzvom6qwV48VPDv/s320/golem.jpg" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"></span></div>
<a name='more'></a><br /><br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> Dentro de la cabina de la gigantesca máquina de guerra,
enfrentado a la mejor wyrm del reino, el Señor de la Frontera Norte no se
rendía. Un pequeño río de sangre bajaba por sus muñecas, alimentando al gólem y
reviviendo el espíritu del dragón muerto que residía en el corazón de la
máquina. La espalda le dolía, fruto de un mal bloqueo, y tenía la frente
perlada de gotas de sudor, pero sonreía. Había nacido para eso, para el choque
estruendoso de las armas, para los movimientos frenéticos, para sentir el fuego
y la rabia del antiguo dragón ardiendo, obedeciendo su voluntad y dando poder
al gólem.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> Sin embargo, había perdido gran parte de su habilidad.
Sus deberes como Señor le restaban tiempo para entrenarse y las preocupaciones
que debía afrontar cada día ocupaban su mente incluso ahora. El fuego del
dragón era débil, poco más que la llama de un volcán que bostezaba, medio
dormido y carente de verdadera pasión.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> Un nuevo ataque le hizo retroceder, torpe como un wyrm
novato, destrozando un par de árboles y arrancándole una maldición que se
escapó de entre sus dientes apretados. ¿Qué le estaba pasando? Su problema eran
las dudas y el miedo, el miedo a equivocarse que le paralizaba y que podía
sentir como una garra que le apresaba las entrañas. Antes que nada, antes que
hombre o Señor, era un guerrero. Y un guerrero no dudaba, sino que actuaba.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> Las pobres cosechas, los rostros de los enfermos que
morían de enfermedad o de frío, los informes de las bestias salvajes que
atacaban los pueblos. Éste era su dominio, y sus siervos, su gente, los que
estaban sufriendo. Debía encontrar una solución. Eso era todo lo que importaba.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> Tenía su respuesta.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> Rechazó
un golpe con el escudo, desviando una de las espadas hacia un lado y frenando
la lluvia de ataques por un segundo. Rugió y el dragón rugió con él,
entregándole su poder en una explosión de energía que le recorrió el cuerpo y
le hizo estremecer. Su gólem dio un veloz paso adelante y blandió el martillo
con una fuerza capaz de derribar montañas, dispuesto a acabar el combate de un
único e imparable ataque.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> Su martillo cruzó el aire sin encontrar resistencia. Como
una sombra, su rival se deslizó por debajo de su ataque y le derribó con dos
golpes perfectamente ejecutados a las piernas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> La tierra tembló cuando la enorme máquina de guerra cayó
de espaldas, levantando una nube de polvo que se alzó una decena de metros. Una
bandada de pájaros, asustados, emprendió el vuelo desde el bosque cercano al
tiempo que un grupo de siervos se acercaban corriendo al gólem para comprobar
el estado de su señor y curarle las heridas de las muñecas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.15pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">—
¿Y bien, Narr? —Preguntó su rival desde la cabina de su gólem, su voz sonando
curiosa y un poco entrecortada a causa del esfuerzo realizado—. ¿Te ha servido
este duelo de práctica para aclararte las ideas?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.15pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">—
Ya lo creo, Zira —respondió con una sonrisa depredadora—. Muchas gracias.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 35.15pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Había
tomado su decisión. Irían a la guerra.<o:p></o:p></span></div>
Jesús - El Legendario Escritor Novatohttp://www.blogger.com/profile/00984825664522649556noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1634898207277531866.post-37228541788868957322015-05-04T09:42:00.002-07:002015-05-04T09:42:21.252-07:00Dos ramas de un mismo árbol<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.15pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt;">Una
niña lloraba entre los restos olvidados de una antigua civilización. Su pelo paja estaba lleno de hojas y pedazos de rama,
y uno de sus zapatos estaba medio roto y le molestaba si caminaba. Sus lágrimas
caían una tras y otra sobre una tierra que ningún ser humano había pisado en
milenios.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.15pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhN90fdCHhAWZG0d1RhNr3tNFXNqpVItO1R-3go489hu0v4GLJaBL1J4p7wVcZYkHhqfhPt6yeBqMQx552kV1T46vW3-yblKKSbXiyJBCHkxHFybb6SbSBqRHmwVDA35qrn8dU8JjTbw3JM/s1600/puppy_eyes.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhN90fdCHhAWZG0d1RhNr3tNFXNqpVItO1R-3go489hu0v4GLJaBL1J4p7wVcZYkHhqfhPt6yeBqMQx552kV1T46vW3-yblKKSbXiyJBCHkxHFybb6SbSBqRHmwVDA35qrn8dU8JjTbw3JM/s320/puppy_eyes.png" width="232" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.15pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.15pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt;"></span></div>
<a name='more'></a><br /><br />
<div class="MsoListParagraph" style="margin-left: 53.25pt; text-align: justify; text-indent: -18pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">—<span style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 7pt; font-stretch: normal;">
</span></span><!--[endif]--><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt;">¿Qué
te pasa, pequeña?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.25pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt;">La
niña dio un bote asustada al escuchar la voz, pero se tranquilizó con rapidez.
La criatura que le había hablado era extraña, pero no parecía peligrosa. En
realidad, con su pequeño cuerpo peludo, sus cuatro patitas y su cola que se
movía de un lado a otro sin cesar, resultaba adorable. Además, sus dientes eran
menudos y no tenía garras, nada que ver con los lagartos de crema que tenía su
familia como mascotas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoListParagraph" style="margin-left: 53.25pt; text-align: justify; text-indent: -18pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">—<span style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 7pt; font-stretch: normal;">
</span></span><!--[endif]--><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt;">¿Qué…
qué eres? —preguntó la niña.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.25pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt;">— Sólo
soy un perro, pequeña —respondió el animal, acercándose para estirarse a su
lado y contemplarla con sus ojitos negros—. ¿Cómo te llamas?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoListParagraphCxSpFirst" style="margin-left: 53.25pt; text-align: justify; text-indent: -18pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">—<span style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 7pt; font-stretch: normal;">
</span></span><!--[endif]--><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt;">Me
llamo Nara.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoListParagraphCxSpLast" style="margin-left: 53.25pt; text-align: justify; text-indent: -18pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">—<span style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 7pt; font-stretch: normal;">
</span></span><!--[endif]--><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt;">¿Y
qué te pasa, Nara? ¿Por qué estás triste?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.25pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt;">Nara
no tenía ni idea de que era un “perro”, pero pensó que quizás era un animal
propio de este bosque prohibido, una criatura desconocida para los seres
humanos que hasta hace poco jamás se hubiesen atrevido a desafiar la ley de los
señores dragones. Se le hacía raro que existiese un animal tan peludo, pero
necesitaba hablar con alguien y el “perro” parecía simpático. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoListParagraph" style="margin-left: 53.25pt; mso-add-space: auto; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">—<span style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 7pt; font-stretch: normal; line-height: normal;"> </span></span><!--[endif]--><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Es
por mi hermana…<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.25pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Vera
y ella habían nacido al mismo tiempo, pero nadie lo hubiese dicho. Mientras que
Nara tenía una cara vulgar y un pelo que siempre estaba hecho un desastre, Vera
era hermosa y sus cabellos relucían como un manto dorado. Nara era torpe y un
poco lenta con las manos, Vera se movía como si la vida fuese un baile y ella
dominase todos los pasos. Vera era lista y aprendía rápido; Vera era simpática
y agradable. Todos los profesores la elogiaban, todos los sirvientes la
adoraban.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.25pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Pero
lo peor de todo, el motivo por el que había huido de casa y se había escapado
al bosque, es que su padre la quería más a ella.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.25pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">—
Ya veo —dijo el perro—. Tu hermana es mejor que tú. Es todo lo que tú podrías
ser y no eres.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.25pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Nara
no podía rebatir esas palabras. Hundió la cabeza entre las rodillas, sintiendo
como las lágrimas volvían a asomarse a sus ojos enrojecidos y el amargo aguijón
de los celos y el rechazo nacían una vez más en su pecho.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.25pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">—
Tsch, tsch, tranquila—. El perro le puso una de las patitas sobre su brazo,
intentando consolarla—. No te desanimes, Nara. Puedes cambiar, puedes ser mejor
que Vera y recuperar el amor de tu padre.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.25pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">—
¿Cambiar? No sé… —La niña se mordió los labios, dubitativa, mientras acariciaba
el anillo que llevaba en la mano izquierda—. Mi madre me decía que yo estaba
bien como soy, que Vera y yo éramos iguales.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoListParagraph" style="margin-left: 53.25pt; mso-add-space: auto; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">—<span style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 7pt; font-stretch: normal; line-height: normal;"> </span></span><!--[endif]--><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Tu
madre era una buena persona, pero estaba
equivocada.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.25pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Nara
lo sabía. El recuerdo de su padre riendo con Vera y mirándola con un cariño que
jamás había tenido para ella estaba demasiado fresco en su memoria.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoListParagraphCxSpFirst" style="margin-left: 53.25pt; mso-add-space: auto; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">—<span style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 7pt; font-stretch: normal; line-height: normal;"> </span></span><!--[endif]--><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Puedo
ayudarte, Nara. Puedo hacerte mejor.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoListParagraphCxSpLast" style="margin-left: 53.25pt; mso-add-space: auto; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">—<span style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 7pt; font-stretch: normal; line-height: normal;"> </span></span><!--[endif]--><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">¿Cómo?
¿Tienes magia como la de los dragones, perro?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.25pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">—
Tengo magia, sí, pero mi magia no es como la suya. Mi poder es lento y
profundo, y arraigará en tu interior como las raíces de un árbol en la tierra.
Te hará más sabia, más astuta. Te dará conocimientos con los que ahora ni
puedes soñar.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.25pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Nara
intentó aguantarse un sollozo, sin mucho éxito. Le dolían las piernas, tenía
hambre y estaba asustada, perdida en este oscuro y antiguo bosque. Quería
volver a casa, con los sirvientes que cuidaban de ella y su hermana que siempre
estaba alegre. Pero sobre todo, quería que su padre la amase como hacía la
madre que había perdido.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoListParagraph" style="margin-left: 53.25pt; mso-add-space: auto; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">—<span style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 7pt; font-stretch: normal; line-height: normal;"> </span></span><!--[endif]--><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Ayúdame,
por favor —dijo con un hálito de voz.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.25pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">El
perro asintió y la golpeó suavemente con su hocico, las orejas bajas y los ojos
preocupados. Llevada por un súbito impulso la niña lo abrazó, buscando consuelo
en otro ser vivo, y enterró el rostro en su suave y cálido pelaje.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.25pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Si
Nara hubiese abierto los ojos, hubiese visto la sombra del perro y descubierto
la verdad. Pero no lo hizo, y así fue como su vida cambio para siempre.<o:p></o:p></span></div>
Jesús - El Legendario Escritor Novatohttp://www.blogger.com/profile/00984825664522649556noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1634898207277531866.post-24766327951173047642015-04-27T09:50:00.004-07:002015-04-27T09:50:28.118-07:00Capítulo 18 (Parte 2) - Lamento por un valiente<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
El entierro se
realizó en el cementerio de la ciudad, en el mausoleo donde reposaban las
cenizas de los antepasados de la familia del difunto en sencillas urnas de
piedra. Acudieron cientos de personas de todo el ducado para despedir a Eldrad,
aunque sólo unas pocas decenas habían podido entrar en el edificio y la inmensa
mayoría esperaban afuera, mostrando su respeto y pena por el fallecimiento del
segundo hijo del duque con un silencio sepulcral. Rostros adustos, miradas solemnes
y alicaídas; los mejores guerreros de los siete ducados guardaban duelo. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
</div>
<a name='more'></a><br /><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
Rego y Bant eran de los pocos que
podían contemplar la ceremonia desde el interior del mausoleo, ya que gracias a
su condición de herederos gozaban de una posición privilegiada cerca de la
familia ducal.<span style="color: red;"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
La ceremonia comenzó con unos rezos
por el fallecido organizados por sacerdotes de los dioses protectores de La
Tierra de las Espadas. Una vez acabada la oración, el ataúd, transportado en
hombros por los mejores amigos de Eldrad. Con lágrimas en los ojos los
portadores dejaron suavemente su preciosa carga sobre el suelo, despidiéndose
de él con una sentida inclinación de cabeza antes de apartarse y quedarse en un
discreto segundo plano.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
A continuación se acercó al ataúd un
viejo soldado de pelo blanco, ajado por los años pero resistente y firme como
el buen acero. En sus brazos, casi abrazada contra su pecho, sostenía una
armadura de placas que de tan limpia y pulida que resplandecía. Se arrodilló
ante el difunto con respeto, pronunciando unas palabras destinadas sólo a los
oídos de Eldrad.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoListParagraph" style="line-height: 200%; margin-left: 53.25pt; mso-add-space: auto; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]-->—<span style="font-size: 7pt; font-stretch: normal; line-height: normal;"> </span><!--[endif]-->¿Quién
es? —preguntó Rego en voz baja a Bant.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.25pt;">
— Creo que es su maestro de armas, el hombre que le enseñó el arte de la
espada —respondió el enmascarado—. Eldrad debía ser como un hijo para él, un
maestro de armas se dedica a uno o dos pupilos como mucho durante largos años,
instruyéndoles con todos sus conocimientos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoListParagraph" style="line-height: 200%; margin-left: 53.25pt; mso-add-space: auto; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]-->—<span style="font-size: 7pt; font-stretch: normal; line-height: normal;"> </span><!--[endif]-->Parece
que no fue suficiente —susurró Rego.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.25pt;">
Después fue el turno de Grim, el heredero de La Tierra de las Espadas, de
arrodillarse ante el ataúd de su hermano. Su rostro, severo, de mandíbula
cuadrada y nariz pequeña parecía tallado en dura roca; la única emoción que
revelaba era una leve sombra de pesar en su mirada. Sin decir ni una palabra se
levantó y regresó junto a sus a padres, quienes avanzaron para despedirse por
última vez de su segundo hijo. El duque pronunció unas palabras emotivas
agradeciendo a todos los presentes el haber acudido, tras las cuales los amigos
de Eldrad volvieron a levantar el ataúd para llevarlo a lo más profundo del
mausoleo familiar, donde se hallaba el horno que incineraría los restos y que
posteriormente serían guardados con gran cuidado en una urna. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.25pt;">
Primero en pequeños grupos, y luego en corrillos que murmuraban por lo
bajo y se lamentaban de lo sucedido, la gente fue saliendo del mausoleo y se
dirigieron al jardín cercano donde dentro de poco la compañía de actores de
Dubois representaría su obra. Rego y Bant fueron de los últimos en salir,
acompañando a la familia ducal.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.25pt;">
— Heredero de Nagareth —dijo de repente Grim, con una voz tan seca y dura
como su aspecto—. ¿Tienes un momento para hablar?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.25pt;">
— ¿Ahora? —preguntó incrédulo el enmascarado, señalando a los actores que
empezaban a montar el escenario a toda prisa.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.25pt;">
— Sí, ahora. No me encuentro de humor para ver esto. Vamos, puede
acompañarte también el heredero de Aquaviva —dijo Grim, abriéndose paso entre
la multitud sin esperar respuesta. Varias personas intentaron hablar con él,
pero al ver su expresión se echaban a un lado y le dejaban tranquilo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.25pt;">
Rego interrogó con la mirada a Bant, quien se encogió de hombros y siguió
los pasos de Grim. Con un suspiro, Rego le imitó.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.25pt;">
Los herederos dejaron atrás el jardín y se adentraron en el cementerio,
siguiendo un camino que serpenteaba entre las tumbas de cientos y cientos de
caídos. Grim exigía un paso rápido y no daba pie a entablar conversación,
caminando como un hombre poseído por un objetivo y para el cual el resto del
mundo no importa. En las pocas ocasiones en las que Rego pudo verle el rostro
éste lucía una expresión calmada, casi indiferente, pero sus ojos ardían con una
rabia que le puso los pelos de punta.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.25pt;">
Esos ojos reflejaban peligro, y no por primera vez el heredero de
Aquaviva se preguntó quién era el hombre que se había atrevido a matar al
hermano del mejor duelista del mundo entero.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.25pt;">
Subieron por una empinada escalera hasta llegar a una colina que se
coronaba sobre el cementerio y desde la cual se podían ver las preparaciones de
la obra. Era un lugar tétrico, presidido por una estatua cubierta de musgo y de
facciones borradas por el tiempo que se alzaba entre los restos de dos tumbas,
demasiado antiguas para poder identificar los nombres de quienes fuesen sus
propietarios.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.25pt;">
— Siento mucho la muerte de tu hermano, Grim —dijo Bant dándole el pésame,
a lo que Rego hizo lo mismo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.25pt;">
— Os lo agradezco. Eldrad era un gran hombre, mejor que yo. El ducado ha
sufrido una gran pérdida con su muerte.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.25pt;">
Rego guardo silencio, incómodo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.25pt;">
— ¿Por qué luchar? —dijo de repente Grim—. Eso es lo que se pregunta todo
soldado en las Tierras de la Espada. Las grandes causas nobles por las que
valía la pena combatir y morir hace tiempo que se acabaron, ya apenas hay
gloria en la guerra. Ya no sabemos porque luchar.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.25pt;">
El espadachín miró al lejano jardín, donde la obra ya había empezado. A
pesar de sus anteriores palabras miraba el espectáculo con interés.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.25pt;">
— Mi gente se está convirtiendo en mercenarios, están olvidando la
importancia del honor y lo venden por un puñado de monedas. Sólo es cuestión de
tiempo que acabemos como los jinetes de Jötum, como saqueadores y vulgares
bandidos—. Movió la cabeza a un lado, apretando los puños y mascullando una
maldición entre dientes, inaudible pero cargada de fuerza—. Mi padre es mayor y
dentro de poco se retirará, y yo… yo no tengo ni idea de qué hacer para cambiar
la situación. Soy el heredero del ducado, el mejor duelista del mundo, pero eso
no me sirve de nada.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.25pt;">
— ¿No estás siendo demasiado duro contigo mismo, Grim? —le preguntó Bant—.
No dejes que el dolor por la muerte de tu hermano te ciegue el juicio.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.25pt;">
— El dolor nunca afecta a mi juicio, heredero de Bant —contestó Grim, con
una voz tan muerta y vacía de sentimiento que el enmascarado retrocedió un
paso, acobardado—. Lo que te estoy diciendo es la pura y llana verdad: no tengo
las cualidades para ayudar a nuestra gente. Pero Eldrad sí que las tenía. Él podía salvar a nuestro
pueblo, podía darles un motivo para luchar; estaba capacitado para ello y por
lo tanto debía haber sido el heredero. Pero no lo era. Y yo no podía hacer
nada, no podía renunciar al ducado porque ello supondría manchar el honor de mi
familia y de todos mis antepasados.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.25pt;">
—Algo así —murmuró mientras contemplaba con la mirada perdida la obra de
teatro—, es peor que la muerte.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.25pt;">
A lo lejos, en el jardín, reinaba el silencio mientras los actores
representaban el “Lamento por un Valiente”. Haciendo el papel de espada con su
impecable traje blanco, Dubois decidía de manera imparcial el destino de los
jóvenes espadachines que vivían por las armas, repitiendo una vez y otra la
misma frase: “La espada decide”. Su voz alta y clara era coreada por los
espectadores y llegaba incluso a la colina.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.25pt;">
— La espada decide —repitió a su vez Grim—. Se supone que la espada es
justa, imparcial; que no distingue entre los hombres a pesar de su cuna. Sin
embargo, en mi caso nunca ha sido así- Desde mi nacimiento fui bendecido con la
victoria en todos los duelos, ¿cómo puede algo así ser justo?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.25pt;">
Un escalofrío le recorrió la espalda a Rego, quien empezaba a sospechar
la horrible verdad.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.25pt;">
— Eldrad sabía todo esto, y a pesar de lo mucho que me quería, a pesar de
que sabía que era imposible, no se acobardó. Era mi hermano, mi igual, y por el
bien de La Tierra de las Espadas me retó a un duelo por el ducado.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.25pt;">
— ¿Estás diciendo qué…?<o:p></o:p></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.25pt;">
— La espada decidió.<o:p></o:p></div>
Jesús - El Legendario Escritor Novatohttp://www.blogger.com/profile/00984825664522649556noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1634898207277531866.post-60006129531786833572015-04-20T12:00:00.001-07:002015-04-20T12:00:08.757-07:00Buenos días<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"> —<span style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 7pt; font-stretch: normal;">
</span></span><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">¡Buenos días! Hace una preciosa mañana
de…</span><br />
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><br /></span>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEguzitwi3X079v62tRLORIDvyBhFHbS8iK6ms8wJMTmXSBhKk-DIWzeYdFpWqfNSeCo2tYUmeyrGpK8OX56AiVOSMsBltzhyphenhyphenPy-N-PZxbFvOS1jxgye5E1X8FYMli49Bx6hhRxtUwSZcDZg/s1600/lost_in_the_crowd_by_LTBOIBLU.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEguzitwi3X079v62tRLORIDvyBhFHbS8iK6ms8wJMTmXSBhKk-DIWzeYdFpWqfNSeCo2tYUmeyrGpK8OX56AiVOSMsBltzhyphenhyphenPy-N-PZxbFvOS1jxgye5E1X8FYMli49Bx6hhRxtUwSZcDZg/s1600/lost_in_the_crowd_by_LTBOIBLU.jpg" height="225" width="320" /></a></div>
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><br /></span>
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><br /></span>
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"></span><br />
<a name='more'></a><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> Apago el despertador de
un manotazo y me levanto, más zombi que persona. Me ducho, me pongo el traje y
desayuno una tostada con mantequilla y un vaso de leche antes de salir y coger
el metro. Es un viaje largo, así que cojo un asiento y leo las noticias en el
móvil mientras escucho la radio por los auriculares. No es que me guste mucho
la música, pero con el volumen alto consigo evitar escuchar las conversaciones
del resto de pasajeros, que siempre acaban por ponerme de los nervios con todos
sus errores. Paso diez, doce o a veces hasta catorce horas en el trabajo, no
sé, depende del día, de lo cabrón que se sienta el jefe o de la influencia de
los astros. Vuelvo a casa, ceno algo y me derrumbo sobre la cama. Los días más
afortunados hasta puedo ver un poco la tele antes de quedarme dormido en mi
sofá de dos plazas del Ikea.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> Este es mi día a día,
mi rutina. No es muy emocionante, pero nadie dice que la vida tenga que serlo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoListParagraph" style="mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"> —<span style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 7pt; font-stretch: normal; line-height: normal;">
</span></span><!--[endif]--><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">¡Buenos días! Hoy tendremos un sol rad…<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> Apago el despertador.
Me levanto, me ducho, me visto, desayuno y salgo corriendo para coger el metro,
que hoy me he despistado un poco en el baño. Con prisas cojo asiento y voy a
ponerme los auriculares cuando me doy cuenta: hay una chica sentada delante de
mí, pequeña y mona, con la cara pintada de blanco y vestida con un corsé negro
y una falda que le llega hasta las rodillas. Parece una muñequita gótica,
encantadora y extraña. Me está mirando, así que le sonrío, un poco avergonzado.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoListParagraph" style="mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"> —<span style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 7pt; font-stretch: normal; line-height: normal;">
</span></span><!--[endif]--><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">¡Ola! ¿Eres tú, verdat?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> Horrorizado ante sus
graves errores ortográficos no puedo evitar hacer una mueca de espanto, y al
verla a la chica se le ilumina la cara.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 18.0pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">—
Oh, y tanto que lo eres. ¿Puedes leer lo que hablo, verdad? Te necesitamos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> No digo nada,
paralizado por la sorpresa. La chica sonríe y me da su tarjeta antes de bajar
en la siguiente parada, pero no le prestó atención. No quiero problemas, no
quiero llamar la atención como cuando era un crío. Soy una persona normal.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoListParagraph" style="mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"> —<span style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 7pt; font-stretch: normal; line-height: normal;">
</span></span><!--[endif]--><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">¡Buenos días! Lluvias en el norte de…<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> Me levanto, cojo el
metro, trabajo, vuelvo a casa y duermo. Una y otra vez, una y otra vez. Esta es
mi vida, tranquila, sin problemas. Así es, y así será siempre. Así me gusta.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoListParagraph" style="mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"> —<span style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 7pt; font-stretch: normal; line-height: normal;">
</span></span><!--[endif]--><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">¡Buenos días! Empieza un nuevo…<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> Aplasto el despertador
de un puñetazo. Salgo de la cama de un salto, cojo la tarjeta de la chica y llamo
al número de teléfono que indica.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoListParagraph" style="mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
</div>
<div class="MsoListParagraph" style="mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"> —<span style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 7pt; font-stretch: normal; line-height: normal;">
</span></span><!--[endif]--><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Buenos días —digo cuando alguien coge el
teléfono.<o:p></o:p></span></div>
Jesús - El Legendario Escritor Novatohttp://www.blogger.com/profile/00984825664522649556noreply@blogger.com0